![‘Oh là là!’ Le Normand (0-1)](/uploads/diariodeteruel/contenidos/74426_whatsapp-image-2025-02-09-at-193928.jpg)
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Los jugadores del CD Teruel celebran el golazo de Théo Le Normand en el minuto 70 de partido. Alfredo Ruiz
‘Oh là là!’ Le Normand (0-1)
El centrocampista francés Théo Le Normand se inventa una genialidad para sellar el triunfo rojillo
Théo Le Normand se inventó una genialidad este domingo en Urbieta para conceder otra victoria más al conjunto rojillo en el partido que lo enfrentó fuera de casa ante la SD Gernika de Gorka Iraizoz. Esta supone la cuarta victoria del equipo de Unai Mendia en los cinco partidos que ha disputado en este 2025. Los rojillos dominaron el juego y las ocasiones, pero de nuevo la falta de puntería fue su gran deficiencia. Tuvo que aparecer Théo Le Normand para disimular la falta de acierto con una vaselina que enmudeció al respetable y selló el triunfo por la mínima.
El CD Teruel llegaba a Urbieta respaldado por una buena dinámica, ya que en 2025 seguía sin conocer la derrota, no obstante, también lo hacía con alguna que otra baja que le obligaba a buscar alternativas para formar un once competitivo. Para empezar, el propio Unai Mendia no pudo estar en el banquillo, ya que le tocaba cumplir sanción por la roja que vio en el partido de la última jornada ante el Arenas de Getxo. En su lugar fue Jesús Cabrero, el segundo entrenador del equipo, el que se erigió como el capitán del barco en el choque ante la SD Gernika. Respecto al once inicial, los rojillos no podían contar ni con Iván López, sancionado por acumulación de tarjetas amarillas, ni con José Val, por la lesión en su pubis, de modo que la defensa era la parcela del campo más afectada por las bajas. Ante esta situación, Mendia decidió alinear a Áxel Ariel en el lugar que suele ocupar Iván López y a Dufur en el espacio habitual de Val. Junto a ellos estuvieron en la línea de atrás Cabetas e Iván Serrano. En la medular Mendia pudo contar con todos sus efectivos, ya que Marí ya cumplió la sanción por doble amarilla ante el Arenas, por lo que salieron al verde el propio Marí, Asier Parra Y Théo Le Normand. En el ataque el técnico rojillo optó de nuevo por alinear a Febas en la punta de lanza y lo acompañaron en las bandas Moha y Aimar Peña. Por último, en la portería volvió a ser Taliby el elegido para cubrir la última barrera del arco turolense.
El conjunto anfitrión, la SD Gernika, fue el encargado de poner el primer esférico en movimiento. Buscó sorprender por medio de un balón directo, pero el CD Teruel mostró su concentración desde el primer instante para frustrar enseguida la intentona local. Los rojillos llegaban a Urbieta conscientes de la amenaza que suponía el conjunto vasco, y es que, pese a la victoria turolense en el partido de ida entre estos dos conjuntos, los de Mendia eran sabedores del salto de calidad que habían dado los de Gorka Iraizoz en esta segunda parte de la temporada, y es que estos llegaban al choque después de haber planteado serios compromisos ante rivales de entidad, así como el Alavés B o la UD Logroñés. Por ello, Mendia, ausente en el banquillo por la roja que vio en el partido disputado en Pinilla ante el Arenas de Getxo, trató de mentalizar a los suyos durante toda la semana para salir enchufados desde el principio.
A juzgar por los primeros minutos, lo logró, y es que en el minuto 4 de juego Théo le Normand tuvo en sus botas el primer tanto del partido, sin embargo, el fuera de juego frustró sus planes. Pero ello le valía al CD Teruel para mostrar sus credenciales y avisar a sus rivales de que este choque iba a ser complicado. Dicho aviso cobró mayor calado pocos minutos después, ya que, en el 11, el conjunto visitante tuvo otra ocasión para abrir la lata por medio de Moha, que no pudo aprovechar una jugada por la derecha para batir a Altamira.
