Calamocha recrea en el cine la fortaleza humana para combatir los totalitarismos
El rodaje de ‘Comando de gandulas’ en la provincia revive la Europa sometida por los nazisLa historia se repite, porque las imágenes de la invasión de Ucrania por las tropas rusas y de los desplazados huyendo de la barbarie de los totalitarismos no hace sino reproducir lo que ya vivió Europa hace un siglo. Calamocha recrea estos días para el cine en una antigua fábrica de mantas de la localidad lo que fue el infierno de los campos de concentración nazi con el rodaje de la película Comando de gandulas, del director Miquel Romans. El filme narra lo que vivieron mujeres como Neus Catalá, que frente a la adversidad se hicieron fuertes para resistir y hoy son ejemplo de la fortaleza del ser humano para combatir a los regímenes totalitarios, un modelo a seguir en los tiempos actuales de incertidumbre que nos acechan.
Nada más cruzar la puerta de acceso al patio de la antigua fábrica de mantas que había a las afueras de Calamocha y toparse con un militar vestido con el uniforme alemán de las SS, uno no puede evitar un ligero escalofrío al pensar que aquellos totalitarismos no han desaparecido sino que vuelven a aparecer en una Europa que de nuevo es azotada por la guerra.
Afortunadamente, el oficial de las SS es un figurante que participa en el rodaje de la película Comando de gandulas que se filma desde el pasado día 8 en escenarios de la provincia de Teruel, un filme cuyas localizaciones han sido facilitadas por la Aragón Film Commission junto con la Teruel Film Commision y que trasladará al espectador a lugares de la Alemania nazi y de la Checoslovaquia ocupada en los años cuarenta del pasado siglo.
La filmación de esta cinta, un biopic sobre la feminista y republicana Neus Català que fue prisionera de los nazis, ha vuelto a poner de manifiesto el potencial que tiene la provincia de Teruel para la industria audiovisual. Ayer el presidente de la Diputación de Teruel, Manuel Rando, institución que gestiona la Teruel Film Commission, y la coordinadora técnica de la Aragón Film Commission, Estíbaliz Centeno, visitaron el set de rodaje de este largometraje de ficción basado en hechos reales.
Con motivo de la visita los medios de comunicación pudieron asistir al rodaje de algunas escenas y hablar con el equipo de filmación antes de que el mismo se desplace a otras localizaciones en Cataluña a partir de la próxima semana para continuar rodando tres semanas más.
El equipo llegó a Teruel para empezar a filmar el pasado día 8 de marzo y permanecerá hasta mañana a mediodía, si bien con anterioridad llevaba semanas trabajando en la preparación de los escenarios, que se concentran básicamente en la antigua fábrica de mantas que hay en el municipio, donde se han ambientado escenas que se desarrollan tanto en Alemania como en Checoslovaquia. Además, se han filmado exteriores en Bronchales y Tornos.
La película cuenta la historia de Neus Català, una mujer que ha sido referencia en la recuperación de la memoria histórica y que tras padecer la Guerra Civil y ser desplazada a Francia como otros muchos miles de republicanos, combatió desde la resistencia la invasión del país galo por los nazis. Detenida por estos y enviada en 1944 al campo de concentración de Ravensbrück en Alemania, de allí los nazis la mandaron a una fábrica de armas en Holleischen, en la entonces Checoslovaquia, para trabajar como esclava en la fabricación de armamento.
Neus Català junto con otras prisioneras de los nazis inició entonces su propia guerra de resistencia boicoteando las armas que les obligaban a fabricar. Antes de su fallecimiento en abril de 2019, Català narró en sus escritos y en los numerosos libros que se escribieron sobre ella, cómo boicoteaban los cartuchos. Escupían en la pólvora o le ponían aceite, lo que los inutilizaba. Por ese motivo los nazis las llamaron kommando faul, que en alemán quiere decir holgazanas o gandulas. Catalá llegó a contar a Montserrat Llor en el libro Vivos en el averno nazi, que así inutilizaron diez millones de balas en diez meses.
La película de Miquel Romans que se rueda estos días en la provincia es un flash back que arranca en el año 1945 tras la liberación y la derrota nazi, cuando Català regresó a Francia sin saber dónde estaba su marido, que había sido también detenido por los alemanes. Allí comenzará a recordar lo vivido durante los años que fue esclava de los nazis y su paso tanto por el campo de concentración de Ravensbrück como por la fábrica de armamento de Holleischen.
El 40% de la cinta transcurre en los escenarios elegidos en la provincia. La semana pasada comenzaron rodando en exteriores de Bronchales, donde se recrea el camino que estas esclavas de los nazis tenían que hacer desde la granja donde dormían, en los establos ocupados antes por vacas, hasta la fábrica.
El director explicó ayer que los exteriores de Bronchales eran muy adecuados porque sus bosques recuerdan a los que hay en la República Checa, donde ocurrió la historia original. Además, esos días les nevó, algo que no esperaban y que ayudó a crear una atmósfera con una gran fuerza visual.
La directora de producción, Mercé Batalla, comentó que en un principio habían pedido la colaboración de los bomberos de la Diputación de Teruel para simular lluvia y mostrar la dureza que les tocó vivir a las protagonistas de esta historia, pero que finalmente lo descartaron porque vieron que iba a ser muy duro para las actrices. La nieve en cambio aportó ese clima con un resultado que Batalla calificó de “precioso”. La nieve, eso sí, les obligó a buscar otra localización en Tornos porque había también escenas que se desarrollan en verano, además de las que transcurren en invierno.
