Javier Calvo: “Sin la Generación Paulina de Teruel no se entiende la historia de Aragón”

Lo que ocurrió en Teruel a finales de los años 60 es un cuento de Charles Dickens. O €ˆpuede ser contado como un cuento de Charles Dickens. Es el empeño del zaragozano Javier Calvo, director de Años de luz, el largometraje documental que narra la historia de la Generación Paulina. Así se ha dado en llamar la feliz coincidencia, en el Colegio Menor de San Pablo y en el Instituto Ibáñez Martín de Teruel, de una generación de profesores -José Antonio Labordeta, Eloy Fernández Clemente, José Sanchis Sinisterra o Florencio Navarrete- y de alumnos -Joaquín Carbonell, Carmen Magallón, Serafín Aldecoa, Pedro Luengo, Manuel Pizarro o Federico Jiménez Losantos, entre otros- durante la segunda mitad de los años 60. Fueron una serie de personajes que con los años se han convertido en referentes de la cultura y la intelectualidad aragonesa, y cuyo embrión generacional estuvo en un Teruel gris y aterido, al calor de las actividades que, algunas de ellas en la semiclandestinidad, se desarrollaron como consecuencia de las nuevas concepciones educativas de unos, y de la necesidad de descubrir un mundo muy prometedor los otros.

En su día sonaría grandilocuente pero hoy nadie duda de que la concepción del aragonesismo progresista y de algunas de sus herramientas, como la canción de autor aragonesa o aquel milagro de Andalán nacieron en Teruel. “Yo no sé como sería ahora mismo Aragón, pero tengo claro que sería muy distinto de no haberse dado esa confluencia, en ese lugar y en ese momento”, afirma Javier Calvo.

El documental Años de luz vivirá su estreno absoluto en el Cine Maravillas de Teruel, este viernes a partir de las 19 horas. “Tenía que ser allí”, afirma Calvo. “En ese cine que antes era La Salle y al que fueron muchos paulinos”.

El documental está construido como un puzzle en el que aportan sus respectivas piezas algunas de las figuras clave ya mencionadas de la Generación Paulina, además de otras como Juana de Grandes, viuda de Labordeta.

Además la producción incluye material gráfico procedente del Archivo de la Generación Paulina, películas en Súper 8 de la época, cedidas por el Instituto de Estudios Turolenses, películas del NODO procedentes de la Filmoteca Española y de la Filmoteca de Catalunya y parte del archivo sonoro de Radio Teruel, donde emitía un programa musical Joaquín Carbonell, que también escribía en DIARIO DE TERUEL, a la sazón Lucha, su sección 7 por Redondo en la que hablaba de actualidad musical con un desparpajo casi sonrojante para la época.

Además Años de Luz cuenta con la colaboración de uno de los mejores ilustradores aragoneses, David Guirao, que ha realizado varias animaciones de escenas de las que no existen imágenes rodadas, como las reuniones entre profesores y alumnos, las representaciones teatrales -Navarrete recibió más de una llamada al orden por permitir que en su Colegio Menor se representaran obras de Lorca, pero él no hacía ni caso-, el viaje a Orense con parada en Barajas que dio de sí una de las fotos más icónicas de la Generación Paulina, o los primeros conciertos de música de autor en el colegio.

El documental está conducido por una narradora de excepción como Carmen Magallón, paulina alcañizana, catedrática en Física y además profesora, en su día, del propio Javier Calvo cuando este tenía 14 años, en el Instituto Avempace de Zaragoza.

Los paulinos fueron estrictamente hombres, porque el Colegio Menor no era mixto, pero sí lo era el Instituto Ibáñez Martín, y hubo mujeres, como la propia Magallón o Pilar Navarrete que se implicaron en la actividad cultural e intelectual al mismo nivel que sus compañeros. “Ha sido muy divertido tener a mi profesora en el documental”, explica Calvo, “y es una espléndida narradora. Ella empezó a hacer teatro con la Generación Paulina, lo hace muy bien, y sabe darle mucho sentido a cada una de sus palabras”, afirma el director.

El Colegio Menor San Pablo, donde residían los alumnos, entró en funcionamiento durante el curso 1966/67, y José Antonio Labordeta marchó a Zaragoza en 1970. Ese es el ámbito cronológico central de la Generación Paulina -sorprende, en la era de la rapidez, que cuatro años den para tanto-. Sin embargo Javier Calvo ha elegido contar su historia remontándose tiempo atrás, “porque para ser consciente de la importancia que tuvieron estas personas es necesario conocer su origen, de dónde venían”.

Aquí es donde el relato se torna dickensiano. El cineasta apela a la provincia de la posguerra: “Joaquín (Carbonell) nació en un pueblo minero y Federico (Jiménez Losantos) en uno de montaña, donde tres meses al año estaban incomunicados. A Carmen (Magallón) le encantaba leer pero en su casa no tenían dinero para comprar libros”, explica Calvo. €ˆ“Se fue a estudiar con 12 años a Teruel, vivía con una patrona y tenía que comer en una taberna... dime si esto no es Oliver Twist”, afirma el director del filme.

Que años después estas personas, “que parecían estar abocadas a una vida miserable, de sufrimiento”, consiguieran ser “los reyes de la ciudad”, fueran el germen del aragonesismo y después fueran figuras de primera línea en el Aragón que surgió de la democracia “es absolutamente maravilloso”. Y €ˆque muchos de ellos tuvieran una vida brillante se debe en parte a que “estos chicos no tenían dinero y pudieron estudiar gracias a becas a las que accedían niños de los pueblos. Pero para disfrutarlas tenían que ser los mejores de sus pueblos y sacar excelentes notas. Era eso o regresar al arado o la mina, en un tiempo en el que vivir en los pueblos era durísimo”.

