Imagen del encuentro disputado este domingo en Pinilla
Diez de doce para propulsar al CD Teruel a la lucha por los ‘play-offs’
Tercer triunfo en cuatro partidos para los rojillos, este domingo ante un Arenas que respondió hasta el final
Cambio de líder en el grupo 2 de Segunda Federación. Pero, sobre todo, cambio de esquema y de escenario, liga nueva cuando está a punto de llegar el último tercio, la fase definitiva y decisiva del campeonato. Y esa tesitura le está pillando al CD Teruel en el mejor momento de la temporada, en una fase dulce, de juego, pero sobre todo de resultados, el momento del curso en el que los errores no penalizan, los aciertos puntúan doble y la balanza tiende a decantarse de lado rojillo. Probablemente este mismo partido, el de este domingo ante el Arenas de Getxo, jugado hace tres meses hubiera terminado en un empate.
Pero la versión 2025 del equipo de Unai Mendia tiene resortes, herramientas de supervivencia que le atornillan al césped cuando las cosas se ponen bravas, y le suavizan el rictus cuando se pone delante del gol. Han venido nuevas piezas que ayudan en este sentido; Aimar Peña logró mojar por primera vez. Para todo lo demás, un funcionamiento colectivo que superó una prueba muy dura, dos bajas clave, dos titulares indiscutibles. A Val le sustituyó Dufur, clave en el tanto local. A Marí lo sustituyeron todos los demás, cada uno asumió un poco de lo que da el alicantino, y entre todos sostuvieron el engranaje para abrazar la victoria.
En efecto, tenía Mendia mucho en qué pensar para sacar el once en Pinilla. Atrás no, simplemente colocar a Dufur para acompañar a López, Cabetas y Serrano, con Taliby en puerta. Pero sí de medio campo hacia adelante. El entrenador decidió no retocar su idea, su plan A; Parra hizo de Marí, Caro hizo de Parra, y Theo... Le Normand hizo lo de siempre, que a estas alturas de temporada es ya muchísimo. En el minuto 6 ya le había dejado a Febas una clara en el área que se le fue al ilerdense fuera por bien poco. Y en esos primeros minutos dio un clinic de bajar a recibir y dar salida por ambos costados.
Ocurre, sin embargo, que el Arenas es un equipo astuto y experto, que no tiene miedo a ningún plan de partido y que espera su momento, lo localiza de hecho rápido, Un par de cabalgadas de Sillero e Hidalgo y un disparo de Ibarrondo desde fuera del área advitieron al once de Mendia que el asunto se resolvería despacio, a fuego lento, y con máxima vigilancia. Tanto se amenazaron los dos en los primeros diez minutos, que decidieron apagarse un poco, mostrarse algo de respeto un punto de prudencia.
A la media hora de juego el Arenas ya se había dado cuenta de que el Teruel es ducho con la pelota, y decidió acularse cinco metros en tramposo catenaccio; los de Mendia aceptaron el reto. Empujaron... Y por allí rozó el 0-1 el cuadro vasco. Buscó las espaldas al contragolpe, y rondó el gol Uzcudun para sacar un córner que sí fue, ésa, clarísima para inaugurar el marcador. Es cierto que el Teruel gozó este domingo de la suerte que en otros duelos le había sido algo más esquiva. También tuvo acierto. Incluso en un lance que a priori sería desafortunado.
“Aspavientos y viva voz”
En el minuto 34, el entrenador del Teruel vio tarjeta roja directa: “Por dirigirse a mí a viva voz, en reiteradas ocasiones, haciendo aspavientos y entrando al terreno de juego”, pone el árbitro en su acta. Las palabras de Unai, “esto no es tarjeta”, aludían a la primera amarilla del choque, al central Iván López, en una disputa en el centro del campo precedida por una retahíla de infracciones e interrupciones, alguna de ellas en contragolpe, que no supusieron ninguna amarilla para los de Getxo. Se quedó el Teruel sin su entrenador en el banquillo. Pero, por lo que sea, se quedó el Arenas también sin su astucia; el partido pasó a la grada de Pinilla, en combustión desde entonces.
Y empujaron los de rojo, que armaron un par de saques de esquina antes del descanso con los que amenazaron con inaugurar el marcador. Uno de ellos se quedó con remate tímido de Febas que precedió a otro más, éste sí, clarísimo desde la frontal del área pequeña. Una nube de piernas sacó el esférico debajo del larguero cuando la afición mudéjar cantaba ya la primera del partido. No lo hubo, sin embargo, y el empate a cero inicial deparaba una segunda mitad llena de incógnitas; la primera, saber cómo jugaría Mendia la baza de sus estiletes desde el banquillo, con Peru, Obeng y Bertino esperando.
