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El CD Teruel arranca un punto y roza la victoria en un eléctrico partido en Las Gaunas (0-0) El CD Teruel arranca un punto y roza la victoria en un eléctrico partido en Las Gaunas (0-0)
La polémica expulsión de Miguel Marí pudo condicionar el partido para el Teruel, que con once hizo méritos para llevarse el triunfo. CD Teruel

El CD Teruel arranca un punto y roza la victoria en un eléctrico partido en Las Gaunas (0-0)

La UD Logroñés planteó un duelo vertiginoso que el equipo rojillo contrarrestó con orden y criterio a pesar de la expulsión de Marí

El CD Teruel tuvo que sudar hasta la deshidratación, en Las Gaunas ante la UD Logroñés, un empate más que merecido, que bien pudo convertirse en victoria y que no fue derrota a pesar de la decisión polémica, por decirlo con suavidad, del colegiado del partido. García Presa decidió expulsar a Marí en una disputa con balón por medio y carga de ambos rivales en el centro del campo a un cuarto de hora del pitido final. Y sólo entonces, en inferioridad, fue algo menos el equipo rojillo. Pero se defendió con orden y compromiso; por eso suma un punto más, se mantiene en los arrabales de la zona de play-off, y añade otra semana invicta en la previa de recibir al líder, el Arenas de Getxo, la próxima jornada de nuevo en Pinilla.

Eso será entonces. Este domingo, de inicio, apuesta repetida por el falso nueve en la libreta de Unai Mendia, que sigue viendo en Febas un elemento disruptor arriba entre líneas; el ilerdense no le falló ni un ápice, y fue de los mejores de una contienda en la que el rendimiento del equipo volvió a ser superior. De salida, además, un debut en la titularidad, el del argentino Bertino, que anduvo algo más tímido que el resto de sus compañeros, cuestión de tiempo. Moha completó una ofensiva escudada por Marí, Theo y Parra en la medular, con el cuarteto zaguero conocido y reiterado: Serrano, Cabetas, López y Val, Taliby defendiendo el arco. Así salió el Teruel. Y pronto vio que el escenario del encuentro resultaría desconocido.

Potencia sin control

Vertiginoso, eléctrico, partido en dos mitades. Avisado del poder rojillo en la zona ancha, el entrenador de la UD Logroñés planteó un duelo de velocistas, un ritmo sin centrocampistas que no se suele ver en el fútbol actual. Mucho menos en Segunda Federación, por lo que en apenas un par de minutos el derrotero viró hacia la imprecisión, hacia el correcalles. Los riojanos trataron de percutir por el costado defensivo de Val, que anda físicamente castigado del pubis; un par de saques de esquina cazaron desde esa ofensiva los locales.

Al otro lado, Moha leyó rápido que esos espacios abiertos podrían beneficiarle. Y el Teruel no se escondió, pero esa imprecisión le trajo diez minutos iniciales de castigo. Ahí tocó sufrir, y pensar, más cuando al cuarto de hora el once local gozó de un doble remate en el área de Taliby que pudo ser el 1-0.

Salió vivo el once de Unai, y logró a partir del minuto 20 su primera conquista en Las Gaunas, ralentizar el ritmo y, de paso, abrochar progresiones en bloque. Las posesiones visitantes eran cada vez más largas. Una de ellas, ya pasada la media hora, colocó a Parra al borde del área, bien posicionado para el chut. Se le abrió diez centímetros más de lo debido fuera del palo derecho de la meta logroñesa. El aviso trajo consigo otro arreón riojano, dos disparos desde fuera del área antes de que en mitad de la presión local Marí sacase de su metrónomo una salida de balón precisa y maliciosa que encontró el esprint largo de Febas; se plantó el 11 en el área chica, pero su centro chut acabó en córner.

Igualdad al descanso

De poder a poder, con una última parada segura de Taliby tras disparo lejano local, acabó un primer tiempo igualado en el que el resultado, esperable, no escondía un duelo que sí tuvo intríngulis, dos formas muy diferentes de interpretar el juego que dejaron lo más importante para la segunda parte. Y tras la reanudación, más de lo mismo, misma apuesta vertical de la UD e idéntica respuesta en bloque de los de Unai, que ya tuvieron una bien clara de Theo desde el punto de penalti, arriba, por encima del arco riojano; en superioridad, fue de las más claras del envite.

