José Juan Lanuza ‘Jota’: “Ixo Rai! no nació con intenciones políticas, pero la música y el arte pueden y deben ser comprometidos”
La banda aragonesa actuará el domingo en Alcañiz, antes de ofrecer el último concierto de su gira de regreso en Zaragoza, el 7 de octubreLa mítica banda aragonesa Ixo Rai! ofrecerá el domingo en Alcañiz el penúltimo concierto de su gira En carne mortal y de propio, dentro de la gira veraniega con la que han regresado a varios escenarios aragoneses veinte años después de sus últimos conciertos en directo. Será en el contexto de las Fiestas de la capital del Bajo Aragón, este domingo 11 de septiembre, a partir de las 21.30 horas, en la Pista Roja de la Ciudad Deportiva de Santa María.
Ayer Ixo Rai! desveló en rueda de prensa que pondrá fin a esta minigira el próximo 7 de octubre, en Zaragoza, en un concierto previo a las Fiestas del Pilar que tendrá lugar en la Sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza. En esa cita tocarán acompañados por Amaral, Artistas del Gremio, La Ronda de Boltaña, Jorge Asín, María José Hernández y José Luis Urbén, entre otros.
-Se ha echado de menos que la gira tuviera alguna fecha más en la provincia de Teruel...
-Sí, es verdad, aunque no dependió de nosotros. Cuando decidimos regresar a los escenarios fue una cuestión emocional, aunque eso después supone meterte de nuevo en el engranaje económico y empresarial, en todo lo que implica una gira, y eso lo dejamos en manos de otros.
-¿Emocional?
-Cuando Alfonso Urbén publicó el libro sobre Ixo Rai! tuvo una repercusión en la Feria del Libro de Zaragoza que no imaginábamos. Presentamos allí Bendita fue la hora y nos juntamos después en su casa, con nuestras familias y nuestros hijos, que no nos había visto tocar juntos porque tienen sobre veinte o veintiún años. Fue una reunión muy entrañable en la que recordamos viejos tiempos y también limamos asperezas, porque catorce años tan intensos como los que vivimos dan para mucho, y a la hora de dejarlo fue duro y traumático, para unos más que para otros, y ese proceso nos dejó una marca, a cada uno de una forma. Ese reencuentro fue muy emocional, y cuando terminamos de cenar hablamos de lo mucho que nos apetecía hacer un concierto con Juanito (Ferrández), que ya estaba enfermo. Eso fue a finales de septiembre y contábamos con él a la batería, pero después su enfermedad fue mucho más rápido de lo que esperábamos. Pero, lo que es la vida, tuvimos la ocasión de tenerlo con nosotros en el concierto de Zaragoza del 23 de abril, en silla de ruedas, ese deseo se cumplió y el público respondió de una manera que jamás hubiéramos imaginado.
-Esa respuesta fue la que les hizo regresar con la gira de este verano...
-Claro. La gente volvió a pensar en Ixo Rai! veinte años después, y es muy sorprendente cómo recordaban las canciones. Al principio no me di cuenta porque estaba muy pendiente de cantar, pero al verlo después nos quedamos de piedra. Eso nos llevó no tanto a planificar una gira, sino a hacer un par de conciertos. Buscamos una empresa grande que asumiera la producción, la promoción, y nosotros simplemente nos dedicamos a ensayar. Y la cosa marchó tan bien que decidimos prolongar la gira este verano, pero los sitios no dependían de nosotros. La verdad es que me hubiera gustado tocar en Teruel capital... en los 14 años de conciertos fuimos en dos ocasiones, pero ninguna de las dos en Vaquilla. Recuerdo perfectamente esas dos veces, una un 23 de abril con Puturrú de Fua y otro para San Juan, con Labordeta. Por la provincia sí que hemos tocado bastantes veces, por las Cuencas Mineras, el Bajo Aragón, Albarracín, en Cantavieja dos veces...
-¿Cómo fue la sensación el 23 de abril de 2021 cuando volvieron a subirse al escenario todos juntos?
-La misma que hace 25 años, sobre todo en lo que se refiere a la interacción con el público. Me callaba en algún estribillo y la gente lo coreaba perfectamente. Y en las primeras filas, las únicas que podía ver, había mucha gente de 30 o 35 años... gente que cuando hicimos nuestro último concierto eran niños de 10 y 15 años.
-¿Les pesó el transcurso del tiempo en ese concierto de retorno?
