El Teruel juega para golear y termina sufriendo para ganar al Izarra (1-0)
Buen triunfo de los rojillos que escalan posiciones en la clasificaciónMinuto 68. Después de hora y pico de partido, la acumulación de pulsaciones cardiacas, el desgaste físico y la sucesión de cargas y golpes tienen un efecto, sobre todo, depresor a nivel mental. El futbolista medio, sea cual sea la categoría en la que juegue, tiende a priorizar su funcionamiento físico; piensa menos, se concentra en seguir corriendo. Pero el francés Theo Le Normand no es un futbolista medio. Su cabeza carbura igual en el minuto 1 y en el 97. Por eso cuando amasó bola en zona de tres cuartos, a veinte para el final, donde otros ven sólo carrera y finalización, él dibujó jugada. Entera. Inicio, nudo y desenlace. Segundo y medio para esperar a Febas, a quien se la puso en carrera, campo limpio para el ilerdense. Le Normand avistó desde su palco, diez metros por detrás. Se limitó a esperar. El cuero le llegó a Peru, que vio al francés en el sitio en el que se había proyectado diez segundos antes, cuando empezó a cocinar el gol del Teruel. Punto de penalti. Pase a la red. Uno a cero.
El triunfo del equipo rojillo, ayer en Pinilla ante el serio Izarra de Estella, empieza y termina en estos cortometrajes que guioniza el galo cuando se calza las botas de fútbol. El gol suyo es la creación que solucionó un acertijo, por lo demás, que costó descifrar. Porque donde Le Normand pone pausa y criterio, en el resto de la zona de cocción del gol hay serios problemas para que la masa se eleve. No menos de media docena de centros claros, nítidos para barruntar el premio, fueron a parar al tercer palo. Y cuando la bola caía clara para marcar, tampoco al Teruel le sobran maneras en la ejecución definitiva. El cuadro local jugó para golear ayer, pero sufrió, porque en el arte supremo del fútbol anda peleado con las musas.
Hay que decir, para empezar, que Unai le pegó una buena pensada al partido. Sorprendió de inicio; falso nueve con Febas como hombre más adelantado, Jorge en derecha, y Le Normand en izquierda para dejar a Cervera como explorador de los espacios entre líneas. En la medular, Marí y Caro compartían trabajo de corte, confección y empuje para diseñar un primer cuarto de hora aseado del equipo. Impulsado por Serrano desde el lateral zurdo, el Teruel ya había gozado de dos saques de esquina en los cinco primeros minutos. Conectaban los mediapuntas, y el equipo volcaba el partido hacia la puerta de Fraga, a quien su defensa le protegió bien, con sentido y con compromiso.
Ritmo decreciente
Poco tuvo que parar, y no porque el Teruel no tirase. A Le Normand le negó el gol un central azul poco antes de los diez minutos. Sí sacó el guante en una de Febas y, sobre todo, en otra de Cervera, ya cumplido el minuto veinte, que sacó a córner casi a la altura del larguero. Para entonces el Izarra ya se había sacudido el inicial dominio local, y empezaría a crecer con balón. Se aupó a partir de la lucha de sus delanteros; ubicó dos el once de Estella, un par de bregadores como Garat y Juanma, bajo cuyo empuje empezaron a descolgarse balones para los laterales rivales. En una de ésas, Endika le puso medio gol a Iker Hernández. Se le hizo de noche en la frontal del área.
A la media hora el partido se jugaba más en campo turolense. No es, en sí mismo, una mala noticia. Al preparador turolense no le gusta la idea: “nos contagiamos un poco de su ritmo”, confesó en la rueda de prensa posterior. Pero, aún con dos gladiadores en contra, Cabetas y López se fajaron bien, no se acularon y bajaron pelotas para que Marí sacase a pasear su magia. Bola del alicantino a la espalda rival, Jorge le sirvió el gol a Cervera, tiro a córner a diez del descanso. Sucesión posterior de saques de esquina y en uno de esos, ensayado, a Cervera le pusieron un balón en punto de penalti que no acertó a embocar. Terminó de espabilar entonces el Izarra, que guardó líneas y pelota hasta el descanso. Theo y Jorge intercambiaron posiciones en busca de algo más, pero se apagó el primer acto con el empate a cero inicial.
