Feria del Libro: detectives, gigantes, espías y princesas enjauladas se encuentran en La Glorieta
Numerosos autores, entre ellos la Premio Planeta Clara Sánchez, desfilan por TeruelFeria del Libro: detectives, gigantes, espías y princesas enjauladas se encuentran en La Glorieta
La Feria del Libro crece un 14% en ventas con una excelente respuesta del público
Detectives, gigantes, espías, princesas enjauladas y personajes de la Edad Media se dieron cita el sábado en La Glorieta, donde la intriga, las aventuras, las emociones, las sensaciones, las risas y el suspense se pudieron vivir en la primera jornada del fin de semana de la VI Feria del Libro y Cómic de Teruel que trajo a la ciudad a primeras firmas como la Premio Planeta Clara Sánchez, Fernando J. Múñez o Jorge Molist junto a autores habituales ya en este encuentro como Chesús Yuste, Juan Bolea y Antón Castro, entre otros muchos. La cita, que arrancó el pasado jueves, finalizará hoy con la destacada presencia de otros escritores turolenses y aragoneses entre los que figuran José Giménez Corbatón, Julián Casanova, José Luis Corral y Javier Sierra.
El buen tiempo, aunque con un sol de justicia y unas rachas de viento que hicieron volar algún sombrero y más de un libro donde se hacen las presentaciones al aire libre, marcó una jornada intensa en la que el público acudió de forma espaciada y constante a lo largo de todo el día a recorrer los puestos de las librerías y editoriales, y a escuchar a los autores invitados que firmaron libros de sus últimas novedades.
Entre los participantes estuvo la Premio Planeta Clara Sánchez, que presentó su última novela, Infierno en el paraíso, la historia de la huida de una princesa saudí en Marbella que decide escapar de la “jaula de oro” en la que vive encerrada.
Clara Sánchez se ganó la atención del público y consiguió transmitirles el interés por su último trabajo, como hicieron el resto de los autores porque de eso se trata en las ferias del libro. La que fuera ganadora del Premio Planeta en 2013 con El cielo ha vuelto, contó que en su nueva novela, un thriller psicológico, llegó a sentir el “mismo tipo de angustia” que sufría la protagonista cuando lo escribía.
Infierno en el paraíso nació de la fascinación de la escritora por aquella Marbella de los años dorados de comienzos de este siglo frecuentada por la familia real saudí y otros jeques del Golfo, bañada a su vez por el gran poder del dinero, la política y la corrupción. Se fija en una princesa saudí rodeada de lujos y riquezas pero que no es dueña de sí misma. “En el fondo su vida es muy miserable”, comentó Sánchez sobre la protagonista, cuyo personaje es un reflejo de la realidad de tantas mujeres saudíes.
En la obra se adentra en un mundo cerrado a los ojos de la prensa narrado a través de la mirada de una camarera de un club selecto marbellí, a la que la princesa Amina le propone algo que da lugar a un relato negro que acaba convertido en un thriller psicológico angustioso cuando el personaje quiere su libertad y ser a sus 17 años como el resto de las chicas de su edad que ve divirtiéndose en las calles.
Sánchez comentó que “donde no se puede meter un reportero se puede meter una novela” para contar la historia de estas mujeres que “no son dueñas de nada”, que están apresadas en la riqueza de sus familias en una forma de “esclavitud” porque son dependientes y “no pueden decidir”.
Las charlas de la feria comenzaron a primera hora con la presentación de un libro infantil ilustrado, Silván y los árboles parlantes, escrito por Rafael Yuste e ilustrado por María Felices; una obra espectacular y muy cuidada editada por Prames y en la que sus autores se aprecia que se han implicado personalmente al máximo.
Yuste aseguró que en el libro había recuperado al Silván joven, un personaje mitológico del Pirineo aragonés que era protector de los bosques. En esta obra, con unas ilustraciones exuberantes, Silván decide viajar alrededor del mundo “en busca de los árboles más singulares” ante el problema de los incendios forestales y la deforestación. La publicación lleva al lector por varios continentes para mostrar la diversidad de su fauna y flora y la importancia de preservarla, aunando así educación y entretenimiento.