Labordeta llegó a Teruel cantando rancheras y Carbonell cantando canción ligera italiana, y gracias a la influencia de Sanchis Sinisterra y sus discos de Raimón, se marcharon sacudiendo conciencias con su música, y convirtiendo las arcillas o los leñeros que tenían frente a sus casas en pura poesía fundacional. Esa música tuvo que eclosionar en Zaragoza; lo mismo que Andalán, que fue pergeñado en Teruel por Fernández Clemente y Labordeta pero tuvo que publicarse en Aínsa el primer número y en Zaragoza después, porque el Gobernador Civil de una ciudad pacata como Teruel no iba a permitir que aquel panfleto se distribuyera delante de sus narices. “Supongo que no había más remedio, y todo ese movimiento social, cultural y político tenía que producirse en Zaragoza, una ciudad grande, con muchos habitantes e influencias”, explica el director de Años de luz. “Pero para que todo eso sucediera tuvo que darse esa feliz confluencia de personas en Teruel. De no haberse dado, la historia sería otra, sería diferente”.

De ahí la vocación divulgativa del documental, porque Javier Calvo asegura que “todo el mundo sabe que Labordeta dio clase en Teruel y más o menos a mucha gente en Zaragoza le suena el término Generación Paulina, pero casi nadie tiene muy claro lo que significa exactamente, ni mucho menos la importancia capital que tuvo en nuestra historia”. “Sin esos años en Teruel no se entiende la historia de Aragón”, remarca Calvo.

En Años de luz se mezclan, pues, conceptos tomados de Oliver Twist o Historia de dos ciudades de Charles Dickens; de El club de los poetas muertos “donde unos profesores brillantes y unos alumnos brillantes se reunen en un lugar gris, y ocurren cosas”, y de Esplendor en la hierba (Elia Kazan, 1961), que “tiene que ver con el título de la película, Años de luz, que hace referencia al brillo de la juventud, de ese momento en el que todo es posible y se tejen amistades que duran toda la vida”. A lo largo del rodaje del documental, Javier Calvo ha comprobado “que pese al tiempo que ha transcurrido y que cada uno ha llevado una vida muy diferente, entre todos los paulinos con los que he hablado sigue existiendo un hilo invisible de ternura y de cariño, que es precioso y muy fuerte”.

Años de luz es una película producida por Varykino Films y Aragón TV, y cuenta con el apoyo del Gobierno de Aragón a través de los Fondos FITE, el Instituto de Estudios Turolenses, la Institución Fernando el Católico, Caja Rural de Teruel y Fundación Térvalis.

Tras su estreno este viernes en Teruel (19 horas, en la Sala Maravillas), Javier Calvo alternará la exhibición de Años de luz con el final del rodaje en Galicia de Cariñena, vino del mar y su montaje. Le gustaría poder estrenarla en Zaragoza sobre febrero, y competir en varios festivales durante el segundo semestre del año. Mientras tanto también intentará que se proyecte en los pueblos de origen de los protagonistas del documental, en los cuales también se ha rodado, como Alloza, Andorra, Orihuela del Tremedal, Alcañiz o Martín del Río.

La película es uno de los sueños que se le quedaron en el tintero a Joaquín Carbonell

La película documental Años de luz empezó a gestarse en verano de 2019, aunque tiempo atrás rondaba la cabeza del músico y poeta allocino Joaquín Carbonell, como uno de los innumerables proyectos que le bullían cuando la muerte por covid le sorprendió en septiembre de 2020. Un año antes, Javier Calvo y Carbonell se conocieron durante el rodaje del capítulo 11 de la serie documental Sin cobertura de Aragón TV. “Rodamos en Alloza y después, comiendo en Ariño, me contó que tenía el proyecto de rodar un documental sobre la Generación Paulina”, recuerda Calvo. “Yo entonces no sabía casi ni de qué me hablaba, porque fuera de Teruel es algo que conoce muy poca gente”.

Tras el fallecimiento de Carbonell, la compañera del cantautor, Maricruz Moreno, y Pedro Luengo, ex paulino de Martín del Río, se pusieron en contacto con él para convencerle de que llevara a buen puerto ese proyecto, con apenas una hoja de papel manuscrito por Carbonell como punto de partida. Calvo confiesa que en enero de 2021 lo cogió “con pereza”, porque estaba inmerso en otros proyectos como la preproducción de Cariñena, vino del mar, pero “poco a poco me fui metiendo”. Se entrevistó con Sanchis Sinisterra a través del escritor Nacho Escuín, pero el momento clave llegó en julio de 2021, cuando conoció a Eloy Fernández Clemente. “Lo que me contó sobre la Generación Paulina fue impactante y fascinante”, recuerda Calvo. “En ese momento me di cuenta de la importancia que tenía. Emocionalmente me enganchó y salí de casa de Eloy con la necesidad de contar esa historia”. A partir de ahí comenzó un rodaje lento, porque Calvo tuvo que manejar varios proyectos en paralelo y hacer coincidir las agendas de muchas personas, salpicado por momentos felices, como el homenaje a Florencio Navarrete que reunió a numerosos paulinos en Teruel el 24 de septiembre de 2022, para celebrar del 90 cumpleaños que el fundador del Colegio Menor San Pablo -realmente nació un 11 de mayo­-, y otros tristes, como el fallecimiento de Fernández Clemente el 17 de diciembre de 2022.