Juan Carlos Peguero, fotógrafo : “Nociones en astronomía son esenciales para el fotógrafo nocturno”

“Para hacer buenas fotografías de pájaros es necesario conocer sus hábitos y dónde fotografiarlos, y con la astrofotografía ocurre lo mismo”. La afirmación es del fotógrafo de Ariño Juan Carlos Peguero, quien abrirá en la mañana del próximo sábado, 26 de octubre, la cuarta edición del Congreso de Fotografía de Alcañiz. La cita, que se desarrollará durante una sola jornada en el Palacio Ardid de la capital del Bajo Aragón, está dirigida por Mario Rubio y contará además con la presencia de Ramón Pérez, Fernando Ruiz Valero, Javier Escorza, Michael Romanos y Luis Pitarque en las diferentes ponencias y talleres que se organizarán.

La cita está dedicada a la fotografía nocturna y la astrofotografía, campos en los que Peguero es un verdadero experto. El años pasado ganó el Canarian Photography Awards, uno de los certámenes más prestigiosos del ramo, con una espectacular imagen de la nebulosa del Corazón (IC 1850), a 7.500 años luz de la Tierra. En Alcañiz él será el encargado de pronunciar la ponencia inaugural sobre Iniciación a la Astrofotografía.

El turolense insiste en que la astrofotografía pasa por tener conocimientos en astronomía, antes incluso que equipos especiales -y caros- como filtros que permiten ver longitudes de onda de luz que habitualmente pasan desapercibidos al ojo humano y al sensor desnudo de la cámara, o de monturas móviles que consiguen enfocar objetos lejanos durante varios minutos siguiendo su movimiento aparente en el cielo. “Esas nociones nos permiten conocer por qué suceden las cosas en el cielo, cómo suceden y qué podemos esperar que suceda”.

Peguero sabe que antes de fotografiar un cúmulo o un centro galáctico a millones de años luz es necesario empezar por cosas más de andar por casa. “La Vía Láctea es un buen comienzo, porque nuestro centro galáctico es sencillo de captar y muy espectacular”, explica. “Miras al cielo y la ves, y gracias a la cámara magnificas su espectacularidad. Y después se puede ir pasando a Orión, que es grande, Andrómeda, que es nuestra galaxia más cercana con un tamaño aparente de cinco lunas llenas, y las Pléyades, que se empiezan a ver bien en esta época”. Captar estos objetos, relativamente sencillos, “son los que te acaban enganchando a la astrofotografía, como me ocurrió a mí, y te empuja a buscar objetos cada vez más lejanos y tenues”.

Otros objetos cotidianos pueden tener su trampa, como la Luna. Es fácil caer en la tentación de fotografiarla cuando está llena, pero no siempre es tan sencillo. “Es desagradecida porque al estar tan iluminada te pierdes las texturas... yo prefiero fotografiarla en menguante o creciente, porque al incidirle la luz solar lateralmente se aprecian mejor las sombras y las texturas”.

La foto nocturna también requiere conocimientos en revelado digital, ya que todas las imagen requieren un postprocesado. Desde una toma de la Vía Láctea que requiere estrujar los niveles de la imagen para levantar la luz hasta “cosas más complejas, con quizá 300 fotografías que tienes que superponer para que los objetos sumen su luz y los objetos se realcen”. Es por eso que la fotografía nocturna no suele reflejar lo que veríamos a simple vista, sino una interpretación de ello jugando con la luz que capta el sensor.

Peguero también hablará en su charla sobre herramientas y aplicaciones que hacen más fácil la vida del fotógrafo nocturno, como Stellarium, un sencillo y útil mapa estelar que podemos llevar en el móvil y nos dice hacia dónde debemos apuntar el objetivo, hasta apps como Photopills, que ayuda a obtener los encuadres deseados de la Luna o el Sol en función de nuestra situación geográfica, entre otras cosas.