-Yo creo que no. Hemos visto después la actuación en vídeo y la cuestión técnica estaba realmente bien trabajada. Nosotros ensayamos desde noviembre, alguna semana con doble sesión, porque queríamos que nos saliera muy bien. El grupo estaba muy bien trabajado, y yo creo que era la primera vez que estábamos absolutamente todos, porque en Ixo Rai! siempre estábamos 8 o 9 y teníamos que buscar algún sustituto, pero en abril en Zaragoza estábamos los doce... tuvimos incluso que hacer arreglos especiales para tanta gente. Y la puesta en escena fue tremenda, tocamos con medios que no existían hace 25 años y sonó espectacular... sonó el Ixo Rai! de siempre pero con un sonido espectacular. Y la reacción posterior del público, la crítica y la prensa fue sencillamente abrumadora... se habló de que había sido algo más que un simple concierto, se habló de una vivencia irrepetible.
-En ese concierto, y en los que han venido después, Ixo Rai! siempre pone sobre el escenario una parte importante de su compromiso social, elemento que siempre les ha caracterizado. ¿Puede existir la música, el arte, sin esa faceta reivindicativa, con vocación puramente estética?
-Puede existir, sí, y de hecho la música es entretenida por sí misma, pero Ixo Rai! siempre entendió que hay que hablar de amor pero también de la sociedad, que la música puede y debe ser comprometida. Pero también es cierto que el grupo no nació con una inquietud política, simplemente contábamos cosas que nos obligaban a posicionarnos en ámbitos como la cultura, el medio rural, el antimilitarismo, la insumisión, el internacionalismos... No había tanto una voluntad de transformar, sino más bien de exponer, de presentar una realidad, y supongo que eso ya representa un compromiso.
-Como sabe, el diseño de la portada de ‘O zaguer Chilo 5’, inspirada en la jotera orinando de su ‘Con el agua al cuello’ fue recientemente vetada por el Ayuntamiento de Zaragoza. Su autora, Eva Cortés, dijo que ustedes tenían más libertad hace 30 años de la que disfrutamos ahora...
-Hay que joderse pero sí, éramos más libres. Si nuestra carrera comenzara ahora yo creo que haríamos las mismas letras, pero las pensaríamos más. Y en los años noventa no pensabas, lo hacías y ya está. Recuerdo que para promocionar nuestro primer disco hicimos unos bonos que imitaban billetes de 500, 1000 y 5000 pesetas. Flip, nuestro artista, dibujó el de 5000 cambiando la cara de Juan Carlos I por la de un cerdo. Y no pasó absolutamente nada. Hubo gente a la que le gustó más y gente a la que le gustó menos, pero no nos ocasionó ningún problema. A mí no tiene por qué gustarme la portada de Eva Cortés, y puedo incluso criticarla, pero no cabe censurarla, no tienen sentido ese tipo de discursos. Estamos volviendo a ese punto en el que hay que justificarlo todo y buscarle los pelos a la calavera. Y todos somos culpables de haber permitido que nuestra sociedad haya llegado a este punto, de haber permitido que se haya legislado a ese respecto.
-Pero seguro que sus discos también generaban polémicas entonces...
-Creo que no. Pero es que ahora hay gente dedicada a eso, a generar polémicas y judicializar determinadas cosas. Hay gente contratada para leer twits de hace diez años para generar polémicas en torno a determinadas personas. Eso antes no pasaba. Yo recuerdo que a finales de los 80, cuando estaba en la Universidad y empezábamos con Ixo Rai!, Ángel Guinda, uno de los grandes escritores de Aragón, escribió en una pared un verso de uno de sus libros, “eyacular en el ano de Dios hasta su conversión al placer”. Y se lió gordísima, yo no sé si Ángel terminó yéndose de Zaragoza por eso. Pero no recuerdo polémicas similares en el ámbito de la música, la verdad. Tú puedes pensar que determinadas cosas son de mal gusto, pero no puedes pretender impedir que tengan lugar. A mi no me gusta la Semana Santa, me parece una expresión gore de la exaltación de la muerte y la sangre. La hija de un amigo argentino vio en la página web de Zaragoza Turismo imágenes de las procesiones y quedó impresionada, me preguntó que si todavía existía aquí el Ku Klux Klan. Es una costumbre horrible, que no me gusta y que se financia con mi dinero. Pero forma parte de la sociedad y tampoco pasa nada, no puedo pretender prohibirla porque me parezca absurda.
-Ustedes le hicieron un gran favor al folclore aragonés y hasta al ‘Ángelus’ del Pilar, le quitaron varias capas de caspa que lo acartonaban...
-Nunca fue nuestro objetivo pero creo que ocurrió. Ya estábamos en una fase en la que nos reíamos de nosotros mismos. Cogíamos de la Litera Pastora la Galana y hacíamos una canción hardcore, o en la plaza Santa Cruz salía Juanito con gafas de buceador y aletas y cantaba una jota... nunca faltaba en los conciertos una jota de Juanito. Cuando tocábamos en Cataluña hacíamos Isa Rai, que era como una isa catalana que sonaba a jota, y Juanito llevaba puesto un salacot. Creo que sin pretenderlo acercamos la jota y la música tradicional aragonesa a la gente, pero no fuimos los únicos, porque también estaba la Orquestina del Fabirol, Biella Nuei, Cornamusa, Mallacán... Antes de todo eso no quedaban ni cinco gaiteros en todo Aragón, y ahora los hay hasta debajo de las piedras. Por fortuna se ha ido normalizando, y con el idioma ha ocurrido igual. Nosotros usábamos con naturalidad el aragonés, el catalán o el castellano, y no pasaba nada.