Con estas dos ocasiones a su favor, el CD Teruel fue desnivelando la balanza, de manera que se fue haciendo con el dominio del partido en los primeros minutos de juego. Así, la medular rojilla pasó a ser la que dictaba a lo que se jugaba y la mayor actividad se concentraba en la parte del campo que defendía la SD Gernika.
Con el balón en sus botas, el CD Teruel siguió insistiendo con más acciones de peligro. De hecho, Joel Febas sumó la tercera oportunidad rojilla de ver puerta, antes del minuto 20 de partido, en una jugada en la que terminó derribado dentro del área y viendo la tarjeta amarilla por, a juicio del colegiado, simular penalti, algo que no compartió el delantero mudéjar, que abandonó el lugar negando con la cabeza y con cierta incredulidad.
El CD Teruel tenía el partido donde quería, no obstante, la SD Gernika no renunciaba a él. El conjunto vasco encontraba en el fútbol directo su mejor aliado para rondar la meta turolense, aunque no conseguía llegar con claridad. En el minuto 28 los vascos forjaron una buena combinación por el costado izquierdo para obligar a Taliby a esforzarse al máximo para tapar una ocasión de peligro, pero esta fue la más destacada, pues el resto de su juego ofensivo en esta primera mitad se veía truncado en tres cuartos de campo. De esta manera, sus mayores opciones de hacer daño pasaban por el balón parado, ya que el saque de esquina era la única vía que les permitía acceder con mayor claridad al área rojilla.
Conforme el primer tiempo fue muriendo las fuerzas se fueron equilibrando, ya que a los rojillos les costaba más encontrar los espacios entre una defensa de la SDâÂÂÂÂÂÂÂÂGernika que se fue asentando en el terreno de juego con mayor firmeza. De esta manera, los instantes finales de la primera parte se destacaron por el buen papel de las defensas, que acabaron siendo mejores que los ataques para mandar el partido al descanso con todo igualado.
La SD Gernika no había tenido ninguna ocasión clara en toda la primera parte, sin embargo, tras el reinicio, el conjunto de Iraizoz salió con fuerzas renovadas para adjudicarse dos ocasiones seguidas que hicieron temblar la meta visitante. La más peligrosa se dio en el minuto 47, cuando Mikel Arzalluz, el ariete local, se asomó al balcón del área roilla para sacarse un potente disparo que pudo ver puerta. No obstante, el trallazo le salió centrado y eso salvó al CD Teruel, ya que Taliby pudo detenerlo sin mayores consecuencias.
La salida relámpago de la SD Gernika en el inicio de esta segunda mitad sorprendió en primera instancia a los de Mendia, sin embargo, rápidamente volvieron a meterse en el partido por medio de otra ocasión, quizá la más clara del encuentro. El protagonista fue Aimar Peña que se lamentó con vehemencia consciente de la grave ocasión que había fallado.
Ander Dufur se hizo con un esférico en el costado derecho del campo y habilitó rápidamente entre líneas a Moha, que no se lo pensó dos veces y puso un centro tenso a ras de césped con destino al segundo palo donde se encontraba Peña totalmente solo. Este no pudo conectar con certeza con el esférico y lo mandó por encima de la portería, errando así la ocasión a bocajarro, lo que volvía a hacer evidente las dificultades del conjunto rojillo para hacer gol, pues el cuadro mudéjar ya había dispuesto de varias, pero el marcador seguía como al inicio.
El propio Peña fue la primera sustitución que ejecutó el conjunto rojillo, y es que este se marchó del césped poco después y le dejó su sitio a Isaac Obeng, que entró con vigor al choque. Tanto es así que en una de las primeras pelotas que tocó arrancó la moto para marcarse una gran jugada individual y filtrarle un balón peligroso a Febas. Otro balón que tampoco acabó en el fondo de las mallas de Altamira, ya que Joel llegó algo forzado y solo pudo tocar el esférico con el exterior de su bota derecha para estrellarlo con la valla de publicidad.
