El Parque Cultural del Chopo Cabecero estrena el sendero PR TE 173 a Hoyalta

Disfrutar del mirador que supone la cima de Hoyalta, a 1.760 metros sobre el nivel del mar, es ahora un poco más sencillo y, sobre todo, mucho más agradable después de la puesta en servicio del sendero PR TE 173 Sierra de El Pobo - Hoyalta. Se trata de un sendero de pequeño recorrido, lineal, de poco más de 7 kilómetros de longitud y 375 metros de ascenso acumulado, por lo que la distancia se duplica contando con el regreso. Desde hace unos meses el trazado y marcaje de la Ruta de la Sierra de El Pobo, el PR TE 173 une la localidad de El Pobo con  sus dos cimas: Hoyalta Alto (1.760 m) y Hoyalta Bajo (1.759 m).

La de El Pobo es una de las sierras más desconocidas del sur de Aragón. Ello es así a pesar de tratarse de un interesantísimo espacio natural por sus valores geológicos, florísticos y faunísticos. O de ofrecer unas espectaculares panorámicas desde sus cimas. O de tener un paisaje histórico que es el resultado de un secular aprovechamiento ganadero y forestal. Es muy poco conocida y visitada.

El PR TE 173 es el segundo sendero turístico que se ha puesto en servicio en este territorio, que hasta ahora solo contaba con el Camino de los Pilones, entre El Pobo y Corbalán, en su oferta turística y deportiva. Este recorrido puede realizarse en poco más de dos horas sui se aprieta el paso pero desde el Parque Cultural del Chopo Cabecero, impulsor del recorrido, así apuesta por un caminar más pausado que permita dedicar tiempo a la contemplación del paisaje e, incluso, a tomar fotografías de los valores naturales y culturales e innumerables rincones que regala el sendero.

Dentro de la fisonomía de la zona, el PR TE 173 apenas ofrece al caminante alguna sombra, aunque a mitad del recorrido sí que tiene una fuente en la que abastecerse de agua.

El recorrido

La ruta parte de El Pobo. De la travesía de la carretera, en su salida hacia Ababuj, parte una pista asfaltada en su inicio. Tres señales indicadoras: una hacia la zona de vuelo, otra hacia los vestigios de la Guerra Civil y una tercera a la ruta senderista. Todas coinciden en su dirección. Tras atravesar varias eras, la pista se dirige al cementerio pasando junto a una plantación de carrascas. Estos parajes son el hábitat de una interesantísima avifauna esteparia entre la que se encuentra la bisbita campestre, el alcaraván (chorlito aliaguero), la terrera común e incluso la alondra ricotí (rocín), especie declarada en peligro de extinción.

La pista alcanza la rambla de Trascastillo. Se abandona entonces para tomar un camino que sale a la izquierda tal como nos indica una señal. Y se remonta la rambla. Este curso de agua temporal disecciona unas arcillas rojizas creando una suerte de suaves lomas, parceladas en amplios bancales donde se cultivan cereales, girasol o leguminosas forrajeras. El lecho del arroyo es terroso y presenta pequeños cantos calizos. En las márgenes, en los arcillosos ribazos de los bancales, prosperan algunas matas de agrillos, galabarderas y sabuqueros.

El camino se difumina hasta casi desaparecer por completo para atravesar el hábitat de diversas especies de mariposas propias de pastizales y matorrales abiertos, como la vistosa limonera.

Tras cruzar junto a numerosos abrigos y viseras, el sendero alcanza una pequeña poza, situada bajo un peñasco, que se alimenta de la cercana fuente del Chorrillo, ecuador del recorrido, que se reivindica como un pequeño oasis de frescor y humedad permanente y que se ha revelado como un elemento de suma importancia para los ganados de ovejas que pastan en esos montes.

Pinares y sabinares

De hecho, la zona estuvo antaño poblada por pinares, sabinares, carrascales y robledales, como puede verse a un lado y al otro del puerto de Cabigordo y en la vertiente oeste de la sierra de El Pobo, hacia Escorihuela y Orrios. La demanda de pastos causó su deforestación. Una deforestación paulatina pero tenaz, que fue bien recogida en sucesivos documentos de la Comunidad de Aldeas de Teruel.

A partir de ahí la señalización se hace aún más profusa y evidente con balizas elevadas, líneas amarillas y blancas pintadas y líneas de iedras para orientar al excursionista.

La ruta alcanza, tras pisar de nuevo suelos de arcillas violáceas, el paraje de la Rehoya. El sendero sube decidido monte a través por una inclinada ladera rocosa. Es un karst. Una forma de relieve producida por la disolución parcial de rocas carbonatadas por el agua de lluvia o el deshielo.

Conforme se asciende se hacen más numerosos los parapetos construidos durante la Ofensiva de Levante de la Guerra Civil Española. Son sencillas posiciones defensivas levantadas por el Ejército Popular frente al avance del Cuerpo del Ejército de Castilla en mayo de 1938.

Y casi sin esperarlo se llega al vértice geodésico de Hoyalta Bajo desde donde se mira a vista de pájaro las localidades de Escorihuela y Alfambra así como El Pobo, Ababuj, Camarillas, Jorcas, Gúdar, Fuentes Calientes, Cañada Vellida, Rillo, Portalrubio, Orrios, Peralejos, Villalba Baja, Santa Eulalia y Cella.

Poco después se llega al refugio de Hoyalta  Alto, techo del recorrido y final del camino. La edificación es moderna y luminosa y cuenta con fogones, aunque no hay posibilidad de hacer acopio de combustible.