Torres celebra su orgullo rural sacando pecho de oficios y sabores del pasado

Las labores que hasta hace unas décadas eran diarias en cualquier pueblo de la provincia de Teruel se podrán ver a todo color -y no en blanco y negro, como se aprecian en las fotografías antiguas- este sábado en Torres de Albarracín. El Ayuntamiento, en colaboración con un grupo de vecinos, ha organizado para el día 30 de noviembre el I Día del Orgullo Rural y las actividades previstas buscan sacar pecho tanto de los oficios ya perdidos como de esos sabores que a muchos les trasladan a la infancia y que otros probarán allí por primera vez.

“Queremos sacar pecho de nuestros orígenes, porque no sabemos dónde iremos, pero no se puede olvidar de dónde venimos”, plantea Roberto Belda, que es uno de los organizadores. Lo que buscan, continúa el organizador, es “recrear esas imágenes de blanco y negro para que los que las han vivido las recuerden y los que no puedan conocerlo más allá de la foto”.

La jornada se iniciará echando el frito, es decir, con un almuerzo compuesto por los productos de la conserva, que son la longaniza el lomo y la costilla, fritos en abundante aceite una vez oreados. Será a las 10:00 horas, está abierto a la participación de todos los que deseen inscribirse y el precio será de 10 euros.

A las 11:00 se abrirá al público la exposición de utensilios de labranza y labores del pueblo en la que se podrán ver algunas de las actividades que antaño se realizaban en la Sierra de Albarracín y que desaparecieron con la mecanización del campo. Precisamente de todo ello y de la forma de vida en las casas, en unos tiempos en los que no había agua y donde la luz se obtenía de candiles, se hablará en la mesa redonda. Este debate, que estará abierto a la asistencia del público, será a las 11:15 horas y participarán varias personas mayores de la localidad.

Los niños tendrán un lugar destacado en la jornada y para ellos se abrirá una pequeña granja donde podrán recoger los huevos puestos por las gallinas o ver de cerca conejos u ovejas.

Roberto Belda, que es uno de los organizadores de la jornada, explica que el objetivo de esta actividad es que los niños puedan interactuar porque “aunque saben que los huevos vienen de la gallina, ellos realmente los sacan de un cartón”, comenta.

Tras la comida, a la que de momento se han inscrito unas 80 personas, será el turno de los concursos de morra y guiñote. Además, habrá un taller de morra en el que los ganadores de diferentes concursos provinciales mostrarán a sus vecinos más pequeños el juego de la morra. Después habrá una exhibición del trabajo con las caballerías y cómo se cargaban para transportar desde agua hasta leña.