Permuta de bandas
Sin embargo, lo que ocurrió fue que a la reanudación el Arenas volvió a dar un paso al frente. Moha y Peña permutaron en sus posiciones en banda, pero los vascos no se despistaron, y empezaron a percutir por la banda de Zabaleta, su zurda. De allí salió habilitado Hidalgo para disparar desde fuera del área, pegado al palo de Taliby. Y desde allí salió un centro que remató Uzcudun de cabeza, pegado al palo izquierdo del arquero turolense, pero por fuera. Para fortuna de los locales, el Arenas no aprovechaba sus intentos.
Y Dufur empezó a ver que esa valentía visitante podría abrir alguna puerta. A los diez del segundo acto ya teledirigió un dron para colocar a Febas delante del portero, no llegó por dos números de bota. En el 57, ya no hubo más fallo. Volvió a salir el 22 despejado desde su banda, para que Moha viese metros y a Febas rompiendo en diagonal. El ilerdense recibió en ventaja y la colocó, ya en el área, rasa, al punto de penalti, para la definición algo trabajosa pero finalmente efectiva de Aimar Peña; uno a cero, estupenda jugada colectiva que a la postre dejaría los puntos en casa.
Eso sí, tocó sufrir y trabajar muchísimo desde entonces. Porque el Arenas, lejos de conformarse con la derrota, decidió dejar de defender por su banda izquierda y percutir en exclusiva desde allí. La tuvo Jakes, en el 61, apenas tres minutos después del gol rojillo; desde área chica sólo había que empujar. Y lo hizo, pero Taliby apareció como un felino para abrazar el balón y la victoria. Otra de Zabaleta en el 65 se paseó delante de la raya de gol sin bota que finalizase. Y en el 70 se le fue al larguero una más al mencionado Jakes, con Taliby ya batido. Pero tampoco entró.
Recomposición atrás
Así que Unai Mendia decidió que la victoria debería trabajarse desde el refuerzo de la defensa. El equipo pasó a línea zaguera de cinco, con Axel en el lateral derecho por un cansado Dufur, y los primeros minutos de Leiza como central zurdo. Tiene recursos, mucha calma, y buena lectura de juego y tiempos el nuevo defensor rojillo, apunta a que será un futbolista de gran utilidad. También reapareció Peru tras su lesión, y fue incluso más útil atrás que adelante, en los minutos de máximo acoso vasco.
Entre suplentes y titulares apagaron el ímpetu del Arenas, más desordenado y desnortado conforme se acercaba el final del duelo. Aún amenazó Theo con alguna contra al final, y sólo una chilena postrera de Jakes, ya con el tiempo cumplido, pudo cambiar el signo de una victoria, la octava del Teruel en Liga, la tercera en lo que va de año, que sostiene al equipo octavo. Está cuatro puntos por detrás de la quinta plaza que marca play-off, con el Ejea como inquilino actual. A este ritmo, los de Unai la pelearán.
Pero la versión 2025 del equipo de Unai Mendia tiene resortes, herramientas de supervivencia que le atornillan al césped cuando las cosas se ponen bravas, y le suavizan el rictus cuando se pone delante del gol. Han venido nuevas piezas que ayudan en este sentido; Aimar Peña logró mojar por primera vez. Para todo lo demás, un funcionamiento colectivo que superó una prueba muy dura, dos bajas clave, dos titulares indiscutibles. A Val le sustituyó Dufur, clave en el tanto local. A Marí lo sustituyeron todos los demás, cada uno asumió un poco de lo que da el alicantino, y entre todos sostuvieron el engranaje para abrazar la victoria.
En efecto, tenía Mendia mucho en qué pensar para sacar el once en Pinilla. Atrás no, simplemente colocar a Dufur para acompañar a López, Cabetas y Serrano, con Taliby en puerta. Pero sí de medio campo hacia adelante. El entrenador decidió no retocar su idea, su plan A; Parra hizo de Marí, Caro hizo de Parra, y Theo... Le Normand hizo lo de siempre, que a estas alturas de temporada es ya muchísimo. En el minuto 6 ya le había dejado a Febas una clara en el área que se le fue al ilerdense fuera por bien poco. Y en esos primeros minutos dio un clinic de bajar a recibir y dar salida por ambos costados.
Ocurre, sin embargo, que el Arenas es un equipo astuto y experto, que no tiene miedo a ningún plan de partido y que espera su momento, lo localiza de hecho rápido, Un par de cabalgadas de Sillero e Hidalgo y un disparo de Ibarrondo desde fuera del área advitieron al once de Mendia que el asunto se resolvería despacio, a fuego lento, y con máxima vigilancia. Tanto se amenazaron los dos en los primeros diez minutos, que decidieron apagarse un poco, mostrarse algo de respeto un punto de prudencia.
