Calamochinos y utrillenses, durante el primer derbi de la temporada que terminó con empate. Javier Escriche
Calamochinos y utrillenses pueden comer perdices al final del cuento
Los dos equipos logran sus objetivos esta temporada y sus presidentes se muestran satisfechos
Calamochinos y utrillenses. Utrillenses y calamochinos. Distintos pueblos. Distintos clubes. Un sueño en común. El pasado fin de semana los dos equipos turolenses enmarcados en el grupo XVII de la Tercera RFEF pusieron punto y final a la temporada 2022-2023. Una campaña de treinta jornadas llena de vaivenes, llena de subidas y bajadas, llena de miedos y frustraciones, llena de inmensidades y obstáculos, pero, sobre todo, llena de ilusión y metas por cumplir. En un cuento con un final feliz, finalmente, toda esa ilusión, transformada en coraje y corazón, fue capaz de sobreponerse a todas las vicisitudes que se interpusieron en el camino, de manera que Calamocha y Utrillas consiguieron cerrar un año de gloria, con la certeza de que el año que viene volverán a estar en la arena de la Tercera RFEF para volver a batirse el cobre con los demás equipos de la categoría.
Los mineros empezaron el año cruzado. La alegría del ascenso el año anterior les explotó en la cara cuando la temporada los recibió con dos empates y tres derrotas dolorosas. Huesca B, Binéfar y Barbastro se encargaron de ponerlos en previo aviso de que iba a ser un año duro y de que si querían lograr sus objetivos en esta categoría iban a tener que trabajárselo a base de esfuerzo. Los calamochinos, por su parte, arrancaron con mejor pie. Con dos derrotas, dos victorias y un empate, probaron todos los resultados posibles en los primeros cinco partidos y se situaron en la parte media de la tabla.
No obstante, a medida que la competición fue avanzando, todo fue sucediéndose a la inversa. El punto de inflexión fue el primer derbi, que acabó en empate (1-1), pero cambió el devenir de las cosas. De esta manera, el arranque positivo del Calamocha se fue difuminando con el paso de las jornadas, mientras que los utrillenses fueron asimilando los toques de atención de las primeras jornadas y fueron reaccionando para hacer llegar los primeros resultados positivos que los hicieron salir de la zona de descenso. En este sentido, durante este periodo los mineros atravesaron una buena racha, llegando incluso a acumular un total de seis partidos sin conocer la derrota, entre tanto los del Jiloca se sumieron en una de sus peores dinámicas, pues acumularon nueve jornadas sin conocer la victoria, lo que acabó propiciando la salida de Humberto Arto del banquillo calamochino para que tomara los mando un viejo conocido del club, Sergio Lagunas.
Posteriormente llegó el invierno, una etapa dura en el que las condiciones se extreman y solo los más valientes sobreviven, sin embargo, los utrillenses y los calamochinos, que están acostumbrados a este tipo de condiciones, en lugar de rendirse a lo que el destino les tenía preparado, decidieron reivindicar su permanencia en la Tercera RFEF.
Cuando se reinició la competición, después del receso navideño, los dos equipos se encontraban sumidos en una auténtica crisis, pues los resultados irregulares los tenían anclados en la zona de abajo, muy cerca del descenso. En aquel momento, el Utrillas marchaba en la posición número once con 18 puntos, a tan solo dos puntos del descenso, y el Calamocha ocupaba el decimotercer lugar con dieciséis puntos, lo que lo dejaba empatado a puntos con el Cariñena, es decir con el descenso. No obstante, después de las diez jornadas que se disputaron durante el periodo de invierno la situación de ambos equipos cambió, pues, aunque seguían ocupando los puestos de abajo de la tabla, los resultados más regulares les permitieron contar con una mayor ventaja respecto a la zona caliente, lo que les otorgó cierta tranquilidad de cara al final de la temporada.
