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Vicente Aupí presenta ‘El Caudillo  y las uvas de la derrota’ en Senda Vicente Aupí presenta ‘El Caudillo  y las uvas de la derrota’ en Senda
Portada del ultimo libro de Vicente Aupí y Dobleuve Editorial

Vicente Aupí presenta ‘El Caudillo y las uvas de la derrota’ en Senda

La obra arroja luz sobre el episodio de la toma de Teruel
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Después de El general Invierno y la batalla de Teruel (2015) y Crónicas de Fuego y Nieve (2017) el periodista, escritor y divulgador de Torremocha Vicente Aupí acaba de completar su hasta ahora trilogía sobre la Guerra Civil con El Caudillo y las uvas de la derrota (Dobleuve Editorial), obra que se presentará mañana miércoles, a partir de las 19.30 horas en la Librería Senda de Teruel.

Con el sugerente subtítulo La verdad sobre la caída franquista en el Sitio de Teruel, el libro acude a infinidad de testimonios personales y documentales para arrojar toda la luz posible sobre la batalla de Teruel, con la tesis de que no hubo una batalla de Teruel que ganó el bando sublevado el 22 de febrero, sino dos batallas de Teruel, casi consecutivas pero bien diferenciadas, la primera de las cuales fue un sonado fracaso de los generales franquistas Varela, Aranda y Dávila. Un fracaso que Franco intentó silenciar a toda costa porque de ello dependía su prestigio ante Hitler y Mussolini, que no terminaban de ver en el caudillo un aliado lo suficientemente fuerte como para tomarlo en consideración.

El día clave en la primera batalla de Teruel fue el 31 de diciembre, cuando el ejército republicano, creyéndose a punto de ser atacado mientras cercaba a los resistentes en el Seminario, abandonó la defensa de la ciudad. ¿Cuáles fueron las auténticas razones por las que se dio la inexplicable orden de detenerse a las tropas sublevadas, algunas de las cuales habían llegado hasta el Torico y habían comprobado que la ciudad estaba despejada? ¿Realmente fue la nevada del 31 de diciembre la que les impidió acudir en auxilio de Rey D’Harcourt y los suyos? La tesis de Aupí es que solo fue la excusa para no admitir que se dieron una serie de errores militares graves, que provocaron que la toma de una pequeña capital de provincia se demorase casi tres meses, hasta el 22 de febrero, y que entre tanto D’Harcourt tuviera que capitular la plaza el 8 de enero ante los republicanos, en un gesto probablemente humanitario que los franquistas consideraron toda una traición.

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