Tras el ingreso al césped de Obeng, Cabrero, que ocupaba el rol habitual de Mendia por la sanción del anterior partido, optó por hacer más cambios para buscar mayor certeza de cara a puerto, por lo que acabó por sustituir toda la línea de ataque, de manera que Moha y Febas cedieron su sitio a Peru Ruiz y Giuliano Bertino respectivamente.
Con los cambios hechos, el ataque turolense siguió siendo abundante y arrollador, sin embargo, tuvo que ser Le Normand el que abriera la lata y no de cualquier forma, y es que el francés se vio obligado a sacar la magia que le caracteriza, pues batió a Altamira con una vaselina a la altura de muy pocos. El centrocampista recibió un balón medido de Miguel Marí, orientó con el pecho y le dio la fuerza idónea para dibujar una parábola lenta, que contuvo la respiración de todos los presentes durante un instante, pero efectiva para superar todas las líneas de defensa, incluyendo la del meta rival Altamira, y colar el balón en la meta local.
De esta manera, el conjunto rojillo vio recompensado todo su esfuerzo, pues, después de varias ocasiones, conseguía el gol que le ponía por delante.
A estas alturas del partido, los rojillos habían vuelto a hacerse con el dominio en líneas generales, no obstante, el tanto de Le Normand había herido a los locales de manera que se tiraron en tromba a por el empate. Sacaban los dientes así los vacos para reclamar su espacio en el partido. Le quitaron el esférico a los rojillos por momentos para asomarse al área de Taliby en busca de la igualada y a punto estuvieron de encontrarla al filo del desenlace, pero lo cierto es que la fortuna no estuvo de su lado y la mayoría de su juego ofensivo se vio de nuevo frustrado por una imperial zaga rojilla liderada por Cabetas.
Óscar Caro fue la última sustitución del conjunto rojillo. Este ocupó el espacio de un fatigado y dolorido Miguel Marí, que recibió un golpe en su última jugada del partido, para mantener vivo a un CD Teruel que, pese al incremento de intensidad de los locales, siguieron siendo peligrosos. De hecho, en el descuento Peru Ruiz anotó un tremendo golazo desde su casa y algo escorado que finalmente fue anulado por falta en lo que podría haber sido el 2-0 del choque. No subió ese disparo al marcador, pero tampoco lo hizo ninguno más, de modo que el tanto de Le Normand sirvió para que el cuadro mudéjar cosechase otro triunfo más y pueda seguir mirando hacia los puestos de 'play-offs'.
El CD Teruel llegaba a Urbieta respaldado por una buena dinámica, ya que en 2025 seguía sin conocer la derrota, no obstante, también lo hacía con alguna que otra baja que le obligaba a buscar alternativas para formar un once competitivo. Para empezar, el propio Unai Mendia no pudo estar en el banquillo, ya que le tocaba cumplir sanción por la roja que vio en el partido de la última jornada ante el Arenas de Getxo. En su lugar fue Jesús Cabrero, el segundo entrenador del equipo, el que se erigió como el capitán del barco en el choque ante la SD Gernika. Respecto al once inicial, los rojillos no podían contar ni con Iván López, sancionado por acumulación de tarjetas amarillas, ni con José Val, por la lesión en su pubis, de modo que la defensa era la parcela del campo más afectada por las bajas. Ante esta situación, Mendia decidió alinear a Áxel Ariel en el lugar que suele ocupar Iván López y a Dufur en el espacio habitual de Val. Junto a ellos estuvieron en la línea de atrás Cabetas e Iván Serrano. En la medular Mendia pudo contar con todos sus efectivos, ya que Marí ya cumplió la sanción por doble amarilla ante el Arenas, por lo que salieron al verde el propio Marí, Asier Parra Y Théo Le Normand. En el ataque el técnico rojillo optó de nuevo por alinear a Febas en la punta de lanza y lo acompañaron en las bandas Moha y Aimar Peña. Por último, en la portería volvió a ser Taliby el elegido para cubrir la última barrera del arco turolense.