En puridad, ese primer cuarto de hora de la segunda parte vio los mejores minutos rojillos, y el francés dispuso de otra nítida al saque de un córner ensayado que se le marchó esta vez a la izquierda del poste rojiblanco. El CD Teruel estaba consiguiendo oponer no sólo orden y lectura de juego en la presión y la velocidad de la UD, sino claridad en la salida al contragolpe para buscar el daño y el gol de la victoria.

Los banquillos, a escena

Sólo el carrusel de cambios mediada la segunda parte interrumpió el crecimiento visitante. Un mal despeje de Cabetas ya sobre el minuto 65 pudo habilitar a Agüero, y en la ofensiva siguiente, Lupu tuvo un remate franco que sí pudo haber inaugurado el marcador local. Pero reaccionó de nuevo el once mudéjar, de azul completo en esta dominical, a partir de su juego entre líneas. Peña, en el césped por un Febas exhausto y muy útil, acunó bien dos buenos balones al borde del área para sacar sendas faltas que Le Normand pudo servir con su diestro guante de seda.

La primera directa, a la barrera, llevaba aroma de gol sacado con oportunismo por el muro rojiblanco. El segundo servicio, indirecto, colocó a Moha a pie de área chica, algo escorado, para su pierna buena. Engatilló bien el extremo hispanomarroquí, pero su centro chut se paseó por la raya de gol sin otra bota que cazase el gol, y no menos de dos turolenses lo intentaron. Fue el acercamiento más claro del CD Teruel, que para ese momento era claro merecedor de la victoria, un triunfo que le habría proyectado a un nivel superior en liga.

Roja demasiado rigurosa

Un cuarto de hora final quedaba para terminar de construir el triunfo que ya merecía el Teruel, hasta que el trencilla inventó una segunda amarilla para Marí con la que el escenario giró hacia el sufrimiento en los minutos finales. “La primera ya mosqueó”, desvelan desde el club, en cuyo vestuario se huele desde hace semanas la sensación de que las decisiones arbitrales clave no caen nunca del lado favorable mudéjar. Ayer, desde luego, la inferioridad rojilla es difícilmente defendible, y pudo alterar el resultado final en vista de lo que sucedía sobre el terreno de juego.

Sin embargo, el Teruel se vio obligado a dar un paso atrás, y recomponerse, reconfigurar el enfoque final del partido para sostener un empate más que merecido y positivo. Ya sobre el terreno de juego Dufur en la banda derecha por el lesionado Val, y Peña como isla en punta de ataque con Caro dando cobertura en la medular, el cuadro mudéjar se puso el traje del sufrimiento, como ya tocó en Vitoria: dos desplazamientos, dos veces que el equipo debe acabar los partidos con uno menos.

Se adaptó rápido a la situación el once de Mendia, y la UD no encontró tampoco orden en sus acometidas finales, poco más que balones colgados desde las bandas que encontraron la respuesta firme de la defensa y de un seguro Taliby. Más aún, en el descuento disfrutaría el Teruel de algunos contragolpes para asestar el golpe decisivo. Desde zurda, el incansable Serrano trató de proyectar. Y ya con el minuto 94 cumplido, el navarro Ander Dufur acompañó a Peña en una contra para sentenciar el 0-1. Bien llevada por Aimar desde campo propio, el vasco encontró el mejor momento para habilitar al lateral, algo corto quizá se le quedó el pase, lo que le obligó a frenar su carrera.

Aún así le daría tiempo a armar un disparo desde la frontal que se iría arriba para poner punto y final a un más que decoroso empate en un escenario de Primera como es Las Gaunas. Ante un rival que convirtió el partido en un vendaval descontrolado, del que salió bien parado el Teruel. Y ante un árbitro que, de nuevo, decidió expulsar a un jugador mudéjar; lo peor, de hecho, este domingo son las bajas para lo siguiente, con Val tocado y Marí sancionado por su roja.

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