La última novela de Angélica Morales, 'La casa de los hilos rotos', ficciona la vida de la artista textil de la Bauhaus
“Llegué a Otti Berger buscando grandes mujeres desterradas y olvidadas”Angélica Morales siente una legítima pasión por las grandes mujeres de la historia, muy a pesar de la historia. Que el tiempo -y los hombres que lo han manejado- se empeñen en borrar su rastro se transforma en una ventaja para la escritora turolense afincada en Huesca, libre para rellenar los huecos que dejan los archivos documentales, ricos en fechas y datos pero magros en sensibilidades.
La última novela de Morales, La casa de los hilos rotos (Destino), recupera la epopeya de la húngara Otti Berger, la diseñadora y artista textil más destacada de la Bauhaus, la escuela de diseño y arquitectura que marcó tendencia en el mundo, desde Alemania, entre 1919 y su clausura en 1933 por los nazis. A Berger, una mujer que triunfo teniéndolo todo en contra y de la que el destino se burló reservándole un gris final en Auschwitz. “Llegue a ella buscando mujeres artistas desterradas y olvidadas”, asegura Angélica Morales, que se declara una fan de la Europa de Entreguerras y, en particular, del periodo dominado por la Bauhaus. “Descubrí que hay mucha documentación sobre la obra de Berguer y sobre las patentes que puso en marcha, pero muy poca, y sesgada, sobre su vida”. La escritora admite que tenía poca documentación para construir su personaje protagonista “pero un contexto muy rico, con la Alemania de los años 20, la revolución artística e intelectual que supuso la Bauhaus y el horror de los campos de concentración”.
Además de judía y comunista, Otti Berguer era mujer y sorda. “Tenía todas las papeletas para ser asesinada por los nazis, pero antes fue una triunfadora”, explica al turolense. “Las mujeres del taller textil de la Bauhaus revolucionaron el telar, empezaron a mezclar materiales, plásticos, metales, aplicaron las teorías aditivas del color... se convirtieron en artistas, y Berger no podía escuchar, pero los colores de sus tejidos gritaban por ella”.
Angélica Morales explica además que un sentimiento infantil la unió casi de inmediato con la artista húngara: “Dese niña he sabido lo que es estar en el lado de las minorías, me gustaba habitar esa periferia del amor, esa penumbra donde todo duele y se hacía difícil respirar. Esta es una historia de amistad, arte de vanguardia, amor y búsqueda”.
Ficción histórica
La casa de los hilos rotos es una novela de contexto histórico, que no una novela histórica. No solo porque el nacimiento y declive de la Bauhaus ocupa un lugar secundario -pero decisivo e insustituible-, en favor de la historia de libertad, amistad, arte, amor y pasión de sus personajes, entre los que las referencias históricas están mezcladas con las de pura ficción. “A Otti Berguer la he hecho enamorarse o vivir experiencias que es imposible saber que tuvo”, explica Morales, que además creó el personaje de ficción de Mercé Ribó, “una catalana adinerada, hija de un empresario textil, que se convierte en alumna de Otti en Dessau”, que junto a otros convive con personajes reales de la época.
La trama de la novela entrelaza la historia que tiene lugar durante las décadas de los 20 y los 30 en Alemania, junto a otra situada en el presente, en la que Penélope, biznieta de Mercé, descubre sus diarios, su historia y también algún secreto que guardaba su familias.
La casa de los hilos rotos pretende divulgar la figura de Otti Berguer sin narrar la vida de Otti Berguer, ya que la ficción está solo inspirada en su vida. “Lo más importante para mí, en este caso, era ficcionar una vida apasionante pero de la cual tenemos pocos datos, y sobre todo dar luz a Otti Berguer. Para bien o para mal ahora la gente está leyendo sobre un personaje que es desconocido incluso en Alemania”. Según Angélica Morales, “de la Bauhaus se conocen sus nombres masculinos; Kandinsky o Walter Gropius, pero se conocen pocas mujeres y mal”.
En el caso de Ottica, como la conocían sus amistades, fue la primera mujer que patentó un diseño textil en Alemania, y terminó patentando prácticamente toda su obra. Murió en el campo de concentración de Auschwitz y es probable que todas sus piezas se hubieran perdido de no ser por su prometido, “que recogió su obra, la guardó en un banco y después logró que el Museo de Arte Moderno de Nueva York hiciera una exposición”.
Editada por Destino
La casa de los hilos rotos está publicada por el potente sello editorial Destino, “algo que lo cambia todo”, según la turolense. Angélica Morales asegura que eso lo cambia todo. “De ser una poeta y estar sola a hacer una presentación en Huesca, tener 200 personas y que el librero se quede sin ejemplares”.
La novela de la turolense ha sido una de las apuestas fuertes de Destino para los primeros meses de 2023, “lo que es un honor y una gran responsabilidad. Lo vivo con alegría pero también con humildad... yo vengo del fracaso, de vender muy poco, y de la creencia que hay que sembrar para recoger”.
La escritora explica que trabajar con una gran editorial no necesariamente cambia su pulso escritor. “He trabajado con un estupendo equipo de mujeres editoras, que me lo han querido poner muy fácil”. La turolense admite que Destino busca un público más amplio y “hay que rebajar el lenguaje poético y ceñirte a un registro para un público más masivo”. “Yo lo que quería es que mucha gente leyera la historia de Otti, así que no me ha costado ni ha habido renuncias. Entre las editoras hemos mejorado el manuscrito original en varias tandas, y de paso yo también he aprendido a trabajar en equipo y a ser un eslabón más en la creación de una buena novela”.
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