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CD Teruel: la preservación del hábitat acabó por desmantelar el ecosistema CD Teruel: la preservación del hábitat acabó por desmantelar el ecosistema
La imagen icónica del ascenso a Primera RFEF, en las redes del Teruel

CD Teruel: la preservación del hábitat acabó por desmantelar el ecosistema

El club peleó varias renovaciones, pero el equilibrio salarial del grupo aceleró la desbandada
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La despedida del guardameta Taliby Konaté, confirmada por las redes sociales del CD Teruel y decorada con una hermosa carta de despedida por parte del futbolista, certifica lo que el director deportivo del club, Quique García, define como un “cambio de ciclo”. En realidad, es más que eso. Taliby cierra una operación salida que se parece a la del “paso del Estrecho”, multitudinaria y tumultuosa. También rápida; hasta una quincena de integrantes del grupo de Primera RFEF ha decidido ya que su futuro está lejos de Teruel. Y entre los que aún no se han decidido, se apuesta más por el ‘no’ que por el ‘sí’.

La clave de esta desbandada no está tanto en motivos o criterios deportivos como en la aplicación hasta las últimas consecuencias de una gestión económica y salarial que hasta el año pasado, hasta el descenso, había funcionado con la precisión y la eficacia de un reloj suizo. La plantilla del CD Teruel ha venido manteniendo en los últimos tiempos un equilibrio, una escala salarial, de enorme homogeneidad, con muy pocas variaciones, gracias a la cual se fomentó el espíritu del grupo y el poder del equipo por encima de las individualidades como forma de afrontar los retos futbolísticos del club.
 

El CD Teruel que fue, frente al que tendrá que ser

Ese equilibrio salarial se plasmó la pasada temporada en una horquilla muy estrecha, alrededor de 25.000 euros brutos más gastos de cotizaciones cifra arriba cifra abajo, sobre la que pivotaba una parte muy sustancial de la plantilla, tanto titulares como también suplentes. Es el hábitat que permitió sostener un equipo de Primera RFEF con opciones de permanencia casi hasta la última jornada sin el peso salarial de futbolistas diferenciales que prácticamente todos los clubes de esa división podían sostener con sus superiores presupuestos.

Renovar sin tocar escalas

Pero esa horquilla colectiva es insostenible en Segunda RFEF, donde la inversión en el primer equipo del Teruel estará poco por encima de los 400.000 euros frente a los más de 600.000 con los que se cerró la temporada pasada. Ciertamente, el club contaba para el curso que viene con futbolistas de la plantilla, y su idea inicial era mantener al menos a media docena, incluso ocho o diez, de los jugadores del año pasado, entre ellos casi todos los que habían logrado el ascenso en el año anterior. Pero ese escenario implicaba la destrucción de ese hábitat, porque o bien tocaba reducir un tercio de los salarios de todos esos integrantes, o bien romper en mil pedazos ese equilibrio señalando futbolistas, compañeros, con mayor escala salarial unos que otros.

Nadie acabó por decidirse por una cosa ni por otra, y ahora el CD Teruel planteará un equipo nuevo en el que sí habrá escalas salariales. La columna vertebral, portero, centrales, mediocentros y delantero, concentrará la apuesta económica del club por delante de un segundo escalón que terminará por llenar el resto de posiciones entre jugadores de más de 23 años, más un tercer nivel configurado por jóvenes sobre los que se pretende insuflar a menor coste la ilusión de desarrollarse en el fútbol nacional.

Despedidas con sentimiento

“No llores porque terminó, sonríe porque sucedió”, resume el club. Hay cierto sabor a melancolía en este mes de junio en el que se ha confirmado que el Teruel volverá a Segunda RFEF y que lo hará, sin embargo, con otro aspecto, otra plantilla, otro planteamiento muy diferente a lo que se vivió, con alegría casi siempre, en los últimos cuatro años.

No dudó el club en compartir en sus redes sociales la icónica imagen de celebración del ascenso con Aparicio, Julen, Romero y Taliby, como no duda en dedicar palabras de agradecimiento a cada uno de los ex que abandonan la nave. Palabras que, además y en no pocos casos, son correspondidas por los propios jugadores y amplificadas por los representantes de la afición mudéjar; la melancolía se funde en un buen sentimiento que deja sensación de puertas abiertas en el club y en los propios futbolistas.

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