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Los expertos advierten de que la gestión del bosque afecta más a la micología que el cambio climático Los expertos advierten de que la gestión del bosque afecta más a la micología que el cambio climático
Numeroso público acudió a las charlas que se impartieron en el salón de actos del ayuntamiento de Albarracín

Los expertos advierten de que la gestión del bosque afecta más a la micología que el cambio climático

Albarracín acoge Mycoforum, un evento que apuesta por la investigación y la ciencia para potenciar la gestión de un recurso muy importante en muchos territorios
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Cruz Aguilar

Las claras o talas de árboles de intensidad intermedia realizadas en los pinares tienen una repercusión favorable e inmediata sobre la producción de setas simbiontes, como el rebollón o el Boletus edulis, mientras que las cortas masivas afectan al crecimiento de estos hongos y su regeneración puede prolongarse durante décadas. Estas son algunas de las principales conclusiones de las charlas pronunciadas ayer por los investigadores Sergio de Miguel, profesor de la Universidad de Lleida y Xavier Parladé (investigador Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Cataluña) sobre cómo afectan los tratamientos selvícolas a la producción de setas. Las ponencias se presentaron en Mycoforum, el encuentro de expertos y aficionados del mundo fúngico que se desarrolló durante el miércoles y el jueves en Albarracín.

En general, los expertos plantean la necesidad del laboreo en los pinares con aprovechamientos micológicos porque el abandono de los mismos provoca una merma en la riqueza fúngica. Sin embargo, no todas las formas de gestión resultan ventajosas para las setas.

Sergio de Miguel detalló que durante un estudio que se inició hace ya dos décadas en Cataluña, se ha analizado el efecto de las claras sobre la variedad y diversidad de hongos y sobre algunas especies específicas que interesan por su valor, como el rebollón. El objetivo que se persigue con la investigación es arrojar luz sobre productividad, diversidad y acerca de los factores que impactan sobre la dinámica de los hongos. Para eso desde hace más de 20 años se monitorizan y muestrean un centenar de parcelas de 100 metros por 100 metros distribuidas por los sistemas más representativos de Cataluña, desde zonas áridas con pinos carrascos hasta las de alta montaña con pino negro.

Producción inmediata

Los tratamientos selvícolas desarrollados en Cataluña han sido a través de claras y cortas selectivas y en este diseño experimental que incluye un centenar de parcelas se ha comprobado que la repercusión sobre el rebollón es buen. Justo después de las claras, en ese mismo año y en el siguiente, la productividad fue mucho mayor, mientras que en las campañas siguientes ese incremento fue desapareciendo hasta situarse en una productividad similar. “Sobre todo esto se observó en intensidades de clara intermedias”, dijo, para añadir que las intensidades fuertes no eran beneficiosas -algo en lo que coincidió con su colega Xavier Parladé–, como tampoco la falta de tratamiento silvícola.  “Bajo el suelo vimos que los hongos ectomicorrícicos se redujeron en las zonas de corta. No hubo impacto de las claras sobre la diversidad de hongos, ni en el suelo ni bajo él”, detalló.

Por otro lado, comentó que en la situación actual en la que los bosques no reciben una gran presión gestora se tienden a reducir las especies con valor económico y, según alertó De Miguel, “si seguimos con este modelo en Cataluña la producción se puede reducir en un 11%, mientras si promovemos la gestión a nivel regional, la producción puede aumentar”, sentenció.

Sergio de Miguel subrayó la importancia que tiene contar con datos de campo para conocer el impacto de determinadas actividades y del cambio climático en el mundo fúngico.

El experto habló a su vez del cambio climático y planteó que el efecto en el mundo fúngico es complejo: “Hay diferentes impactos en función de los diferentes escenarios, si son más pesimistas o menos”, dijo, para añadir que el cambio no afectará de forma homogénea a todo el territorio, estará modulado por condiciones microclimáticas a menor escala y la afección sobre los hongos puede variar también de una zona otra. “Es innegable que el cambio climático va  a tener un efecto, pero la forma en que gestionamos los bosques tendrá una repercusión mayor a medio y largo plazo”, dijo.

El estudio que presentó ha sido realizado en Cataluña y responde al elevado valor socioeconómico que tienen los hongos en

región, donde superan al de la madera. “Si consiguiéramos que todos los beneficios desde el ámbito de la micología revirtieran en el monte lograríamos aprovechamientos sostenibles y multifuncionales”, aseguró el ponente. De Miguel comentó que el 25% de la población adulta de Cataluña, más de un millón de personas, va al menos una vez al año al monte a por setas y más de medio millón lo hace hasta tres veces.

Xavier Parladé (dcha.) durante su charla, con Fernando Martínez Peña

Muestro semanal

Para la obtención de los datos, se realiza un muestreo semanal y Sergio de Miguel detalló que el equipo de campo recorre para hacerlo un total de mil kilómetros. En estas dos décadas se han recogido 330.000 setas de 700 especies diferentes de hongos carpóforos, que producen setas. A ellas hay que sumar un mayor número de hongos localizado bajo suelo, del que también se han tomado muestras y realizado análisis de ADN.

Otra de las conclusiones que se desprenden del estudio que se inició hace dos décadas en Cataluña es que hay masas que resultan más óptimas para la producción de hongos de interés comercial. “Es en porcentajes de cubierta forestal media donde las setas comestibles son más abundantes, por lo tanto la estructura de la masa tiene impacto sobre productividad y diversidad de setas”, sentenció Sergio de Miguel.

Por su parte Xavier Parladé mostró las conclusiones de un estudio desarrollado en el Pinar Grande de Soria sobre la repercusión de la corta de árboles en la regeneración del Boletus edulis y, entre los principales resultados, destaca que la seta tarda 20 años en recuperarse debido a que el micelio del suelo se reduce sustancialmente tras las talas masivas.

Pinos inoculados

Entre las posibles soluciones para mantener el aprovechamiento fúngico está que las reforestaciones se hagan con pinos silvestres inoculados con el micelio, de forma que la regeneración sea más rápida, “se aceleraría el procedimiento”, comentó.

Otra de las técnicas valoradas fue dejar los denominados árboles padre, que producen piñones y adelantan la regeneración del bosque, aunque no resulta operativo a nivel micológico puesto que acelera el crecimiento de los pinos pero no de los boletos.

Parladé manifestó que estos estudios son extrapolables a todos los hongos simbiontes, que son los que necesitan los árboles para frutificar, y citó el rebollón y el rebozuelo.  De todas formas señaló que las cortas se pueden realizar por áreas, de forma que el aprovechamiento maderero y el fúngico sean perfectamente compatibles.

En la investigación desarrollada durante cuatro años en el Pinar Grande también se puso de manifiesto que la presión recolectora no afecta a la producción de los años siguientes, que sí puede verse mermada por otros factores, como el pisoteo del suelo.

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