La editorial Xordica presentó sus últimas publicaciones de la mano de su editor Chusé Raúl Usón y hasta Teruel se desplazaron los escritores Chesús Yuste y Jorge Sanz Barajas. El primero habló de su novela La memoria de la turba, donde regresa a su querida Irlanda para desmontar mitos y hacer gala de ese humor tan característico que tiene, mientras que el segundo presentó Volar alto, una historia trepidante ambientada en los primeros años del franquismo de la que son protagonistas personajes reales que ha redescubierto: el pintor Ciriaco Párraga y la miliciana Tellito, en una Zaragoza de principios de los años 40 del pasado siglo en donde los nazis y la Gestapo tenían oficinas en la capital aragonesa y los espías andaban a sus anchas, incluido un camarero del Oasis que era enlace del Partido Comunista. Esta última novela, según contó su autor, es una “historia fascinante que solo necesitaba ser contada” y que él tuvo el privilegio de encontrársela.
El género de detectives encontró también su hueco con las últimas novedades de Julio César Cano, autor de Incluso la muerte miente (Maeva, 2021), y Juan Bolea y Patricia Artero con La noche azul (Al Revés, 2021). En Incluso la muerte miente, Julio César Cano vuelve a contar con el detective Monfort, que aseguró que para él “representa todo eso que yo amo como lector”, y que utiliza como una “plataforma perfecta para contar todo lo que me gusta de la novela negra”.
En este caso, además, está muy presente Teruel, puesto que la amiga del protagonista es la juez Elvira Figueroa que ha sido destinada a la capital turolense, cuya leyenda de las dos torres mudéjares cobra una especial relevancia en el relato. El autor comentó que sus historias las construye sobre escenarios reales, y que si consigue que un lector venga a Teruel y se pasee por sus calles, “para mí es un logro máximo”. A este respecto aseguró que “Teruel es un lugar magnífico para ambientar novela policíaca”, con todo el reto que entraña hacerlo en una ciudad pequeña, pese a lo cual había preferido abrir los horizontes de Monfort sacándolo de Castellón para llevarlo a un sitio como Teruel en lugar de irse a Madrid o Barcelona.
Julio César Cano mostró un especial cariño hacia Teruel y su feria del libro, y apuntó que la fotografía de la solapa del libro había sido tomada en el mismo lugar donde se hacía la presentación en la edición que hubo en 2019, además de apuntar que su nueva obra está dedicada a un “turolense magnífico”, José Manuel Gil, de La Iglesuela del Cid y tío de su mujer.
Vuelve Florián Falomir
Por la tarde, Juan Bolea defendió en la presentación de La noche azul el término de novela de detectives y rechazó la de género policíaco, puesto que es así como nació de la mano de autores como Edgar Allan Poe, Arthur Conan Doyle, Dashiell Hammett y Raymond Chandler. El detective Florián Falomir vuelve a protagonizar un nuevo caso en esta novela que viaja de Zaragoza a Benicasim, cuya ambientación ha trabajado Bolea al alimón con Patricia Artero en un asunto que va creciendo conforme avanza la historia y que acaba convertido en un caso criminal como en anteriores entregas de este personaje literario.
La Edad Media se coló por otra parte de la mano de dos autores de Planeta, Jorge Molist, que presentó La reina sola, y Fernando J. Múñez, que tras el éxito de La cocinera de Castamar, cuya adaptación televisiva se emite ahora, acaba de publicar Los diez escalones, sobre la que habló el sábado y cuya influencia de El nombre de la Rosa reconoció. Múñez ha viajado ahora al siglo XIII para recrear esa época y hablar de la intolerancia en una novela que se nutre de varios géneros y que definió como una historia dramática al estilo de Cumbres borrascosas.
El género del tebeo estuvo presente con El misterio de Da Vinci, de la editorial Acrótera y basado en una obra de teatro. La publicación, de 120 páginas, fue presentada por el dibujante Antonio José Morata, más conocido como Moratha, que destacó del guion su enorme “dinamismo” porque la historia “no te deja ni respirar”.
La investigadora de la tradición oral Sandra Araguás presentó Secretos en el ascensor (Sin Cabeza, 2021), un libro que recopila trabalenguas pero estructurados a través de una historia, y Pablo Sebastiá Tirado dio a conocer La tetera de Rusell (Reino de Cordelia, 2020) y finalista del Premio Celsius 2020.
La poesía tuvo su espacio con la editorial Olifante, que presentó los poemarios Entre temporal y frente, de Celia Carrasco, El cazador de ángeles, de Antón Castro, y Perchas, de Mario Hinojosa. Este último dijo que el libro eran seis o siete años de su vida “en imágenes y pequeñas reflexiones”, mientras que Antón Castro tras presumir de que Teruel le había marcado la vida, dijo que su poemario resume lo que es él, “la mirada hacia la infancia”.