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Adema reivindica la cultura como generadora de valor  y emprendimiento en el rural Adema reivindica la cultura como generadora de valor  y emprendimiento en el rural
Asistentes a la jornada, el martes en la sede de Adema en Molinos. M. N.

Adema reivindica la cultura como generadora de valor y emprendimiento en el rural

El ministerio invita a aportar al Plan de Derechos Culturales que determinará las políticas gubernamentales
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El Ministerio de Cultura trabaja en un Plan de Derechos Culturales que tendrá en cuenta las aportaciones de la ciudadanía, también desde el medio rural, para garantizar que todos los ciudadanos del país puedan acceder y disfrutar de este bien en condiciones de igualdad. Así se puso este martes de manifiesto en una jornada de trabajo en Molinos, dentro de la Semana del Emprendimiento en Aragón, que reivindicó la cultura como generadora de valor en los pueblos.

La motivación de la sesión, a la que acudieron dinamizadores y gestores culturales, era “explorar dinámicas e iniciativas para intentar integrar los derechos culturales y la planificación cultural como vía de generación de empleo y oportunidades en el medio rural”, dijo José Manuel Salvador, técnico de la Asociación para el Desarrollo del Maestrazgo (Adema). “Hay potencial para abrir la vía de proyectos de cooperación entre grupos Leader” en esta materia “que están por definir”, anunció.

Así, la jornada sentó las bases para proponer acciones y programas que fomenten los servicios mínimos culturales en el medio rural, expuso experiencias de emprendimiento y asesoramiento cultural innovadoras e intentó crear un canal de colaboración y diálogo entre gestores culturales que trabajan desde los pueblos.

Plan de Derechos Culturales

Vía online intervino el consejero técnico de la Subdirección de Cooperación Cultural con las Comunidades Autónomas y responsable del programa Cultura y Ruralidades, Xian Rodríguez, quien explicó que el Plan de Derechos Culturales está en periodo de aportaciones hasta el 27 de noviembre a través de un cuestionario alojado en la web del Ministerio de Cultura. Esta iniciativa detallará las actuaciones que el Gobierno emprenderá en base a un diagnóstico de la situación actual y la identificación de objetivos específicos a alcanzar.

Además de proteger los derechos de trabajadores del sector, el plan pretende garantizar que la cultura emane de abajo arriba, de forma que la sociedad proponga en igualdad de condiciones que el sector público y privado.

Los aspectos que abarcará esta planificación –que se presentará en mayo de 2025 tras los aportes de entidades culturales, instituciones gubernamentales y ciudadanía– se están organizando en trece ejes temáticos: adecuación normativa y buenas prácticas, cultura intergeneracional, derechos digitales, desarrollo local y acción comunitaria, desigualdad, discapacidad, diversidad étnica, diversidad lingüística, educación, evaluación de políticas culturales, igualdad de género, mediación y sostenibilidad.

Permitirá dejar de entender la cultura como un producto, espectáculo u objeto de consumo. Según Rodríguez, ésta ha de ser “una herramienta de transformación económica y social” que penetre en estrategias de desarrollo sostenible o de transición verde.

Se trata de un guiño a la “descentralización y a la periferia”, que desde el ministerio está vista con “mayor capacidad de innovar y de aportar cosas” diferentes a las que se hacen “en los centros de poder y pensamiento”.

‘El valor de lo intangible’

Acto seguido intervino Luis Antonio Sáez, profesor de Economía de la Universidad de Zaragoza y coautor de la publicación editada por el Ministerio de Cultura Claves e impactos de la cultura en el medio rural: el valor de lo intangible. Concluye que la cultura puede y debe ser un factor determinante contra la despoblación y por el desarrollo de los pueblos puesto que genera actividad, empodera a las comunidades y favorece el arraigo de sus habitantes. Genera bienestar y este factor es decisivo en la elección de dónde se quiere vivir, sobre todo entre los jóvenes y las mujeres.

El estudio analiza una veintena de proyectos culturales en todo el país que han tenido un impacto positivo, entre los cuales está la Fundación Santa María de Albarracín. Se ubica dentro del programa Cultura y Ruralidades, impulsado por la Dirección General de Derechos Culturales del Ministerio de Cultura, a través de la Subdirección de Cooperación Cultural con las Comunidades Autónomas, en el marco del Plan de 130 medidas frente al reto demográfico.

El investigador coincidió en la importancia de atender iniciativas que emanan de la sociedad civil. La cultura, señaló, dinamiza y genera “bienestar y felicidad”, además de que “un pueblo donde se mueven cosas está vivo” y tiene “espíritu crítico”.

También participaron Rosana Sanz y Víctor Domínguez, de la plataforma rural OCRE especializada en el desarrollo de proyectos culturales (oficios y artesanía, patrimonio artístico-cultural, gastronomía y productos autóctonos, y entorno natural) adaptados a cada territorio.

Además, hubo una mesa redonda con la participación de Ignacio Martínez, fundador del Festival contra la despoblación de Allepuz; Lucía Camón, coordinadora del proyecto Pueblos en Arte; Jorge Alloza, promotor del festival Micromúsicas de Valdealgorfa y la gestora cultural María Lorenzo. Patricia Español presentó el Festival Espiello del Sobrarbe, referente en la programación cinematográfica. Cerró una actuación de Lydia Vera, de la Red Mujeres Artistas Rurales.

Estuvieron presentes el presidente de Adema, Roberto Rabaza, y el presidente de la Comarca del Maestrazgo, Fernando Safont, quienes señalaron que Molinos, gracias a Mateo Andrés, es referente por atraer cultura al medio rural desde los años 90 del siglo XX.

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