Calamochinos y utrillenses disputando un balón durante el derbi de la jornada siete de la liga. Javier Escriche
Calamocha y Utrillas cumplen con sus tareas y no recibirán carbón en Reyes
Los mineros y los de Jiloca se marchan al receso navideño fuera de la zona de descenso
La primera vuelta para Utrillas y Calamocha puede definirse como un camino peliagudo, lleno de vaivenes y de encuentros directos con la zona de la muerte. Ambos clubes han visto de cerca los ojos de Caronte en varias ocasiones, y es que Utrillas y Calamocha se pasaron buena parte de la primera fracción de la temporada tratando de zafarse de la zona de descenso, espacio que llegaron a ocupar en varias ocasiones. Sin embargo, al final, los dos clubes, dando buena cuenta de su capacidad de resiliencia, han sabido sobreponerse a las vicisitudes y han logrado llegar a Navidad vivos y fuera de la zona de descenso.
Los mineros llegan al parón con un total de 15 partidos jugados repartidos en cuatro victorias, seis empates y cinco derrotas. Unos resultados que los mantienen en la décima posición con un total de 18 puntos. Además, gozan de un colchón de 4 puntos con la zona roja, toda una bombona de oxígeno para los de Pitu Lerga, que se retiran a descansar menos exigidos.
Por su parte, los calamochinos llegan algo más apretados, pero fuera de la zona de peligro, y es que los de Jiloca se mantienen 12º con 16 puntos, a dos del descenso. En esta primera vuelta, disputaron 15 encuentros repartidos en cuatro victorias, cuatro empates y siete derrotas.
No obstante, para llegar a las posiciones de tranquilidad con las que alcanzan el receso navideño, calamochinos y utrillenses tuvieron que sudar tinta o, incluso, sangre.
El inicio de la temporada no fue bueno para ninguno de los dos, ya que ni unos ni otros consiguieron arrancar con victoria. Los utrillenses se estrenaron en la competición algo mejor, ya que consiguieron rascar el empate en casa ante el Ejea, en un partido disputado donde el acierto brilló por su ausencia. En cambio, los calamochinos emprendieron la temporada con una derrota en Jumaya ante el Binéfar, con un gol polémico por una posible falta en ataque.
Así pues, el primer paso no fue el deseado para ninguno, aunque el Utrillas consiguió salvar los muebles. Algo que no pasaría en las siguientes jornadas, y es que en los próximos encuentros fue el Utrillas el que atravesó una mala racha que lo fijó a la parte baja de la tabla, mientras que los calamochinos lograron extraer algo positivo de la derrota en la primera contienda, que se vio reflejado en los siguientes partidos.
Así pues, mientras el Utrillas se hundía, cosechando derrotas abultadas y algún que otro empate. Los de, en aquel entonces, Humberto Arto, se granjearon dos victorias seguidas y un empate que, al término de la cuarta jornada, los dejó sextos en la general.
A partir de ahí, las nueve jornadas seguidas sin vencer del Calamocha, que provocaron la destitución de Humberto Arto como técnico del club, mermaron el rendimiento inicial del equipo y lo terminaron lastrando hasta cruzar la línea roja. Un momento de crisis que el Utrillas aprovechó.
Desde el derbi de alto voltaje, que terminó con la cordialidad en el marcador (1-1). Los mineros comenzaron su remontada picando piedra como solo ellos saben hacer. En los siguientes partidos, los de Lerga fueron sumando positivamente y en la jornada once materializaron el sorpaso sobre los calamochinos. Por primera vez, los utrillenses se situaron por delante de los calamochinos en la general. Así, el Utrillas se ubicaba en la posición número 12, mientras que el Calamocha permanecía en la 13, empatado a puntos con la primera posición del descenso.
Con la llegada de Sergio Lagunas, que vive su segundo capítulo al frente de los de Jiloca, los calamochinos consiguieron frenar el colapso con dos victorias seguidas ante equipos de la parte media-alta de la tabla, como el Almudévar o el Robres, y alejarse del descenso, pero lo que no consiguieron es volver a alcanzar a los utrillenses que, por el momento, son los que toman la delantera.
En definitiva, el Calamocha, cual liebre, corrió mucho en el inicio, pero se distrajo más por el trayecto. En cambio, el Utrillas prestó más atención a la tortuga, dio pasos más lentos, pero más firmes y regulares, y, muelle a muelle, fue construyendo el colchón del que hoy gozan.
