El Andorra se repone de su primer tropiezo con una contundente victoria (3-1)

El Andorra encauzó el rumbo después de recibir su primera derrota la pasada jornada ante el Fuentes con una victoria seria y contundente en la jornada diez ante el Tamarite (3-1). Este resultado se necesitaba ya en la parroquia andorrana, puesto que llevaba cuatro partidos sin conocer la victoria, con dos empates y una derrota. Y es que no hay nada como volver a casa y sentir el calor de los tuyos. El conjunto turolense jugó un encuentro muy serio y completo de principio a fin, sin concesiones ni cosas extrañas, aunque los goles se hicieron de rogar, porque llegaron todos en la segunda mitad, pero el dominio fue andorrano en todo momento.

La primera mitad de los de Carlos Gil fue bastante mejor que la de los partidos anteriores. Heridos después de la última derrote, sus pupilos salieron con ganas y decididos a por el triunfo desde el minuto uno, sin embargo les faltó concretar en los metros finales y algo de fortuna, pero se marchaban al descanso con sensaciones positivas por lo mostrado sobre el terreno de juego. El bagaje del primer tiempo estaba claro: tres ocasiones claras para los locales y ninguna para los visitantes, muy bien contenidos por los futbolistas del Andorra.
 

La segunda fue aún mejor, y la diferencia fue que esta vez, el cuero sí que quiso entrar. Fue un segundo período arrollador, donde se anotaron los cuatro tantos del encuentro y pudieron ser más si los blancos no se hubiesen topado con el poste. Lo cierto es que fue un monólogo de los turolenses, que vivieron casi todo el segundo tiempo en campo rival, sin duda, los mejores minutos de la temporada. Además, es que los locales asestaron los golpes, nada más salir de los vestuarios. En el 47 Villalba se inventó un gran gol desde fuera del área que deshizo el cerrojo visitante.

El balón parado también contribuyó a engrosar el resultado, puesto que a los 53 minutos, un remate de Kemo de cabeza en un saque de córner fue desviado por Guti, quien se introdujo el balón en su propia portería. Y parecía que los minutos siguientes iban a ser más bien tranquilos y que el conjunto de Carlos Gil solo debía mantener el resultado, pero el conjunto de la La Litera recortó distancias de forma sorpresiva con un tanto de Fauria, superada la hora de encuentro. Pese al golpe, el conjunto local no se desestabilizó como antaño en situaciones parecidas y enseguida le dio réplica, anotando dos minutos después el tercero y definitivo tanto. Un gran pase de Magu, que Kemo, resolvió de forma magistral con una gran vaselina.

Tras la derrota de la pasada jornada ante el Fuentes, muchos se preguntaron si se le había acabado ya la gasolina al Andorra, sin embargo, con este resultado el conjunto blanco demuestra que tiene cuerda para rato y ambición para estar arriba. En el próximo partido, el conjunto minero, se las vera con el Épila en su feudo, en una contienda que promete emociones fuertes y que seguro que será complicada. Un Épila que en estos momentos se sitúa octavo, mientras que el Andorra, con esta victoria es cuarto, en plena pomada por el ascenso.