De dcha. a izda., Víctor Lucea, Julio Ramón, Atsuko Tanaka y Alejandra Rodríguez, en la inauguración de la exposición
Diálogo intergeneracional e intercultural de obras hechas por mujeres en el Juan Cabré
Inaugurada en Calaceite la exposición ‘Confluencias’, con autoras como Juana Francés o Louise Bourgeois
El Museo Juan Cabré (Calaceite) acoge hasta el próximo mes de marzo la exposición Confluencias, producida por el Gobierno de Aragón y desarrollada a iniciativa de PMAC (Plataforma de Mujeres en el Arte Contemporáneo) en el marco de la II Muestra Internacional de Arte Contemporáneo realizado por mujeres, que tuvo lugar en 2021.
La muestra llega a este museo tras pasar por el IAACC Pablo Serrano de Zaragoza y la Torre Blanca de Albarracín y fue inaugurada en la localidad del Matarraña por el director general de Cultura, Víctor Lucea y el director del IAACC Pablo Serrano, Julio Ramón.
La exposición, comisariada por Alejandra Rodríguez Cunchillos y que se hace eco del objetivo general de PMAC de dar visibilidad al papel de la mujer en las artes, está concebida como un punto de reflexión y revisión de los planteamientos bajo los que se ha relatado la historia del arte, tanto por la ausencia de figuras femeninas como por omisión de los trabajos realizados más allá del mundo occidental.
Confluencias es un encuentro intergeneracional e intercultural a través de una nómina de doce mujeres artistas que dialogan entre sí a través de manifestaciones y técnicas artísticas de diferente índole (gouache, ceras, óleo, acrílico, litografía, xilografía, cianotipia y tintas sobre diversos soportes; textil, escultura, videoinstalación, fotomontaje, instalación con gres y otros materiales): Juana Francés, Julia Puyo, Louise Bourgeois, Mari Ito, Aurèlia Muñoz, Ana Daganzo, Linda Lindberg, Atsuko Tanaka, Charo Costa, Lidia Benavides, Natalia Escudero y Grete Stern.
Cinco artistas actuales, de distintas generaciones y procedencias (Julia Puyo, Mari Ito, Ana Daganzo, Charo Costa y Natalia Escudero) produjeron sus obras en 2021 para dialogar con obras que forman parte de la colección del IAACC Pablo Serrano, realizadas entre 1950 y 2004 por siete mujeres de primera fila a nivel internacional (Juana Francés, Louise Bourgeois, Aurèlia Muñoz, Linda Lindberg, Atsuko Tanaka, Lidia Benavides y Grete Stern).
Seis de estas obras forman parte de la colección Circa XX, adquirida por el Gobierno de Aragón en 2013 a la zaragozana Pilar Citoler.
Con esta selección de obras, la exposición también rinde homenaje a las figuras femeninas que han jugado y juegan un papel en el mundo del arte a través de su promoción y difusión, como es el caso de las mujeres coleccionistas.
Por otra parte, la presencia de una obra de Juana Francés reivindica la importancia del legado de la artista alicantina, cofundadora del grupo El Paso, en la conformación de la colección del IAACC Pablo Serrano. Su Fondo submarino (1985) es el punto de partida del discurso expositivo, un viaje al fondo del mar en referencia al origen de la vida, la abiogénesis.
La evolución de la vida es el tema de las obras de Luoise Bourgeois (Song of the Blacks and the Blues, 1996) y Aurèlia Muñoz (Algas y conchas, 1985), mientras que la expresionista norteamericana Linda Lindeberg utiliza en Blue dancers (1966) el simbolismo de azul como baile de la vida.
En estrecha relación con la obra de Bourgeois y Aurèlia Muñoz, la japonesa Mari Ito presenta Origen del deseo-Canción amarilla (2021). Y dialogando con Linda Lindeberg, Ana Daganzo ha producido su obra
Cuatro estratos y una vía (2021), un tránsito por los diferentes estratos del medio y los trazos de la vida.Una llamada de atención sobre los problemas ocasionados por el mal uso de la ciencia y de la tecnología está entre los fines de la obra de otras artistas.
Peinture (1960), de la japonesa Atsuko Tanaka, una de las máximas representantes del colectivo Gutai, pone el foco sobre las tremendas consecuencias ocasionadas por los bombardeos de la II Guerra Mundial y la amenaza nuclear.
La artista zaragozana Charo Costa establece un diálogo con la nipona a través del elemento "círculo” en su obra Connections (2021); utiliza el acrílico como la japonesa, pero arraiga la pieza al entorno natural a través del soporte (la madera) o usando sus propios dedos para pintar.
Julia Puyo, con su obra La culpa siempre es de los algoritmos (2021), en el contexto de una sociedad actual hiperconectada, apunta a la responsabilidad colectiva y a la necesidad de modificar los comportamientos sociales y los valores que nutren la codificación y recolección de datos utilizados para entrenar a los algoritmos, a los que culpabilizamos del sesgo no deseado que en ocasiones producen.
Utilizando también el signo del círculo de Tanaka y de Costa, Lidia Benavides, en su videoinstalación Xbl-3/RGB (2004) y comprometida con el ecologismo, mediante tres canales de vídeo nos transporta a los tres sustratos fundamentales de la vida: la atmósfera, la hidrosfera, la litosfera, consiguiendo captar la materialización de la luz a través de la fotografía y el vídeo.
Natalia Escudero vuelve al círculo con su instalación Tiempo (2021), ubicada en un espacio circular en el que diversos objetos de uso cotidiano, como platos cerámicos, remiten al origen de todo (son materias primas, agua, tierra y el medio donde se producen). Asimismo, la luz juega un papel fundamental, ya que permite visualizar las formas que devienen de estos platos de cerámica, las vibraciones lumínicas posibilitan observar la belleza de lo simple, la tierra, el polvo.