-¿Ixo Rai! era un producto necesariamente aragonés, para público aragonés?
-En los últimos años entramos en las radio fórmulas, y hasta fuimos número 1 en Cadena 100. Llegó un momento en el que en Aragón se trabajaba poco y nosotros estábamos lanzados, así que un verano de los últimos cinco años, no recuerdo cuál, hicimos varios conciertos por Levante, Cataluña... Para nuestra sorpresa descubrimos que fuera de Aragón éramos más conocidos de lo que pensábamos, incluso en el País Vasco. En ese momento vimos que era un producto que podía funcionar fuera de Aragón, pero por la razón que fuera no termino de cuajar.
-Ixo Rai! nos dejó sin un heredero natural...
-Hubo grupos que siguieron líneas parecidas, como Mallacán, Comando Cucaracha... No se podría hablar de heredero porque Ixo Rai! no tuvo un objetivo fundacional sino que surgió porque nos divertíamos juntándonos, y en ese sentido, y eso fue lo bonito, fue un fenómeno natural. No es que fuéramos tan grandes, pero trascendía lo musical en un contexto en el que muchos aragoneses se identificaban con nosotros a través de las cosas que decíamos.
-¿Cuál cree que fue la clave para esa simbiosis?
-En la música suele darse un efecto de espejo. Si te gusta un grupo, vas a sus conciertos y te ves en él, y terminas copiando de alguna forma su estética, su actitud, sus mensajes... Pero a nosotros nos ocurrió exactamente al revés, como no teníamos un objetivo resulta que el espejo estaba abajo, en el público. Se nos empezó a acercar la gente y nos resituó en esa sociedad de los 90, musical, política y culturalmente. Y de repente acabamos siendo lo que era la gente que venía, aragonesistas porque allí se veían muchas banderas o rurales porque tocábamos en los pueblos.
-¿Qué significa para usted ser aragonesista?
-En realidad no sé si éramos aragonesistas, ni qué significa eso. Éramos y somos aragoneses, pero si te muestras como aragonés en un contexto españolista, supongo que terminas pareciendo aragonesista.
-Pese a ser aragoneses al 100%, a Ixo Rai! siempre le ha faltado un poquito de Teruel...
-Posiblemente, no tengo ningún problema en admitir que tienes razón. Te dejas llevar por tu realidad, y mi realidad es que mi padre es de Yebra de Basa (Huesca) y hablaba en aragonés. Y la realidad socioeconómica y demográfica de Aragón es la que es... En Zaragoza vive la mayor parte de la gente, estamos a una hora de Pirineo, a 35 minutos de Huesca, y a una hora y media de Teruel. Y eso que ahora hay autovía, antes era toda una aventura. Ibas de Zaragoza a Valencia y por Sarrión todavía te quedaba media vida. Tendríamos que mirarnos ese tipo de relaciones, pero Zaragoza es la madre y la madrastra. Nos ha permitido sobrevivir a Aragón, porque sin ella no estaríamos aquí, pero al mismo tiempo ha generado unas dinámicas muy negativas. Por desgracia es una realidad que si hay menos personas, por narices hay menos iniciativas y por tanto ejerces menos influencia a tu alrededor. Pero tienes razón, tengo que hacer autocrítica por mirar más al norte que al sur.
-¿Donde le gusta pasar a Jota un ‘15 de agosto’ cualquiera?
-Este verano ha sido raro, aunque normalmente me gusta repartirlo entre la montaña y la playa, siguiendo el curso del río. El Delta del Ebro, La Rápita o Yebra, el pueblo de mi padre, son los lugares habituales.
-¿Llega uno a cogerle manía a su propio gran éxito?
-¡Sí! (risas). Bendita y 15 de agosto sonaron tanto que terminamos cogiéndoles un poco de manía. Y es que además 15 de agosto está muy bien, es divertida, pero no cuenta nada del otro mundo. Tenemos canciones que cuentan historias con mucho más sentido y no han pasado a la historia de Ixo Rai! Esa canción entró en el disco a última hora, con una letra rápida, sencilla, y no sé si el mérito es nuestro o de una melodía tradicional popular que ya existía, el vals de Lo molinero, grabado por La Val de Hecho. Supongo que esa canción triunfó porque habla de algo sencillo pero que todos los aragoneses tenemos en común. Hombres, mujeres, joteros, punks o altos ejecutivos, todos hemos coincidido alguna vez en la verbena de las fiestas de un pueblo.
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