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‘Noctem’, o la vigilia puesta al servicio de la actividad creativa ‘Noctem’, o la vigilia puesta al servicio de la actividad creativa
Laura Espligares, Jairo Villacreses, Daniel León y David Puyo (sentados). Víctor Chamorro y Carmen Vidal (cuclillas)

‘Noctem’, o la vigilia puesta al servicio de la actividad creativa

Bellas Artes en Teruel acoge la segunda colectiva de Especies de Espacios
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El Edificio de Bellas Artes de Teruel acoge desde el pasado jueves y hasta el 14 de abril Noctem, la segunda de las cinco exposiciones previstas durante el ciclo de arte universitario Especies de Espacios 2023. La muestra colectiva está formada por piezas de Víctor Chamorro, Laura Espligares, Carmen Vidal, David Puyo, Daniel León y Jairo Villacreses.

Las propuestas giran en torno a las actividades humanas que tienden a realizarse en las horas más oscuras del día, con propuestas que abarcan una visión de cada artista hacia la noche y la oscuridad, germen de la calma, la ansiedad, la memoria, la creatividad o los sueños, según cada sensibilidad.

Seis propuestas artísticas

Carmen Vidal Anglés propone Renacimiento como una obra en la que la luz, a través de unos leds que cuelgan del techo, apela a la creatividad que surge desde el cerebro humano iluminando el vacío oscuro. Durante la noche se almacenan y distribuyen en el interior del artista las referencias, conocimientos, investigaciones, memorias y preguntas sin resolver, de cuya fusión surge la inquietud creadora. La luz eléctrica de los led simboliza, asimismo, la electricidad que conecta el sistema nervioso.

Con la memoria tiene que ver la pieza de Víctor Chamorro, Tru. Una videoinstalación que consiste en la proyección de un vídeo musical sobre una superficie de cartón, en el que puede verse un stop motion realizado con imágenes a carboncillo y un vídeo de imagen real editados digitalmente con un coche como símbolo de la fugacidad, inconsistencia y continuo cambio del ser humano. Chamorro trata de construir un espacio de contemplación y reflexión individual sobre el ciclo del movimiento de la vida, y como tal encuentra en la noche su principal momento de ser.

En Eco, Jairo Villacreses trata de demostrar la capacidad de intervención que tiene el ser humano en su entorno, y de las consecuencias que tiene en la percepción por los demás de ese entorno. La instalación plantea un camino hacia una escultura concebida para que el espectador interactúe con ella; se trata de un palo de agua rústico y un soporte preparado para que el observador juegue con su configuración.

Imagen de la instalación propuesta por David Puyo

Por su parte, Laura Espligares Tabuenca plantea Atrapados, en la que una jaula construida en madera está situada al fondo de la sala e iluminada por dos focos directos. La instalación invita al visitante a introducirse en la jaula con el objetivo de experimentar una sensación de ansiedad, empatizando así con aquellas personas que sufren ansiedad, depresión, y otros trastornos similares. La artista llama la atención sobre la escasa visibilidad que tienen los trastornos mentales y la cantidad en aumento de personas que deciden quitarse la vida como consecuencia de ellas. Además plantea un trabajo de documentación invitando a los visitantes a anotar las sensaciones que les ha producido el encierro en la jaula, y a reflexionar sobre el hecho de que para muchas de esas personas ese aislamiento entra dentro de la cotidianidad.

David Puyo Sainz presenta Entre Sísifo y la paz, una videoinstalación inspirada en Hito Steyerl que combina videoperformance con elementos decorativos. En el vídeo pueden verse a través de imágenes surrealistas estados diferentes de la lucha personal que el artista mantiene contra la ansiedad, a través del mito clásico de Sísifo. No se quedan fuera elementos que contrastan con ese estado de ansiedad mitigándolo en parte, como las personas que le ayudan “en mi lucha contra el miedo”.

También trabaja sobre la videoinstalación Daniel León Galeano, autor de Nokturnal. Refleja desde su perspectiva personal lo efímero del paso del tiempo por medio de un corto animado con un cuerpo femenino creado en mármol que transita por un espacio de tiempo representado por un atardecer. La proyección tiene como soporte cinco cajas holográficas con incrustaciones de espejo, de forma que el espectador se ve reflejado en ellos, aunque de una forma parcial, fragmentada, como una representación de su estado transitorio.

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