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Sexta derrota para elegir el cruce difícil de Copa; Pamesa cae en Canarias (3-1) Sexta derrota para elegir el cruce difícil de Copa; Pamesa cae en Canarias (3-1)
Más físico, más intenso y con manos más duras, San Roque demostró jugarse más sobre la pista que Pamesa. Grupo Rafael Alonso San Roque

Sexta derrota para elegir el cruce difícil de Copa; Pamesa cae en Canarias (3-1)

El cuadro naranja sucumbe al empuje de San Roque y concluye la primera vuelta en séptima posición; jugará contra Manacor

“Importantísima victoria de Grupo Rafael Afonso San Roque para cerrar la primera vuelta. Los grancanarios controlaron a Pamesa Teruel Voleibol para hacerse con tres valiosos puntos”. Es el resumen de la Federación Española de Voleibol acerca de lo sucedido este sábado en el pabellón de El Batán, en Las Palmas. Escueto, aséptico. Quirúrgico. Los “grancanarios que controlaron a Pamesa Teruel” habían ganado apenas tres encuentros en lo que se llevaba disputado de Superliga de Vóley. Uno se lo arrancaron a Soria en la primera fecha del curso, todavía en verano. Sacaron otros dos, ante dos de la zona baja, Palma y Arenal. A Tarragona sólo le hicieron un set la pasada semana.

Pero al grupo de guerrilleros de Fabián Muraco le cuesta enganchar dos partidos seguidos de cierto nivel. Si el partido bueno toca contra un grande, como Guaguas, la derrota previsible tiene continuación en el siguiente escenario, sea cual sea. Y en Las Palmas ese escenario, esos focos, apuntan hacia una peligrosa regresión en algunos de los puntos fuertes que parecía tener el equipo, que debían haber servido para apuntalar el sexto triunfo para cerrar con buen sabor de boca la primera mitad de la competición, pero que ayer no aparecieron. Bien al contrario. Pamesa se llevó su sexta derrota del curso. Cierra vuelta séptimo, víctima de un triple empate que le manda derecho a las fauces de Manacor en Copa. Y, lo peor, lleno de dudas.

Manos tímidas

En realidad, casi desde el arranque del partido se veía que al septeto de Muraco le costaba soltar piernas y manos. De hecho, la clave de ayer en El Batán estuvo en que los canarios martillearon con mayor continuidad. Pudieron hacerlo desde “saque, bloqueo y distribución”, resume la Federación. Traducido, y dado la vuelta. San Roque pudo defender mejor en la red porque Pamesa dejó de hacer lo que sí supo hacer en anteriores triunfos, que era atreverse desde el saque para enviar a sus rivales a remolque. Así despejó su victoria en Lugo, la única fuera de casa en estos primeros once partidos.

Así ha dejado de hacerlo. A Urchevich, que sigue sin terminar de ver claro cómo funcionar en su profesión de colocador, tampoco se le nota cómodo en el saque, un arma que sí parecía dominar. Ferrández y Vildósola anduvieron algo más maliciosos, pero no encontraron mejores compañeros de viaje. Y, entre unos y otros, la poco edificante y elevada cantidad de errores no forzados en la puesta del servicio comenzaron a decantar el marcador desde la primera manga. Mediado el set, Pamesa aguantaba al frente, 16 a 18, que se cayeron casi de inmediato para, ya con 22 a 20, obligar a Muraco a parar para buscar una reacción. No la hubo, 25 a 23 y uno a cero local.
 

La defensa, clave ayer. Grupo Rafael Alonso San Roque


La segunda escena pareció dibujar un cuadro algo más sugerente. Aquí Mariano y Emilio pudieron armar mejores ataques desde su servicio para edificar un 3 a 7 que suponía ventaja suficiente para ir gestionando. Hasta 13-22 llegó a Mandar Pamesa en este segundo set, el único en el que realmente pudo verse la teórica diferencia que existe entre un grupo, el canario, que debería luchar por la permanencia y el septeto naranja diseñado en teoría para otras cotas. Y, aún así, un parcial de 4-0 obligó al entrenador argentino a parar. Con 17 a 25 se cerró el set del empate turolense. Se acabó desde entonces.

Un largo tercer ser

No tanto por méritos locales, desde luego por irregularidad visitante. El tercer set vio a San Roque armar una cómoda ventaja de 10-6 que, poco a poco, con el esfuerzo de Petar al remate y el compromiso siempre presente de Scarpa a la recepción, y no pocas veces a la colocación, pudo irse compensando, con idas y venidas, hasta que se llegó al final con 22 a 21. El intercambio de puntos impidió un cierre rápido de la manga. Dio San Roque múltiples oportunidades para que los naranjas pusieran el duelo en franquía. Pero el acierto no estaba de su lado, y al final 29-27 para fijar un dos a uno que sería ya la sentencia anticipada.

La cuarta manga del partido duró lo que le duró a Teruel el 0-2 con el que acertó a colocarse al principio. Un parcial posterior de 10 a 5 prácticamente finiquitó el partido, porque ya no encontró Pamesa la forma de luchar como sí logró hacerlo en la anterior escena. Aguantó el equipo naranja el intercambio, siempre en desventaja, siempre por detrás de la iniciativa canaria, hasta que el 17-15 fue el punto final del duelo. Otro parcial de 6 a 2 en contra, este ya definitivo, situó un 23 a 17 que ya sería imposible de remontar. Ni hizo amago Pamesa.

25 a 19 al final, un 3 a 1 del que resulta un cierre de primera vuelta que, por lo pronto, envía al Voleibol Teruel al cuadro difícil de la Copa, una eliminatoria de máxima exigencia y dificultad ante Manacor, uno de los tres gigantes que asoman en esta Superliga de los últimos tiempos. Pero, sobre todo, desvela que la reconstrucción del equipo iniciada el pasado verano todavía necesita cemento y ladrillo. En sentido metafórico. En sentido literal, más físico. Por encima de todo, a Pamesa se le ve en un punto físico, de intensidad, de fuerza en la ejecución de sus acciones, que no le alcanza para grandes metas en este curso.

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