En el horizonte, ambos equipos tienen partidos importantes lejos de casa para continuar con la dinámica y mantenerse dentro de sus objetivos. Así pues, al regreso, el Utrillas se enfrentará de nuevo ante el que, actualmente, es el sexto clasificado de la general, el Ejea, con quien espera pasar del empate. El Calamocha, por su parte, buscará su revancha personal ante el Binéfar.
Los mineros llegan al parón con un total de 15 partidos jugados repartidos en cuatro victorias, seis empates y cinco derrotas. Unos resultados que los mantienen en la décima posición con un total de 18 puntos. Además, gozan de un colchón de 4 puntos con la zona roja, toda una bombona de oxígeno para los de Pitu Lerga, que se retiran a descansar menos exigidos.
Por su parte, los calamochinos llegan algo más apretados, pero fuera de la zona de peligro, y es que los de Jiloca se mantienen 12º con 16 puntos, a dos del descenso. En esta primera vuelta, disputaron 15 encuentros repartidos en cuatro victorias, cuatro empates y siete derrotas.
No obstante, para llegar a las posiciones de tranquilidad con las que alcanzan el receso navideño, calamochinos y utrillenses tuvieron que sudar tinta o, incluso, sangre.
El inicio de la temporada no fue bueno para ninguno de los dos, ya que ni unos ni otros consiguieron arrancar con victoria. Los utrillenses se estrenaron en la competición algo mejor, ya que consiguieron rascar el empate en casa ante el Ejea, en un partido disputado donde el acierto brilló por su ausencia. En cambio, los calamochinos emprendieron la temporada con una derrota en Jumaya ante el Binéfar, con un gol polémico por una posible falta en ataque.
Así pues, el primer paso no fue el deseado para ninguno, aunque el Utrillas consiguió salvar los muebles. Algo que no pasaría en las siguientes jornadas, y es que en los próximos encuentros fue el Utrillas el que atravesó una mala racha que lo fijó a la parte baja de la tabla, mientras que los calamochinos lograron extraer algo positivo de la derrota en la primera contienda, que se vio reflejado en los siguientes partidos.
Así pues, mientras el Utrillas se hundía, cosechando derrotas abultadas y algún que otro empate. Los de, en aquel entonces, Humberto Arto, se granjearon dos victorias seguidas y un empate que, al término de la cuarta jornada, los dejó sextos en la general.
A partir de ahí, las nueve jornadas seguidas sin vencer del Calamocha, que provocaron la destitución de Humberto Arto como técnico del club, mermaron el rendimiento inicial del equipo y lo terminaron lastrando hasta cruzar la línea roja. Un momento de crisis que el Utrillas aprovechó.
Desde el derbi de alto voltaje, que terminó con la cordialidad en el marcador (1-1). Los mineros comenzaron su remontada picando piedra como solo ellos saben hacer. En los siguientes partidos, los de Lerga fueron sumando positivamente y en la jornada once materializaron el sorpaso sobre los calamochinos. Por primera vez, los utrillenses se situaron por delante de los calamochinos en la general. Así, el Utrillas se ubicaba en la posición número 12, mientras que el Calamocha permanecía en la 13, empatado a puntos con la primera posición del descenso.
Con la llegada de Sergio Lagunas, que vive su segundo capítulo al frente de los de Jiloca, los calamochinos consiguieron frenar el colapso con dos victorias seguidas ante equipos de la parte media-alta de la tabla, como el Almudévar o el Robres, y alejarse del descenso, pero lo que no consiguieron es volver a alcanzar a los utrillenses que, por el momento, son los que toman la delantera.
En definitiva, el Calamocha, cual liebre, corrió mucho en el inicio, pero se distrajo más por el trayecto. En cambio, el Utrillas prestó más atención a la tortuga, dio pasos más lentos, pero más firmes y regulares, y, muelle a muelle, fue construyendo el colchón del que hoy gozan.
En el horizonte, ambos equipos tienen partidos importantes lejos de casa para continuar con la dinámica y mantenerse dentro de sus objetivos. Así pues, al regreso, el Utrillas se enfrentará de nuevo ante el que, actualmente, es el sexto clasificado de la general, el Ejea, con quien espera pasar del empate. El Calamocha, por su parte, buscará su revancha personal ante el Binéfar.
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