Imagen del final del partido en La Isla entre el Anguiano y el Teruel
Dos zarpazos a balón parado edifican el triunfo del Anguiano ante un Teruel vulgar (2-0)
El cuadro mudéjar no se adaptó a las condiciones del terreno de juego riojano y suma su segunda derrota del curso
Un córner al inicio de la segunda parte y una falta lateral a un cuarto de hora del final provocaron la segunda derrota, otra más fuera de casa, del CD Teruel en este curso en el que el conjunto de Unai Mendia no termina de arrancar. Enjaulado en las pequeñas dimensiones de La Isla, y mal adaptado a las condiciones meteorológicas y del terreno de juego, el cuadro turolense no acabó de encontrarle el tino al partido y vio cómo su rival aguantaba con ritmo en la primera parte para asestar dos golpes definitivos después del descanso. La derrota de este domingo atasca al Teruel en los seis puntos, uno más que las posiciones que marcan descenso a Tercera.
La baja in extremis de Moha, con molestias en una de sus rodillas, le daría que pensar a Mendia. Puso el mister la coctelera táctica a funcionar, y apostó de inicio por encofrar la medular, con Anton y Caro poniendo músculo, Marí y Le Normand soltando pie. Alomar acompañaba a Peru en una dupla de ataque con Val, Cabetas, López y Roger, primera titularidad la suya, cerrando en zaga para armar un 4-4-2 clásico, en busca de percutir a través de los laterales para sujetar desde el centro del campo. Lo segundo sí fue, no tanto lo primero. En realidad, el Anguiano saltó al césped más consciente de cómo debe jugarse en su terreno de La Isla.
Fruto de esa adaptación rápida, el primer cuarto de hora fue de dominio y empuje del Anguiano, que ya gozó de una oportunidad clara antes de los diez minutos, un acercamiento por banda izquierda que acabó en un pase de la muerte no rematado por poco. El aviso espabiló al Teruel, que ajustó líneas, empujó bloque varios metros hacia arriba y apretó los dientes para tratar de asustar al Anguiano. Logró mantener el cuero lejos de Taliby, pero no fue capaz de armar algún ataque potable, nada más que un centro chut de Peru pudo considerarse tiro a puerta en esa primera parte que terminó como comenzó, con el cero a cero inicial.
Tras la reanudación, el Teruel trató de salir con algo más de brío, y un buen servicio de Marí sobre la cabalgada de Caro dejó al aragonés en carrera presto a entrar al área en buena posición. Se encontró con un defensa que le negó el disparo antes de embocar, Pero le duró cinco minutos ese impulso al conjunto rojillo, de colorado completo en este partido. El Anguiano volvió a su plan inicial, aferró marcas y logró el primero del partido en un saque de esquina muy bien servido y mejor rematado por Jorge. Uno a cero, y el duelo pasó de la fuerza a la necesidad. Taliby evitó el 2-0 en una parada felina poco después de la hora de choque, y Unai empezó a mover el banquillo en busca de la reacción.
Ganó algo de tiempo, cinco minutos en los que el Teruel volvió a volcar el partido hacia la meta local, defendida por Roberto, un buen portero que solventó con orden y solvencia los escasos ataques generados por los mudéjares. Una buena tuvo Febas, ya en el terreno de juego, que halló bola en área pequeña pero se topó con la presencia del arquero local. Y, como al principio del segundo tiempo, la reacción visitante se quedó en poca cosa, otros cinco minutos que fueron rápidamente contrarrestados por el buen trabajo colectivo del Anguiano. Así, una falta lateral, desde banda derecha, dio a Sergio la opción de colocar el 2-0 a la postre definitivo.
El cuarto de hora final. después del gol riojano, fue un ejercicio de impotencia del Teruel, enfurruñado en su acoso en busca de un tanto que no llegaría y, de hecho, prácticamente ni se preveía. Apenas un disparo flojo de Cervera, un par de barullos en el área local y un rosario de saques de banda y balones a la olla fue todo lo que el cuadro de Mendia pudo oponer para tratar al menos de maquillar un resultado claro, nítido, una derrota que convierte el siguiente partido, en Pinilla, ante el Izarra, en la primera final de esta temporada ya con las posiciones de privilegio a una distancia más que considerable.
La baja in extremis de Moha, con molestias en una de sus rodillas, le daría que pensar a Mendia. Puso el mister la coctelera táctica a funcionar, y apostó de inicio por encofrar la medular, con Anton y Caro poniendo músculo, Marí y Le Normand soltando pie. Alomar acompañaba a Peru en una dupla de ataque con Val, Cabetas, López y Roger, primera titularidad la suya, cerrando en zaga para armar un 4-4-2 clásico, en busca de percutir a través de los laterales para sujetar desde el centro del campo. Lo segundo sí fue, no tanto lo primero. En realidad, el Anguiano saltó al césped más consciente de cómo debe jugarse en su terreno de La Isla.
Fruto de esa adaptación rápida, el primer cuarto de hora fue de dominio y empuje del Anguiano, que ya gozó de una oportunidad clara antes de los diez minutos, un acercamiento por banda izquierda que acabó en un pase de la muerte no rematado por poco. El aviso espabiló al Teruel, que ajustó líneas, empujó bloque varios metros hacia arriba y apretó los dientes para tratar de asustar al Anguiano. Logró mantener el cuero lejos de Taliby, pero no fue capaz de armar algún ataque potable, nada más que un centro chut de Peru pudo considerarse tiro a puerta en esa primera parte que terminó como comenzó, con el cero a cero inicial.
Tras la reanudación, el Teruel trató de salir con algo más de brío, y un buen servicio de Marí sobre la cabalgada de Caro dejó al aragonés en carrera presto a entrar al área en buena posición. Se encontró con un defensa que le negó el disparo antes de embocar, Pero le duró cinco minutos ese impulso al conjunto rojillo, de colorado completo en este partido. El Anguiano volvió a su plan inicial, aferró marcas y logró el primero del partido en un saque de esquina muy bien servido y mejor rematado por Jorge. Uno a cero, y el duelo pasó de la fuerza a la necesidad. Taliby evitó el 2-0 en una parada felina poco después de la hora de choque, y Unai empezó a mover el banquillo en busca de la reacción.
Ganó algo de tiempo, cinco minutos en los que el Teruel volvió a volcar el partido hacia la meta local, defendida por Roberto, un buen portero que solventó con orden y solvencia los escasos ataques generados por los mudéjares. Una buena tuvo Febas, ya en el terreno de juego, que halló bola en área pequeña pero se topó con la presencia del arquero local. Y, como al principio del segundo tiempo, la reacción visitante se quedó en poca cosa, otros cinco minutos que fueron rápidamente contrarrestados por el buen trabajo colectivo del Anguiano. Así, una falta lateral, desde banda derecha, dio a Sergio la opción de colocar el 2-0 a la postre definitivo.
El cuarto de hora final. después del gol riojano, fue un ejercicio de impotencia del Teruel, enfurruñado en su acoso en busca de un tanto que no llegaría y, de hecho, prácticamente ni se preveía. Apenas un disparo flojo de Cervera, un par de barullos en el área local y un rosario de saques de banda y balones a la olla fue todo lo que el cuadro de Mendia pudo oponer para tratar al menos de maquillar un resultado claro, nítido, una derrota que convierte el siguiente partido, en Pinilla, ante el Izarra, en la primera final de esta temporada ya con las posiciones de privilegio a una distancia más que considerable.
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