Tras filmar estos exteriores, el equipo se desplazó a Calamocha para grabar en la antigua fábrica de mantas, que ya no tiene uso y cuyo edificio e interiores evoca los años 40 del pasado siglo. Allí se ha ambientado la fábrica de armas de Holleischen, pero en el exterior también se han filmado escenas que se desarrollan en el campo de concentración de Ravensbrück, así como la llegada de las protagonistas en tren a la localidad checa.
En el exterior del set los carteles en alemán evocan muchas de las fotografías que aparecen en los libros de historia sobre cómo eran los campos de concentración y los lugares donde trabajaban los kommandos, que era como se denominaba a las y los esclavos que utilizaban los nazis para diversas labores como la fabricación de armamentos.
Fábrica de armamento
En el día de ayer la filmación se desarrolló en el set donde se ambienta el lugar en el que las mujeres tenían que hacer cartuchos y los inutilizaban escupiendo en la pólvora. Acceder al escenario era como viajar en el tiempo, puesto que el equipo de dirección artística lo ha reconstruido como algunas fotografías de la época muestra que eran estos lugares, con mesas llenas de cartuchos para el montaje de la munición, con cartelería y papeles escritos en alemán, e incluso un gran cuadro de Hitler presidiendo la escena.
En la secuencia que se filmaba, el personaje de Neus Català, interpretado por la actriz Nausicaa Bonnín, era reprendida por un oficial de las SS, mientras otras esclavas trabajaban en el montaje de cartuchos bajo la supervisión de más militares nazis.
La noche anterior, otro edificio de la misma fábrica de mantas había servido para recrear una escena desarrollada en el campo de concentración de Ravensbrück, para lo cual se ambientó con literas de madera y alambrada de espino electrificada con material de utilería. En esa escena los nazis matan a una de las mujeres antes de trasladar a las más jovenes a la fábrica de armas de Checoslovaquia. En el exterior del set, un vehículo de época cargado ya para su transporte daba pistas sobre dónde se estaba filmando la película.
El director del filme, Miquel Romans aseguró que la localización era “espectacular”, que la experiencia del rodaje durante estas dos semanas en la provincia había sido “fenomenal” y estaban “encantados”, puesto que habían podido disponer de exteriores e interiores que evocaban con gran realismos el lugar donde ocurrieron los hechos históricos recreados.
Comentó en este sentido que las escenas con nieve habían salido “espectaculares” y que todas las localizaciones elegidas les encantaron cuando las vieron porque ofrecían espacios únicos, incluida la antigua fábrica de mantas, a la que rodean algunos árboles, puesto que la original donde estuvo el comando de gandulas estaba como camuflada en un bosque por los árboles.
La película, que produce Principal 2 Films S.L. cuenta con la participación de Filmax y su estreno en salas de cine está previsto para principios de 2023. Romans, que en su filmografía ha realizado varios trabajos sobre temas sociales y un mediometraje sobre la pervivencia de la memoria histórica titulado Mauthausen 2030, explicó que el tema de los deportados siempre le había interesado y que la película era una reivindicación de las personas que “lucharon por intentar construir un mundo mejor”.
Aunque la protagonista principal es el personaje de Neus Català, el realizador comentó que la cinta “transmite la lucha de más personas” de distintos países que superaron las adversidades para combatir los fascismos. Lamentó que fuese un tema que se repita, como se está viendo ahora con la Rusia de Putin, y deseó que pueda ponerse freno algún día siguiendo el ejemplo de mujeres como las que integraron el comando de gandulas.
Figurantes
En cuanto a la participación de figurantes de la zona en el filme, explicó que se ha contratado a un centenar y que se lo estaba pasando bien, a pesar de tener que “sufrir” por el viento que ha hecho estos días.
La directora de producción, Mercé Batalla, comentó que se ha contratado para el rodaje en la provincia también a un par de personas en producción, así como a otras para decoración, puesto que las literas del campo de concentración empleadas han sido construidas por un carpintero de la zona. En cuanto a los técnicos, precisó que solo se había contratado a cinco o seis porque tampoco habían encontrado a más.
El presidente de la Diputación de Teruel, Manuel Rando, destacó el interés que las productoras están mostrando por rodar en la provincia y reconoció que tras un año de funcionamiento de la Teruel Film Commission estaban sorprendidos de haber tenido “tan buena acogida dentro del mundo del audiovisual”, con más de treinta producciones el año pasado y con 23 días de grabación en lo que va de este con esta película de largometraje y dos anuncios que ya se han rodado.
Rando aseguró que se va a seguir apostando por la industria del audiovisual para generar actividad económica, puesto que cada euro de inversión revierte en 80 euros. Comentó que las perspectivas de futuro eran “buenas”, y que desde la Teruel Film Commission querían que las productoras se fuesen contentas, como cree que ocurre por las facilidades que se dan con los permisos de filmación y localización de interiores y exteriores. En la misma línea se pronunció Estíbaliz Centeno, de la Aragón Film Commission, quien avanzó que 2022 atraerá más rodajes que 2021.
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