Los dos corredores, a su llegada a Andorra
Dos amigos recorren la comarca Andorra-Sierra de Arcos en dos días
Santi Marzo y Luis Martín completan los 125 kilómetros de recorrido en tan solo 19 horas
Santi Marzo y Luis Martín Pitu aprovecharon el primer fin de semana del verano para completar una hazaña sin igual en la comarca de Andorra-Sierra de Arcos. Los dos amigos, procedentes de Andorra y de Ariño, completaron un recorrido de 125 kilómetros y más de 3.000 metros de desnivel acumulados que ellos mismos diseñaron para “promocionar y dar a conocer los pueblos de la comarca”. El sofocante calor se convirtió en el principal enemigo de los dos atletas, pero no pudo con su capacidad de resistencia. Marzo y García invirtieron un total de 19 horas para regresar a su punto de partida después de pasar por los nueve municipios que conforman la comarca.
Una idea de dos amigos aficionados a la carrera por montaña de hace varios años terminó convirtiéndose en realidad el pasa fin de semana. Santi y Pitu partían el sábado por la tarde desde Andorra, con la idea de evitar el pico de calor vespertino, para completar una carrera circular de 125 kilómetros que pasaba por todos los municipios de la comarca. Tras muchos fines de semana de trabajo, planificación y preparación solo quedaba la parte más sencilla y a la par la más complicada.
Por si el desafío en sí pareciese poca cosa, las elevadas temperaturas incrementaron su dificultad. Los 32ºC que marcaba el termómetro en el momento de la salida anunciaba que la ruta no iba a ser para nada sencilla. No obstante, el apoyo de familiares, amigos y otros corredores que se iban uniendo a la travesía hizo más sencilla la aventura.
Desde Andorra, la dupla llegó a Ariño para más tarde pasar por Alacón, Oliete y Estercuel, desde donde afrontaron la parte nocturna de la etapa. “Pensábamos que por la noche iba a refrescar algo más y que nos serviría de respiro, pero no fue así”, comentaba Santi Marzo, una vez concluida la aventura.
El amanecer les pilló por Ejulve, cuando todavía tenían que afrontar el paso por Gargallo, Crivillén y Alloza antes de regresar a Andorra.
El desafío no solo era exigente a nivel físico sino también a nivel organizativo, ya que debían hacer una buena gestión de sus recursos para completar todo el recorrido sin complicaciones inesperadas: “Recargábamos agua en cada pueblo al que llegábamos, pero toda la comida la llevábamos a cuestas. La mochila pesaba una barbaridad para lo que estamos acostumbrados”.
Sin embargo, el apoyo de varios acompañantes durante toda la carrera ayudó bastante a soportar los kilos extra y el sofocante calor, que se convirtió en el “hándicap total”.
Además, el buen estado de la zona y de los caminos, que fueron marcados durante los años previos a la pandemia junto a Alberto de AndoTracks, facilitó mucho el regreso a Andorra, donde varios amigos y familiares esperaban ansiosos a Santi Marzo y a Pitu, que fueron recibidos como héroes.
Sin embargo, Santi sabe que esa es la actitud habitual de los amantes de la carrera por montaña, por lo que confía en poder recorrer otra parte de la provincia turolense junto a su compañero de aventuras. “El mismo día que acabas siempre dices que no haces otra nunca más, pero en poco tiempo ya estás pensando en hacer nuevas carreras”, aseguró uno de los dos componentes de esta dupla que el pasado fin de semana completó una hazaña sin igual.
Una idea de dos amigos aficionados a la carrera por montaña de hace varios años terminó convirtiéndose en realidad el pasa fin de semana. Santi y Pitu partían el sábado por la tarde desde Andorra, con la idea de evitar el pico de calor vespertino, para completar una carrera circular de 125 kilómetros que pasaba por todos los municipios de la comarca. Tras muchos fines de semana de trabajo, planificación y preparación solo quedaba la parte más sencilla y a la par la más complicada.
Por si el desafío en sí pareciese poca cosa, las elevadas temperaturas incrementaron su dificultad. Los 32ºC que marcaba el termómetro en el momento de la salida anunciaba que la ruta no iba a ser para nada sencilla. No obstante, el apoyo de familiares, amigos y otros corredores que se iban uniendo a la travesía hizo más sencilla la aventura.
Una carrera autosuficiente
Los dos colegas salieron desde Andorra con el objetivo de completar los 125 kilómetros en aproximadamente unas veinte horas y hacerlo de manera autosuficiente, con los víveres de agua y comida necesarios para aguantar durante casi un día entero por los montes y caminos de la comarca.Desde Andorra, la dupla llegó a Ariño para más tarde pasar por Alacón, Oliete y Estercuel, desde donde afrontaron la parte nocturna de la etapa. “Pensábamos que por la noche iba a refrescar algo más y que nos serviría de respiro, pero no fue así”, comentaba Santi Marzo, una vez concluida la aventura.
El amanecer les pilló por Ejulve, cuando todavía tenían que afrontar el paso por Gargallo, Crivillén y Alloza antes de regresar a Andorra.
El desafío no solo era exigente a nivel físico sino también a nivel organizativo, ya que debían hacer una buena gestión de sus recursos para completar todo el recorrido sin complicaciones inesperadas: “Recargábamos agua en cada pueblo al que llegábamos, pero toda la comida la llevábamos a cuestas. La mochila pesaba una barbaridad para lo que estamos acostumbrados”.
Sin embargo, el apoyo de varios acompañantes durante toda la carrera ayudó bastante a soportar los kilos extra y el sofocante calor, que se convirtió en el “hándicap total”.
Además, el buen estado de la zona y de los caminos, que fueron marcados durante los años previos a la pandemia junto a Alberto de AndoTracks, facilitó mucho el regreso a Andorra, donde varios amigos y familiares esperaban ansiosos a Santi Marzo y a Pitu, que fueron recibidos como héroes.
Nuevos objetivos en mente
Casi sin tiempo de reponerse del cansancio acumulado, Santi Marzo ya piensa en un nuevo desafío: “Llevo muchos años en la ultradistancia y tengo el reto personal de hacer la Vía Verde Val de Zafán. La quiero hacer con mi amigo, pero él me dice que esta y no más (risas)”.Sin embargo, Santi sabe que esa es la actitud habitual de los amantes de la carrera por montaña, por lo que confía en poder recorrer otra parte de la provincia turolense junto a su compañero de aventuras. “El mismo día que acabas siempre dices que no haces otra nunca más, pero en poco tiempo ya estás pensando en hacer nuevas carreras”, aseguró uno de los dos componentes de esta dupla que el pasado fin de semana completó una hazaña sin igual.
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