Peru activa el ataque
Movió de nuevo el árbol Unai Mendia, y a la reanudación entró Peru para reordenar el ataque con un ariete posicional. “Hablamos de aumentar el ritmo, la velocidad del partido”, confesaba el entrenador. Le sentó bien el retoque al equipo local, que se aupó tras el empuje del delantero y rozó el gol en dos ocasiones, clarísimas, ambas con Cervera como protagonista. En la primera, Val y Febas combinaron en banda para dejar un pase de la muerte que entre el catalán y Peru no acertaron a convertir. La segunda aún fue más nítida, servicio raso al punto de penalti, de nuevo Febas, y Cervera la enviaría arriba cuando lo más sencillo era embocar. No habían pasado ni cinco minutos de la segunda parte.
Pero el Izarra es buen lector de partidos y dinámicas. Como en la primera parte, al empuje del Teruel le opuso cloroformo, parones con y sin balón. A Le Normand le tocaron un par de agarrones seguidos, no cabe el desorden en el conjunto navarro, y por ahí se le fue poco a poco consumiendo la llama al Teruel tras su efervescencia, porque el equipo aún es inconstante en su trabajo atacante. Aún así, tiene otra cosa el once mudéjar que poco a poco le deberá impulsar hacia adelante en esta categoría: no es mal encajador. Lejos de deprimirse porque no acertó cuando el partido le fue de cara, el Teruel apretó filas y se endureció cuando el partido se fue secando. Ahí terminó de sembrar el triunfo de ayer.
A la hora de partido, el Izarra había logrado volver a coger la pelota y proyectarse de nuevo desde las bandas. Y de nuevo el Teruel opuso orden y contundencia cuando tocó guardar la ropa. Además, en esta segunda parte, decidió no bajar el pistón. Fue de nuevo impreciso, debe entrenar centros y juego entre líneas. Pero no rebló, persistió en su esfuerzo ofensivo y, al final, halló el premio en esa obra de arte que inventó Le Normand para poner por delante a los de Mendia.
Tras el gol, goleada frustrada
Arrancaron tras el uno a cero los mejores minutos del CD Teruel, que acumuló no menos de tres o cuatro ocasiones de máxima claridad para cerrar el envite sin necesidad de sufrimiento al final. Alomar, ya en el terreno de juego, mandó arriba un buen servicio de Peru desde la derecha. A Febas se le hizo de noche en el área tras recibir un fino pase filtrado de Cabetas. Y el propio Peru marró un mano a mano clarísimo, delante del portero, su vaselina se le fue arriba por centímetros.
Pero no hubo dos a cero, así que el Teruel le dio al Izarra la oportunidad de venirse arriba y emprender un arreón final que le daría alguna opción para rascar un empate que no mereció, aunque justo es decir que los navarros en modo alguno le perdieron la cara al duelo. A base de balones parados y servicios largos, fueron empujando al cuadro local hacia el área de Taliby. Un corner cerca del minuto 85 lo mandó fuera Grande. Y un disparo posterior desde fuera del área puso a prueba la reacción del arquero hispanoguineano.
Con todo, siguió bien el equipo atrás, inconmensurables Val y Cabetas al corte, muy buenos minutos también de Roger y Dufur reforzando la zaga turolense para que la victoria no se viera finalmente comprometida. Aún gozaría Peru de una última cabalgada para establecer el tanteo definitivo;âÂÂÂÂÂÂcazó bien el pelotazo largo de Cabetas para embocar a gol de primeras, aunque se le desvió la mirilla un metro y se quedó, un día más, sin el premio del gol. No debe sufrir por ello el ariete vasco, útiles y comprometidos minutos los suyos, como los del resto de un bloque que ayer jugó para golear y supo sufrir para conservar su segundo triunfo del curso.
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