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La rentabilidad de la ganadería turolense decae tras dos años de extrema sequía La rentabilidad de la ganadería turolense decae tras dos años de extrema sequía
Varios ejemplares de ojinegra en exposición de ganado selecto de la 114 edición de la Feria de Cantavieja

La rentabilidad de la ganadería turolense decae tras dos años de extrema sequía

Las instituciones respaldan al sector congregado en la 114 edición de la Feria de Cantavieja
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La extrema sequía que ha sufrido la provincia de Teruel en los dos últimos años, y en especial la Comarca del Maestrazgo, fue uno de los temas principales de conversación entre los centenares de personas que este fin de semana participaron en la 114 edición de la Feria Ganadera de Cantavieja. La ausencia de precipitaciones ha mermado las cosechas de cereal y forraje y ha secado los acuíferos y los pastos. Esta situación ha obligado a suministrar cisternas con agua a las granjas y a suplementar la alimentación del ganado, con el consiguiente incremento de los costes de producción, lo que ha reducido la rentabilidad de las explotaciones.

La exposición de ganado selecto y las transacciones de animales entre particulares se complementaron este domingo con la subasta de ovino de rasa aragonesa y ojinegra y bovino blonda de Aquitania, charolesa, fleckvieh, limusina y pirenáica.
 

Asistentes a la subasta de animales de ovino y vacuno en el recinto ferial


El alcalde de Cantavieja, Ricardo Altabás, estuvo acompañado en la mesa por el presidente de la Diputación de Teruel, Joaquín Juste; el director del servicio provincial de Agricultura, Ganadería y Alimentación de Teruel, Elifio Féliz de Vargas; y la concejal de Ferias, Ana María Sales. Entre el público, también se encontraban otros representantes institucionales, como el diputado Herminio Sancho, que en calidad de ganadero adquirió dos lotes de ovino para su explotación de Mezquita de Jarque.

Juste se congratuló de que todavía haya jóvenes que se incorporen a la ganadería y que participen en la subasta dado que se trata de un sector que no se puede deslocalizar y que cumple muchas funciones, como el sostenimiento de la población y la limpieza de los montes, comentó.

“En la provincia, se ha apostado por la calidad y los servicios agropecuarios de la Diputación, a través del Centro de Mejora Agropecuaria El Chantre, colaboran con los ganaderos para lograr la mejora genética de los animales”, dijo. Este año además, la institución provincial ha llevado agua a las explotaciones a través del servicio de Bomberos y ha iniciado un programa de sondeos en varias localidades.

“La enorme sequía de los dos últimos años ha generado muchas dificultades en el sector y el Gobierno de Aragón destinará próximamente 7 millones de euros a compensar las pérdidas que ha provocado en la agricultura y la ganadería”, anunció Juste.

El director del servicio provincial, Elifio Féliz de Vargas, admitió que una de las zonas más afectadas por la sequía ha sido el Maestrazgo, “donde no se ha invertido nunca en infraestructuras hidráulicas porque este problema no se había planteado”. “Ahora estamos viendo que va a ser una situación permanente”, dijo, y añadió que el devenir de la feria podía servir “para elevar un poco el ánimo de la gente que todavía está intentando mantener a flote sus explotaciones”.

En este sentido, dijo que el departamento de Agricultura, Ganadería y Alimentación del Gobierno de Aragón colaborará para sufragar los gastos de los suministros y de las prospecciones de agua de la Diputación.

“Somos sensibles al problema, estamos informados y vamos a ver qué vías podemos encontrar para compensar de alguna manera a los agricultores y ganaderos después de que se hayan sucedido dos años difíciles por distintos motivos. Afortunadamente, este año no ha habido los problemas sanitarios generados el anterior por la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE)”, argumentó.

La escasez de precipitaciones ha provocado que en pueblos como Cantavieja hayan necesitado este verano que les suministraran agua de boca desde La Cañada de Benatanduz y Fortanete, como agradeció una vez más Ricardo Altabás.

En estos momentos, la caída de las temperaturas y del consumo han provocado que mejore la situación aunque en la zona no ha llovido demasiado. “Es curioso porque hace un mes los bomberos nos estaban trayendo agua de boca y desde el Ayuntamiento estábamos suministrando agua a los ganaderos y ahora están saliendo los rebollones”, comentó el alcalde. Y es que fueron muchos los se adentraron en el monte antes o después de acudir a la feria.

Altabás confió en que el nuevo pozo de reserva que harán con ayuda de la Diputación aminore el problema aunque añadió que la mejor solución sería que este invierno nevara para que se pudieran recuperar los acuíferos, “porque esa es nuestra reserva hídrica más potente”, aseguró.

La concejala delegada de Ferias, Ana María Sales, se congratuló con la afluencia de personas a la feria después de que en los últimos años se viera reducida por la epidemia y por la EHE el año pasado. El bullicio ha sido la constante en los festejos taurinos y entre los puestos comerciales.

Cabaña de ovino

El jefe de los Servicios Agropecuario de la DPT, el veterinario Fernando Guillén, coincidió en señalar que las dos últimas campañas han sido “nefastas” para el cereal. Esto ha repercutido gravemente en el ovino dado que suplementar su alimentación es “muy costoso”. Aunque se han sostenido los precios de venta, algunos ganaderos han optado por no reponer animales o hacerlo con su propio ganado.

No obstante, Guillén dijo que se ha conseguido mantener el censo de ovino e incorporar al sector a algunos jóvenes ganaderos. “Se reduce el número de explotaciones, pero cada vez son más grandes para conseguir que sean rentables”, explicó.

Entre los ganaderos de ovino de Cantavieja presentes en la subasta estaba José Antonio Vidal Fabregat, que cuenta junto a su mujer con una explotación de 650 ovejas. Este domingo, estaba “contento” porque había conseguido que se adquirieran 20 de sus corderas de rasa aragonesa nacidas en abril “acostumbradas al campo”. Y él compró un semental de la misma raza.

Vidal comentó que la sequía que han sufrido los dos últimos años les ha obligado a comprar piensos, pajas y alfalfas. Añadió que en el pueblo tan solo hay dos personas de menos de 30 años que se dediquen al ovino y que las nuevas incorporaciones se producen sobre todo en el vacuno porque requiere de una menor presencia del ganadero en la explotación, por lo que tienen “un poco más de libertad”.

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