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Baile de fin de curso en Pinilla Baile de fin de curso en Pinilla
Emaná gestualiza delante de Lucho durante un entrenamiento. CD Teruel

Baile de fin de curso en Pinilla

El CD Teruel cierra la campaña ante el Terrassa en otra jornada de celebración
Javier Gascó
El baile de fin de curso es una tradición norteamericana que, por suerte, todavía no se ha arraigado en nuestro territorio. Sin embargo, esta tarde en Pinilla se vivirá algo similar. El CD Teruel despedirá una temporada “excepcional” ante el Terrassa, en una nueva jornada de celebración ante la parroquia rojilla. 

Aunque los de Víctor Bravo saldrán en busca de un nuevo triunfo, lo que suceda sobre el césped puede entenderse como anecdótico, ya que ninguno de los dos equipos se juega nada en la última jornada de la competición. Lo más destacado  del día tendrá lugar tanto antes como después del encuentro. En los minutos previos al arranque, los jóvenes de la cantera turolense y los jugadores del Terrassa le realizarán un pasillo de honor al bloque turolense, que también recibirá el trofeo de campeón. Una vez concluya la contienda, el club también tiene preparada una despedida especial, con discomóvil y cena incluidas, en la que está prevista que se oficialice la renovación de Víctor Bravo y de todo su cuerpo técnico. Para la ocasión, Pinilla volverá a lucir un aspecto majestuoso, ya que cada socio podía retirar tres entradas como agradecimiento por parte del club por el apoyo recibido durante toda la temporada desde las gradas.

El CD Teruel- Terrassa será el único partido de la jornada 34 que se dispute fuera del horario unificado. Un indicativo evidente de la poca -o incluso nula- trascendencia que tiene el compromiso para la clasificación final del grupo tres de la Segunda RFEF. “Queremos dar una buena imagen, queremos que la gente disfrute, pero evidentemente el resultado no es lo principal. Sobre todo que no haya lesiones y que todo acabe bien”, explicaba Víctor Bravo tras la última sesión previa al encuentro.

Ambición en la despedida
No obstante, la ambición del campeón no tiene límites y la derrota de la pasada semana ante el Manresa no dejó contentos ni a unos jugadores ni a un cuerpo técnico que desean concluir la campaña de la mejor manera posible, con una nueva victoria ante su afición. 

El bloque rojillo es consciente de que todavía puede estar en el selecto grupo de equipos que no han perdido como locales en toda la temporada, además de poder ser el equipo - junto al Sestao River- que menos derrotas ha cosechado de las cuatro primeras categorías del fútbol nacional.A pesar de que ambos logros no tienen el peso de un ascenso y un título liguero, los de Víctor Bravo no dejarán escapar la oportunidad de grabar su nombre en la historia de la Segunda RFEF. Para ello, el técnico zaragozano, volverá a dar entrada a los hombres que menos oportunidades han tenido a lo largo del curso.

La tarde de hoy servirá de homenaje para los héroes del ascenso y también de despedida para aquellos que el año que viene no continuen en el proyecto rojillo de Primera RFEF. Aunque desde el club se pretende mantener el bloque que ha logrado subir de categoría, habrá alguna salida, por lo que el técnico también puede aprovechar para que más de uno se lleve la última ovación desde el graderío de Pinilla. Sin embargo, la intención principal del preparador rojillo es que en el feudo turolense se viva “una fiesta” durante toda la tarde. Víctor Bravo consideró que “ha sido una temporada de mucho estrés y mucha tensión”, por lo que ahora es el momento de disfrutar del logro conseguido. El preparador tratará de conseguirlo sobre el césped, con un planteamiento que haga vibrar, por última vez esta temporada, a la afición turolense. Y tras la fiesta, llegará el más que merecido descanso:“En cuanto pase el partido del sábado, me tomaré un par de semanas de relax y de desconectar. Llevamos mucho tiempo involucrados en el día a día del fútbol y el desgaste ha sido importante”.

Fin a un trienio glorioso
Con el pitido final de esta tarde, la entidad rojilla también cerrará un ciclo de tres años gloriosos que espera poder prolongar en Primera RFEF. El trienio coincide con la llegada de Víctor Bravo al banquillo turolense, por lo que el entrenador, que no se “hubiera creído” llegar hasta donde ha llegado si se lo llegan a decir el primer día que se puso a los mandos del club, también valoró el glorioso ciclo del CD Teruel: “Han sido tres años espectaculares. El primer año terminamos campeones y ascendimos, el año pasado nos quedamos a un pasito y este año hemos vuelto a quedar campeones. Tengo la suerte de contar con un cuerpo técnico excepcional, con jugadores que han creído en la idea, una directiva que me ha dejado trabajar. Se ha juntado todo para que sean tres años increíbles e irrepetibles”

Tras un curso de sobresaliente, el CD Teruel bailará junto a su afición esta misma tarde y terminará la temporada coronándose, no como el rey del baile, sino como el rey de la Segunda RFEF.

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