El conjunto anfitrión, la SD Gernika, fue el encargado de poner el primer esférico en movimiento. Buscó sorprender por medio de un balón directo, pero el CD Teruel mostró su concentración desde el primer instante para frustrar enseguida la intentona local. Los rojillos llegaban a Urbieta conscientes de la amenaza que suponía el conjunto vasco, y es que, pese a la victoria turolense en el partido de ida entre estos dos conjuntos, los de Mendia eran sabedores del salto de calidad que habían dado los de Gorka Iraizoz en esta segunda parte de la temporada, y es que estos llegaban al choque después de haber planteado serios compromisos ante rivales de entidad, así como el Alavés B o la UD Logroñés. Por ello, Mendia, ausente en el banquillo por la roja que vio en el partido disputado en Pinilla ante el Arenas de Getxo, trató de mentalizar a los suyos durante toda la semana para salir enchufados desde el principio.
A juzgar por los primeros minutos, lo logró, y es que en el minuto 4 de juego Théo le Normand tuvo en sus botas el primer tanto del partido, sin embargo, el fuera de juego frustró sus planes. Pero ello le valía al CD Teruel para mostrar sus credenciales y avisar a sus rivales de que este choque iba a ser complicado. Dicho aviso cobró mayor calado pocos minutos después, ya que, en el 11, el conjunto visitante tuvo otra ocasión para abrir la lata por medio de Moha, que no pudo aprovechar una jugada por la derecha para batir a Altamira.
Con estas dos ocasiones a su favor, el CD Teruel fue desnivelando la balanza, de manera que se fue haciendo con el dominio del partido en los primeros minutos de juego. Así, la medular rojilla pasó a ser la que dictaba a lo que se jugaba y la mayor actividad se concentraba en la parte del campo que defendía la SD Gernika.
Con el balón en sus botas, el CD Teruel siguió insistiendo con más acciones de peligro. De hecho, Joel Febas sumó la tercera oportunidad rojilla de ver puerta, antes del minuto 20 de partido, en una jugada en la que terminó derribado dentro del área y viendo la tarjeta amarilla por, a juicio del colegiado, simular penalti, algo que no compartió el delantero mudéjar, que abandonó el lugar negando con la cabeza y con cierta incredulidad.
El CD Teruel tenía el partido donde quería, no obstante, la SD Gernika no renunciaba a él. El conjunto vasco encontraba en el fútbol directo su mejor aliado para rondar la meta turolense, aunque no conseguía llegar con claridad. En el minuto 28 los vascos forjaron una buena combinación por el costado izquierdo para obligar a Taliby a esforzarse al máximo para tapar una ocasión de peligro, pero esta fue la más destacada, pues el resto de su juego ofensivo en esta primera mitad se veía truncado en tres cuartos de campo. De esta manera, sus mayores opciones de hacer daño pasaban por el balón parado, ya que el saque de esquina era la única vía que les permitía acceder con mayor claridad al área rojilla.
Conforme el primer tiempo fue muriendo las fuerzas se fueron equilibrando, ya que a los rojillos les costaba más encontrar los espacios entre una defensa de la SDâÂÂÂÂÂÂÂÂGernika que se fue asentando en el terreno de juego con mayor firmeza. De esta manera, los instantes finales de la primera parte se destacaron por el buen papel de las defensas, que acabaron siendo mejores que los ataques para mandar el partido al descanso con todo igualado.
La SD Gernika no había tenido ninguna ocasión clara en toda la primera parte, sin embargo, tras el reinicio, el conjunto de Iraizoz salió con fuerzas renovadas para adjudicarse dos ocasiones seguidas que hicieron temblar la meta visitante. La más peligrosa se dio en el minuto 47, cuando Mikel Arzalluz, el ariete local, se asomó al balcón del área roilla para sacarse un potente disparo que pudo ver puerta. No obstante, el trallazo le salió centrado y eso salvó al CD Teruel, ya que Taliby pudo detenerlo sin mayores consecuencias.
