Los barrios del Arrabal de Zaragoza y Teruel se hermanan a ritmo de jazz

Los barrios del Arrabal de Zaragoza y Teruel se fundieron este sábado en un abrazo simbólico con música de jazz de fondo. Y lo hicieron en la iglesia de San Pedro, un marco majestuoso para iniciar una relación de amistad entre las asociaciones vecinales de estas dos tradicionales zonas de la capital aragonesa y de la capital mudéjar.

Con el concierto de la big band del Arrabal se cerraba la XXVII edición del festival Jazz al Margen que por primera vez salía de Zaragoza para clausurar el certamen en Teruel. Fue el colofón al hermanamiento de las dos asociaciones y el primero de los actos de otros que vendrán más adelante.

Presentado por la periodista de DIARIO DE TERUEL Alicia Royo, el acto contó con la participación de los presidentes de las dos asociaciones,  Rafael Tejedor y Estíbaliz Tolosa; el presidente de la Federación de Asociaciones Vecinales de Teruel, Pepe Polo; el vicepresidente de la Diputación de Teruel, Alberto Izquierdo; el concejal de Interior del Ayuntamiento de Zaragoza, Alfonso Mendoza, y la alcaldesa de Teruel, Emma Buj, que fue la primera en intervenir.

Con sus palabras destacó el papel que juegan las asociaciones vecinales y en concreto sobre la del Arrabal apuntó que es una de las más activas y proactivas. Recordó que el Arrabal es un barrio histórico de la ciudad, que ha experimentado en los últimos años una importante renovación con la llegada de nuevas familias y destacó su buena ubicación, a tres minutos de la plaza del Torico y a dos del parque de Las Arcillas. Es además, “un barrio europeo”, subrayó, porque sus principales infraestructuras, la vía perimetral y la adecuación del paraje de Las Arcillas como un parque periurbano, se ejecutaron con fondos de los programas Urban y Life.

Apuntó que aunque se trata de un barrio histórico, que está ya acolmatado, se trabaja para que pueda contar con nuevas construcciones y más espacios verdes sin olvidar los trabajos de mantenimiento.

Pepe Polo por su parte aseguró sentirse orgulloso por este hermanamiento. Recordó que las asociaciones vecinales surgieron en los años 60 y después de su larga trayectoria se han visto tocadas por la pandemia pero ahora se están reinventando para seguir  trabajando en “mejorar la calidad de vida de los vecinos”.

Rafael Tejedor por su parte se refirió a la relación entre las dos asociaciones: “Compartimos muchas cosas en común”, aseguró. Entre ellas, citó los orígenes. Se trata de barrios que surgieron extramuros y agrícolas que han experimentado una gran transformación con el transcurrir de los años. Y como curiosidad destacó que no solo Teruel tiene a sus Amantes, porque el barrio del Arrabal de Zaragoza tiene su propia tragedia amorosa, con una pareja que se tiró desde el puente de San Lázaro.

Estíbaliz Tolosa también se refirió a esos orígenes del barrio del Arrabal de Teruel y la posterior evolución de esta histórica zona de la ciudad sin olvidar las reivindicaciones de sus vecinos, como la eliminación de las barreras arquitectónicas, mejores accesos del tráfico o una zona de columpios y picnic en el parque de Las Arcillas.

Por su parte, el consejero de Interior de Zaragoza, Alfonso Mendoza, destacó la importancia de la participación ciudadana y del tejido vecinal para una ciudad y destacó que la asociación del Arrabal de la capital aragonesa es un ejemplo de “civismo, convivencia y buenhacer”.

El vicepresidente de la Diputación de Teruel, Alberto Izquierdo, cerró el turno de intervenciones agradeciendo a la presidenta de la Asociación de Vecinos del Arrabal su trabajo para poder llevar a cabo este acto, que desde la DPT no se dudó en financiar en su papel de “ayuntamiento de ayuntamientos”.

El Ayuntamiento de Teruel y la Caja Rural también colaboraron económicamente con este evento. Sus representantes recibieron un detalle por parte de las asociaciones, que en el caso de la de Zaragoza era una réplica de la fachada de la estación del Norte y en la turolense un plato de Cerámica de Teruel.

Tras este acto de hermanamiento, comenzó el concierto de la Arrabal Big Band, una formación de la que forman parte una veintena de músicos amateur procedentes del barrio del mismo nombre que estuvieron dirigidos por el maestro Javier García Lucea. Con su música trasladaron al público congregado en la iglesia de San Pedro al ambiente de los cabarets neoyorkinos y a la esencia de Nueva Orleans.