Llegados a este punto, el final de la temporada se antojaba crucial, pues, aunque el invierno les había dejado con una importante ventaja respecto al descenso, todavía había posibilidades de que estos volvieran a caer al pozo, ya que tenían por delante partidos de gran dificultad, puesto que todavía les tocaba verse las caras contra equipos de la parte alta de la tabla y conjuntos que se encontraban en su misma situación, jugándose el descenso. Sin embargo, el invierno los había metido en vereda y ninguno de los dos iba a salirse. Así pues, tanto el Calamocha como el Utrillas mantuvieron la regularidad y llegaron a obtener resultados a la altura de los equipos de arriba. Un aspecto que les permitió conseguir la permanencia tres jornadas antes de que diera por finalizada la temporada. Además, en las últimas jornadas el Utrillas también estuvo a punto de colarse en las posiciones de play-offs. Finalmente, el Utrillas y el Calamocha cerraron la campaña con un meritorio noveno y décimo puesto respectivamente, lo que significa que el año que viene volverán a estar en la categoría, con la intención de repetir los mismos resultados o mejorarlos.
Sensaciones
Con estos resultados, la directiva de ambos equipos se mostró satisfecha. En este sentido el presidente del Calamocha, José Antonio Bernad, declaró que “al final la temporada la hemos terminado bastante bien. Hemos estado en números de play-offs en la segunda vuelta y, tal y como habíamos empezado, pues la verdad es que hemos acabado bastante bien”, y destacó los números de la segunda vuelta: “No hemos hecho mucho gol, pero nos han hecho nueve goles y eso nos ha hecho estar arriba”.
Por su parte, el presidente del Utrillas, Pedro Asensio, destacó que “empezamos titubeantes hasta cogerle el pulso a la categoría y a partir de ahí el equipo, sobre todo aquí en casa con el empuje de la afición, dio la cara en todos los partidos.”
Previsiones de futuro
Con esta temporada ya cerrada y después de unos merecidos días de descanso, ambos equipos comenzarán a preparar la temporada del curso que viene, en la que esperan obtener unos resultados, como mínimo, iguales a los de este año.
En este sentido el presidente del Calamocha expresó la intención de que el proyecto que este año han iniciado continúe para el curso que viene: “La directiva ha valorado positivamente el esfuerzo realizado en la segunda vuelta y seguramente un 60 o un 70 % de la plantilla continuará”. El que sí que es seguro que seguirá es el capitán del barco, Sergio Lagunas que, tal y como expresó el presidente, “va a continuar con el proyecto”.
Por su parte, el conjunto minero vive ahora un tiempo de descanso y volverá a la carga más adelante con la misma ambición: “Somos un pueblo pequeño, hay equipos con mucho presupuesto, pero no hay que descartar nunca nada”, indicó el presidente utrillense respecto a la posibilidad de apuntar a cotas más altas el curso que viene.
Los mineros empezaron el año cruzado. La alegría del ascenso el año anterior les explotó en la cara cuando la temporada los recibió con dos empates y tres derrotas dolorosas. Huesca B, Binéfar y Barbastro se encargaron de ponerlos en previo aviso de que iba a ser un año duro y de que si querían lograr sus objetivos en esta categoría iban a tener que trabajárselo a base de esfuerzo. Los calamochinos, por su parte, arrancaron con mejor pie. Con dos derrotas, dos victorias y un empate, probaron todos los resultados posibles en los primeros cinco partidos y se situaron en la parte media de la tabla.
No obstante, a medida que la competición fue avanzando, todo fue sucediéndose a la inversa. El punto de inflexión fue el primer derbi, que acabó en empate (1-1), pero cambió el devenir de las cosas. De esta manera, el arranque positivo del Calamocha se fue difuminando con el paso de las jornadas, mientras que los utrillenses fueron asimilando los toques de atención de las primeras jornadas y fueron reaccionando para hacer llegar los primeros resultados positivos que los hicieron salir de la zona de descenso. En este sentido, durante este periodo los mineros atravesaron una buena racha, llegando incluso a acumular un total de seis partidos sin conocer la derrota, entre tanto los del Jiloca se sumieron en una de sus peores dinámicas, pues acumularon nueve jornadas sin conocer la victoria, lo que acabó propiciando la salida de Humberto Arto del banquillo calamochino para que tomara los mando un viejo conocido del club, Sergio Lagunas.
