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Software reiniciado con éxito: Pamesa se levanta entre los cañonazos de Melilla y saca su segundo triunfo seguido (1-3) Software reiniciado con éxito: Pamesa se levanta entre los cañonazos de Melilla y saca su segundo triunfo seguido (1-3)

Software reiniciado con éxito: Pamesa se levanta entre los cañonazos de Melilla y saca su segundo triunfo seguido (1-3)

Los de Muraco dan continuidad a su buena versión ante Soria para abrochar la quinta plaza liguera
En Melilla sonaban cañonazos, pero el gen naranja le ha traído al equipo, como regalo de Reyes, una coraza, un escudo que empieza a ser de metal forjado, de buen material. Pamesa Teruel Voleibol lograba esta pasada tarde de sábado su segunda victoria consecutiva, la séptima en lo que va de Superliga, y la segunda fuera de casa en lo que ha sido la continuación de la versión más lograda, más consistente y más solvente del equipo naranja en liga, con la Copa del Rey de dentro de un mes en el horizonte competitivo. Tuvo que trabajarlo, sudarlo y sembrarlo el sexteto de Muraco en Melilla, rival que opuso resistencia. Pero Teruel ha actualizado su software, es un bloque crecido sobre sí mismo, que va encontrando la mejor versión de cada una de sus piezas.

Y que, sobre todo, es más resiliente, soporta mejor las adversidades e incluso es capaz de aprovecharlas en beneficio propio. Ocurrió en Los Planos, la semana pasada, ante Soria; Pamesa, su cuerpo técnico y también la plantilla, van conociéndose mejor; no es sólo una cuestión de compenetración en el juego, es, sobre todo, de autocontrol y conocimiento sobre su salud colectiva. Frente a Grupo Herce, Pamesa supo cuándo llegó su peor momento, se refrescó, rotó, dejó caer un set y no perdió más para llevarse un partido de prestigio.

Y ante los melillenses, nuevo ejercicio de lectura propia y ajena para aislar sus malos momentos, que los tuvo. Como ejemplo, el primer set, el único que Pamesa le permitió anotar a su rival. Planteó Melilla un duelo a cañonazos, un desafío al sol como los de las películas del oeste. A base de saques con violencia de Del Carmen, de Folguera y de Vidoni trató de imitar el modelo de las anteriores derrotas de Pamesa fuera de casa. En especial, el ejemplo de Manacor. Allí, en Baleares, los locales borraron a Pamesa desde el servicio. Lo intentaron los melillenses. Pero ya se vio que el elenco naranja viene mejor edificado ante estas vicisitudes. 

Crecimiento progresivo
La versión 2.0 del Pamesa de Muraco, la plantilla más joven del club en Superliga, crece de manera progresiva, de atrás hacia adelante. Aguantó bien el intercambio inicial de golpes con Melilla, se serenó de nuevo desde la red e incluso trabajó algunas ventajas mediada la primera manga; un 11-12 y, sobre todo, un 17 a 19 a los saques de Petar amenazaron ya de inicio el enredo cañonero de los del Javier Imbroda. Se rehizo Melilla, volvió a ajusticiar desde el saque y un parcial de seis a uno le colocó el set franco. 25 a 22 para el 1-0. No hubo más opciones para Melilla. A partir de entonces, dominio de Voleibol Teruel. Desde la ofensiva pero, sobre todo, desde la defensa, imperial Tobías en la recepción, puntuales en el bloqueo tanto David como Rubén y, sobre todo, este partido, Ferrández. 

Porque, en realidad, en la segunda manga se jugó a lo que quiso Emilio. Y eso significa que todo el resto del partido bailó a su melodía. Al bloqueo edificó un cero a cuatro de parcial que se convirtió en 2-7 cuando le tocó sacar, para a partir de entonces empujar al equipo para dejar gestionar la ventaja de manera fiable, que no cómoda, hasta final de set. Al remate Hristoskov apuntaba un 5-10 que los melillenses trataron de corregir de nuevo a base de cañonazos. Lograron acercarse un poco, rozar un 15-17, e incluso pelear un parcial de 6-2 en los puntos finales para forzar un empate a 23 que tampoco deshizo a los naranjas, a los que el miedo parece haberles abandonado. De nuevo al bloqueo, en la red, primera manga para Pamesa, 23-25 y 1-1. 

Parcial inicial hacia el 1-2
El desenlace del partido acentuaría este guion. El tercer set fue, de hecho, el más plácido del choque. El cañón melillense se secó, y tardó poco Pamesa en colocar un 1-4 que se convertiría en 3 a 7 para dejar cuesta abajo la manga, y el propio duelo, la victoria turolense. Con el físico empezando a fallar en ambos equipos, fue el trabajo colectivo el que marcó la diferencia; Petar y Emilio al remate, los López en la red, y especialmente Scarpa en la recepción acudían puntuales a su cita con la eficacia con un punto, el 10-16, como perfecto ejemplo; tres remates locales salvó Pamesa anclado a su zona, inmisericorde en su fase defensiva, agigantado. No se rindió Melilla, en ningún momento perdió la cara, pero el 19-25 del tercer set empezaría a pesarle; no tanto por la cuestión numérica, por el 1-2, sino porque el plan de partido se le escapó a Melilla. Quiso expulsar a Pamesa a base de pelotazos. Hace un par de meses lo habría conseguido. Pero la carcasa de la CPU naranja es más resistente ahora. 

Set final ganado al final
Aún así, los de Salim en absoluto tiraron la última manga a la basura. Quitaron polvo de su cañón, quisieron auparse desde su animoso público, y aguantaron sin que se despegase el marcador hasta mediado el set; de hecho, cuando el equilibrio se deshacía era para que Melilla cazase dobles rentas, 11 a 9 y 16 a 14, que planteaban un desenlace largo, hacia el set de desempate. Otra vez los artificieros azules con mejor tino al saque, Melilla se creció desde su entrega para llevar el set a un 17-14 a partir del cual Muraco dijo basta. Su tiempo muerto terminó por abrochar una victoria incontestable. 

Los siguientes puntos, intercambio intenso y disputado, dejaron paso al turno de Hristoskov en el saque. Entre cañoneros, resultó que el búlgaro guardaba las balas más letales para el momento culminante. Desde el 20 a 18, al servicio Petar con una fortaleza inesperada a esa altura del partido, Pamesa abrió un parcial de 1 a 7 sobre el que el equipo terminó de atar su triunfo. Con 21 a 25 se cerró el set, y el choque, uno a tres para Teruel y viaje de vuelta para preparar los siguientes retos; la temporada empieza a calentarse. 

La victoria deja al equipo de Fabián Muraco quinto, 23 puntos. Es ya el más sólido de la clase media, que ya es un avance. Pero sobre todo ha encontrado una memoria RAM que le sirve para mover un dispositivo que seguramente no es ni el más caro, ni el más moderno ni el que más aplicaciones tiene en esta Superliga de tres niveles. Pero que parece funcionar, al menos lo suficiente como para que el último tercio de la temporada, en el que además habrá que disputar los títulos empezando por la Copa del Rey del mes que viene, asegure al menos diversión, quién sabe si alguna sorpresa, para la afición turolense al voleibol.  
 

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