Por último, y cerrando el círculo, el fotomontaje de la germano-argentina Grete Stern, Sueño nº31 (1950), que recibe al visitante iniciar el recorrido de la exposición, nos conduce al “sueño” de un mundo en el que las
La muestra llega a este museo tras pasar por el IAACC Pablo Serrano de Zaragoza y la Torre Blanca de Albarracín y fue inaugurada en la localidad del Matarraña por el director general de Cultura, Víctor Lucea y el director del IAACC Pablo Serrano, Julio Ramón.
La exposición, comisariada por Alejandra Rodríguez Cunchillos y que se hace eco del objetivo general de PMAC de dar visibilidad al papel de la mujer en las artes, está concebida como un punto de reflexión y revisión de los planteamientos bajo los que se ha relatado la historia del arte, tanto por la ausencia de figuras femeninas como por omisión de los trabajos realizados más allá del mundo occidental.
Confluencias es un encuentro intergeneracional e intercultural a través de una nómina de doce mujeres artistas que dialogan entre sí a través de manifestaciones y técnicas artísticas de diferente índole (gouache, ceras, óleo, acrílico, litografía, xilografía, cianotipia y tintas sobre diversos soportes; textil, escultura, videoinstalación, fotomontaje, instalación con gres y otros materiales): Juana Francés, Julia Puyo, Louise Bourgeois, Mari Ito, Aurèlia Muñoz, Ana Daganzo, Linda Lindberg, Atsuko Tanaka, Charo Costa, Lidia Benavides, Natalia Escudero y Grete Stern.
Diálogo entre artistas
Cinco artistas actuales, de distintas generaciones y procedencias (Julia Puyo, Mari Ito, Ana Daganzo, Charo Costa y Natalia Escudero) produjeron sus obras en 2021 para dialogar con obras que forman parte de la colección del IAACC Pablo Serrano, realizadas entre 1950 y 2004 por siete mujeres de primera fila a nivel internacional (Juana Francés, Louise Bourgeois, Aurèlia Muñoz, Linda Lindberg, Atsuko Tanaka, Lidia Benavides y Grete Stern).
Seis de estas obras forman parte de la colección Circa XX, adquirida por el Gobierno de Aragón en 2013 a la zaragozana Pilar Citoler.
Con esta selección de obras, la exposición también rinde homenaje a las figuras femeninas que han jugado y juegan un papel en el mundo del arte a través de su promoción y difusión, como es el caso de las mujeres coleccionistas.
Por otra parte, la presencia de una obra de Juana Francés reivindica la importancia del legado de la artista alicantina, cofundadora del grupo El Paso, en la conformación de la colección del IAACC Pablo Serrano. Su Fondo submarino (1985) es el punto de partida del discurso expositivo, un viaje al fondo del mar en referencia al origen de la vida, la abiogénesis.
La evolución de la vida es el tema de las obras de Luoise Bourgeois (Song of the Blacks and the Blues, 1996) y Aurèlia Muñoz (Algas y conchas, 1985), mientras que la expresionista norteamericana Linda Lindeberg utiliza en Blue dancers (1966) el simbolismo de azul como baile de la vida.
En estrecha relación con la obra de Bourgeois y Aurèlia Muñoz, la japonesa Mari Ito presenta Origen del deseo-Canción amarilla (2021). Y dialogando con Linda Lindeberg, Ana Daganzo ha producido su obra
Cuatro estratos y una vía (2021), un tránsito por los diferentes estratos del medio y los trazos de la vida.Una llamada de atención sobre los problemas ocasionados por el mal uso de la ciencia y de la tecnología está entre los fines de la obra de otras artistas.
Peinture (1960), de la japonesa Atsuko Tanaka, una de las máximas representantes del colectivo Gutai, pone el foco sobre las tremendas consecuencias ocasionadas por los bombardeos de la II Guerra Mundial y la amenaza nuclear.
La artista zaragozana Charo Costa establece un diálogo con la nipona a través del elemento "círculo” en su obra Connections (2021); utiliza el acrílico como la japonesa, pero arraiga la pieza al entorno natural a través del soporte (la madera) o usando sus propios dedos para pintar.
Julia Puyo, con su obra La culpa siempre es de los algoritmos (2021), en el contexto de una sociedad actual hiperconectada, apunta a la responsabilidad colectiva y a la necesidad de modificar los comportamientos sociales y los valores que nutren la codificación y recolección de datos utilizados para entrenar a los algoritmos, a los que culpabilizamos del sesgo no deseado que en ocasiones producen.
Utilizando también el signo del círculo de Tanaka y de Costa, Lidia Benavides, en su videoinstalación Xbl-3/RGB (2004) y comprometida con el ecologismo, mediante tres canales de vídeo nos transporta a los tres sustratos fundamentales de la vida: la atmósfera, la hidrosfera, la litosfera, consiguiendo captar la materialización de la luz a través de la fotografía y el vídeo.
Natalia Escudero vuelve al círculo con su instalación Tiempo (2021), ubicada en un espacio circular en el que diversos objetos de uso cotidiano, como platos cerámicos, remiten al origen de todo (son materias primas, agua, tierra y el medio donde se producen). Asimismo, la luz juega un papel fundamental, ya que permite visualizar las formas que devienen de estos platos de cerámica, las vibraciones lumínicas posibilitan observar la belleza de lo simple, la tierra, el polvo.
Por último, y cerrando el círculo, el fotomontaje de la germano-argentina Grete Stern, Sueño nº31 (1950), que recibe al visitante iniciar el recorrido de la exposición, nos conduce al “sueño” de un mundo en el que las
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