Primeras opciones claras
A la media hora de juego el Arenas ya se había dado cuenta de que el Teruel es ducho con la pelota, y decidió acularse cinco metros en tramposo catenaccio; los de Mendia aceptaron el reto. Empujaron... Y por allí rozó el 0-1 el cuadro vasco. Buscó las espaldas al contragolpe, y rondó el gol Uzcudun para sacar un córner que sí fue, ésa, clarísima para inaugurar el marcador. Es cierto que el Teruel gozó este domingo de la suerte que en otros duelos le había sido algo más esquiva. También tuvo acierto. Incluso en un lance que a priori sería desafortunado.
“Aspavientos y viva voz”
En el minuto 34, el entrenador del Teruel vio tarjeta roja directa: “Por dirigirse a mí a viva voz, en reiteradas ocasiones, haciendo aspavientos y entrando al terreno de juego”, pone el árbitro en su acta. Las palabras de Unai, “esto no es tarjeta”, aludían a la primera amarilla del choque, al central Iván López, en una disputa en el centro del campo precedida por una retahíla de infracciones e interrupciones, alguna de ellas en contragolpe, que no supusieron ninguna amarilla para los de Getxo. Se quedó el Teruel sin su entrenador en el banquillo. Pero, por lo que sea, se quedó el Arenas también sin su astucia; el partido pasó a la grada de Pinilla, en combustión desde entonces.
Y empujaron los de rojo, que armaron un par de saques de esquina antes del descanso con los que amenazaron con inaugurar el marcador. Uno de ellos se quedó con remate tímido de Febas que precedió a otro más, éste sí, clarísimo desde la frontal del área pequeña. Una nube de piernas sacó el esférico debajo del larguero cuando la afición mudéjar cantaba ya la primera del partido. No lo hubo, sin embargo, y el empate a cero inicial deparaba una segunda mitad llena de incógnitas; la primera, saber cómo jugaría Mendia la baza de sus estiletes desde el banquillo, con Peru, Obeng y Bertino esperando.
Permuta de bandas
Sin embargo, lo que ocurrió fue que a la reanudación el Arenas volvió a dar un paso al frente. Moha y Peña permutaron en sus posiciones en banda, pero los vascos no se despistaron, y empezaron a percutir por la banda de Zabaleta, su zurda. De allí salió habilitado Hidalgo para disparar desde fuera del área, pegado al palo de Taliby. Y desde allí salió un centro que remató Uzcudun de cabeza, pegado al palo izquierdo del arquero turolense, pero por fuera. Para fortuna de los locales, el Arenas no aprovechaba sus intentos.
Y Dufur empezó a ver que esa valentía visitante podría abrir alguna puerta. A los diez del segundo acto ya teledirigió un dron para colocar a Febas delante del portero, no llegó por dos números de bota. En el 57, ya no hubo más fallo. Volvió a salir el 22 despejado desde su banda, para que Moha viese metros y a Febas rompiendo en diagonal. El ilerdense recibió en ventaja y la colocó, ya en el área, rasa, al punto de penalti, para la definición algo trabajosa pero finalmente efectiva de Aimar Peña; uno a cero, estupenda jugada colectiva que a la postre dejaría los puntos en casa.
Eso sí, tocó sufrir y trabajar muchísimo desde entonces. Porque el Arenas, lejos de conformarse con la derrota, decidió dejar de defender por su banda izquierda y percutir en exclusiva desde allí. La tuvo Jakes, en el 61, apenas tres minutos después del gol rojillo; desde área chica sólo había que empujar. Y lo hizo, pero Taliby apareció como un felino para abrazar el balón y la victoria. Otra de Zabaleta en el 65 se paseó delante de la raya de gol sin bota que finalizase. Y en el 70 se le fue al larguero una más al mencionado Jakes, con Taliby ya batido. Pero tampoco entró.
Recomposición atrás
Así que Unai Mendia decidió que la victoria debería trabajarse desde el refuerzo de la defensa. El equipo pasó a línea zaguera de cinco, con Axel en el lateral derecho por un cansado Dufur, y los primeros minutos de Leiza como central zurdo. Tiene recursos, mucha calma, y buena lectura de juego y tiempos el nuevo defensor rojillo, apunta a que será un futbolista de gran utilidad. También reapareció Peru tras su lesión, y fue incluso más útil atrás que adelante, en los minutos de máximo acoso vasco.
Entre suplentes y titulares apagaron el ímpetu del Arenas, más desordenado y desnortado conforme se acercaba el final del duelo. Aún amenazó Theo con alguna contra al final, y sólo una chilena postrera de Jakes, ya con el tiempo cumplido, pudo cambiar el signo de una victoria, la octava del Teruel en Liga, la tercera en lo que va de año, que sostiene al equipo octavo. Está cuatro puntos por detrás de la quinta plaza que marca play-off, con el Ejea como inquilino actual. A este ritmo, los de Unai la pelearán.
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