Posteriormente llegó el invierno, una etapa dura en el que las condiciones se extreman y solo los más valientes sobreviven, sin embargo, los utrillenses y los calamochinos, que están acostumbrados a este tipo de condiciones, en lugar de rendirse a lo que el destino les tenía preparado, decidieron reivindicar su permanencia en la Tercera RFEF.
Cuando se reinició la competición, después del receso navideño, los dos equipos se encontraban sumidos en una auténtica crisis, pues los resultados irregulares los tenían anclados en la zona de abajo, muy cerca del descenso. En aquel momento, el Utrillas marchaba en la posición número once con 18 puntos, a tan solo dos puntos del descenso, y el Calamocha ocupaba el decimotercer lugar con dieciséis puntos, lo que lo dejaba empatado a puntos con el Cariñena, es decir con el descenso. No obstante, después de las diez jornadas que se disputaron durante el periodo de invierno la situación de ambos equipos cambió, pues, aunque seguían ocupando los puestos de abajo de la tabla, los resultados más regulares les permitieron contar con una mayor ventaja respecto a la zona caliente, lo que les otorgó cierta tranquilidad de cara al final de la temporada.
Llegados a este punto, el final de la temporada se antojaba crucial, pues, aunque el invierno les había dejado con una importante ventaja respecto al descenso, todavía había posibilidades de que estos volvieran a caer al pozo, ya que tenían por delante partidos de gran dificultad, puesto que todavía les tocaba verse las caras contra equipos de la parte alta de la tabla y conjuntos que se encontraban en su misma situación, jugándose el descenso. Sin embargo, el invierno los había metido en vereda y ninguno de los dos iba a salirse. Así pues, tanto el Calamocha como el Utrillas mantuvieron la regularidad y llegaron a obtener resultados a la altura de los equipos de arriba. Un aspecto que les permitió conseguir la permanencia tres jornadas antes de que diera por finalizada la temporada. Además, en las últimas jornadas el Utrillas también estuvo a punto de colarse en las posiciones de play-offs. Finalmente, el Utrillas y el Calamocha cerraron la campaña con un meritorio noveno y décimo puesto respectivamente, lo que significa que el año que viene volverán a estar en la categoría, con la intención de repetir los mismos resultados o mejorarlos.
Sensaciones
Con estos resultados, la directiva de ambos equipos se mostró satisfecha. En este sentido el presidente del Calamocha, José Antonio Bernad, declaró que “al final la temporada la hemos terminado bastante bien. Hemos estado en números de play-offs en la segunda vuelta y, tal y como habíamos empezado, pues la verdad es que hemos acabado bastante bien”, y destacó los números de la segunda vuelta: “No hemos hecho mucho gol, pero nos han hecho nueve goles y eso nos ha hecho estar arriba”.
Por su parte, el presidente del Utrillas, Pedro Asensio, destacó que “empezamos titubeantes hasta cogerle el pulso a la categoría y a partir de ahí el equipo, sobre todo aquí en casa con el empuje de la afición, dio la cara en todos los partidos.”
Previsiones de futuro
Con esta temporada ya cerrada y después de unos merecidos días de descanso, ambos equipos comenzarán a preparar la temporada del curso que viene, en la que esperan obtener unos resultados, como mínimo, iguales a los de este año.
En este sentido el presidente del Calamocha expresó la intención de que el proyecto que este año han iniciado continúe para el curso que viene: “La directiva ha valorado positivamente el esfuerzo realizado en la segunda vuelta y seguramente un 60 o un 70 % de la plantilla continuará”. El que sí que es seguro que seguirá es el capitán del barco, Sergio Lagunas que, tal y como expresó el presidente, “va a continuar con el proyecto”.
Por su parte, el conjunto minero vive ahora un tiempo de descanso y volverá a la carga más adelante con la misma ambición: “Somos un pueblo pequeño, hay equipos con mucho presupuesto, pero no hay que descartar nunca nada”, indicó el presidente utrillense respecto a la posibilidad de apuntar a cotas más altas el curso que viene.
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