La salida relámpago de la SD Gernika en el inicio de esta segunda mitad sorprendió en primera instancia a los de Mendia, sin embargo, rápidamente volvieron a meterse en el partido por medio de otra ocasión, quizá la más clara del encuentro. El protagonista fue Aimar Peña que se lamentó con vehemencia consciente de la grave ocasión que había fallado.
Ander Dufur se hizo con un esférico en el costado derecho del campo y habilitó rápidamente entre líneas a Moha, que no se lo pensó dos veces y puso un centro tenso a ras de césped con destino al segundo palo donde se encontraba Peña totalmente solo. Este no pudo conectar con certeza con el esférico y lo mandó por encima de la portería, errando así la ocasión a bocajarro, lo que volvía a hacer evidente las dificultades del conjunto rojillo para hacer gol, pues el cuadro mudéjar ya había dispuesto de varias, pero el marcador seguía como al inicio.
El propio Peña fue la primera sustitución que ejecutó el conjunto rojillo, y es que este se marchó del césped poco después y le dejó su sitio a Isaac Obeng, que entró con vigor al choque. Tanto es así que en una de las primeras pelotas que tocó arrancó la moto para marcarse una gran jugada individual y filtrarle un balón peligroso a Febas. Otro balón que tampoco acabó en el fondo de las mallas de Altamira, ya que Joel llegó algo forzado y solo pudo tocar el esférico con el exterior de su bota derecha para estrellarlo con la valla de publicidad.
Tras el ingreso al césped de Obeng, Cabrero, que ocupaba el rol habitual de Mendia por la sanción del anterior partido, optó por hacer más cambios para buscar mayor certeza de cara a puerto, por lo que acabó por sustituir toda la línea de ataque, de manera que Moha y Febas cedieron su sitio a Peru Ruiz y Giuliano Bertino respectivamente.
Con los cambios hechos, el ataque turolense siguió siendo abundante y arrollador, sin embargo, tuvo que ser Le Normand el que abriera la lata y no de cualquier forma, y es que el francés se vio obligado a sacar la magia que le caracteriza, pues batió a Altamira con una vaselina a la altura de muy pocos. El centrocampista recibió un balón medido de Miguel Marí, orientó con el pecho y le dio la fuerza idónea para dibujar una parábola lenta, que contuvo la respiración de todos los presentes durante un instante, pero efectiva para superar todas las líneas de defensa, incluyendo la del meta rival Altamira, y colar el balón en la meta local.
De esta manera, el conjunto rojillo vio recompensado todo su esfuerzo, pues, después de varias ocasiones, conseguía el gol que le ponía por delante.
A estas alturas del partido, los rojillos habían vuelto a hacerse con el dominio en líneas generales, no obstante, el tanto de Le Normand había herido a los locales de manera que se tiraron en tromba a por el empate. Sacaban los dientes así los vacos para reclamar su espacio en el partido. Le quitaron el esférico a los rojillos por momentos para asomarse al área de Taliby en busca de la igualada y a punto estuvieron de encontrarla al filo del desenlace, pero lo cierto es que la fortuna no estuvo de su lado y la mayoría de su juego ofensivo se vio de nuevo frustrado por una imperial zaga rojilla liderada por Cabetas.
Óscar Caro fue la última sustitución del conjunto rojillo. Este ocupó el espacio de un fatigado y dolorido Miguel Marí, que recibió un golpe en su última jugada del partido, para mantener vivo a un CD Teruel que, pese al incremento de intensidad de los locales, siguieron siendo peligrosos. De hecho, en el descuento Peru Ruiz anotó un tremendo golazo desde su casa y algo escorado que finalmente fue anulado por falta en lo que podría haber sido el 2-0 del choque. No subió ese disparo al marcador, pero tampoco lo hizo ninguno más, de modo que el tanto de Le Normand sirvió para que el cuadro mudéjar cosechase otro triunfo más y pueda seguir mirando hacia los puestos de 'play-offs'.
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