La caravana de la Vuelta Femenina llega a Teruel entre la resignación del comercio del Ensanche

La Avenida Sagunto, entre el cruce de Avenida Aragón y el acceso al Viaducto hacia el casco histórico de Teruel se encuentra ya cortado al tráfico, toda vez que la caravana de la Vuelta a España Femenina está desembarcando e instalando la línea de meta que se va a ubicar en la avenida, con vistas desde meta a la Plaza de Toros. Ocupado el espacio público y prohibidos tanto el estacionamiento como la circulación, los servicios públicos y la asistencia al tejido comercial de la zona queda afectada y suspendida entre la resignación de los propios comerciantes y algunas protestas por la duración de estas restricciones. 

La organización espera que la llegada de las corredoras a la ciudad turolense quede establecida a primera hora de la tarde, entre las cuatro y media y las cinco y media de la tarde, momento en el que se establecerá un corte total de la circulación que afectará no solo a la avenida, que ya lo está, sino a todo el recorrido urbano de la expedición; entrarán las ciclistas por la zona del recinto ferial para llevar a cabo una ruta a toda velocidad por las principales arterias del Ensanche de la ciudad, con lo que el tráfico quedará afectado prácticamente en todo Teruel. Se establece un operativo que permitirá recuperar esa circulación de manera casi inmediata en cuanto acabe la etapa.

La tercera etapa de la Vuelta Ciclista a España Femenina tiene como protagonista fundamental el escarpado paisaje y las sinuosas carreteras de la comarca de Gúdar-Javalambre, en la provincia de Teruel. Es la primera gran jornada de la ronda española, y lo es, en definitiva, porque el pelotón de la Vuelta ha de atravesar de este a oeste la serranía que divide las provincias de Teruel y de Castellón. Parte la etapa de Lucena de Cid, en el montañoso Alcalatén castellonense, y para llegar a Teruel capital, línea de meta de la expedición, habrá de superar 130 kilómetros de esos que los comunicadores del ciclismo denominan “media montaña”.

Un eufemismo para no decir que la etapa es un auténtico rompepiernas. De Lucena se da inicio a la ruta bajando hasta los 300 metros de altitud, hasta la ribera del Mijares, en Argelita. A partir de ahí, y durante casi cien kilómetros, todo lo que las corredoras van a tener que hacer es subir. Tendido hasta medio camino, en herradura a partir de la llegada a la provincia turolense, porque desde la muga aguarda el primer gran muro de esta edición de la ronda española, que es el puerto de Fuentes de Rubielos. Se le califica como tercera categoría por su distancia, alrededor de seis kilómetros, no especialmente largo. Pero en esos seis kilómetros se superan cuatrocientos metros de desnivel hasta llegar a una altura de más de mil de altitud. Eso implica porcentajes de subida de hasta el diez por ciento, de etapa de montaña de buen nivel y espectáculo.

Aún se subirá después un poco más, cien metros de desnivel añadido que se dirimirán entre Fuentes y La Puebla de Valverde, pasando por Mora de Rubielos y Rubielos de Mora. Es la parte de recorrido sinuosa y técnica que terminará de decidir si la selección natural del puerto permite establecer las primeras diferencias en la clasificación, sirve para configurar escapadas con visos de llegar a meta o, por el contrario, llama a las corredoras a la prudencia y a la reserva de fuerzas para posteriores días. 

A partir de La Puebla de Valverde, los 25 kilómetros finales hasta Teruel capital suavizan un tanto su relieve, momento en el que las rodadoras que hayan sobrevivido a la “media montaña” anterior podrán ponerse al frente de la expedición para tratar de opositar a la victoria de etapa. Teruel será el primer gran hito de esta Vuelta a España Femenina, que también pasará por los Pirineos aragoneses en busca de la alta montaña. El primer castigo, con todo, se lo llevan las ciclistas de su visita a Gúdar-Javalambre.