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Vecinos del barrio alcañizano de Santiago denuncian el abandono del casco viejo de la ciudad Vecinos del barrio alcañizano de Santiago denuncian el abandono del casco viejo de la ciudad
Callizo Trinidad, donde hace más de un año se acumulan los escombros de un rafe que se tiró tras la última nevada porque corría peligro de desprendimiento

Vecinos del barrio alcañizano de Santiago denuncian el abandono del casco viejo de la ciudad

Critican la falta de limpieza y atención en las calles y la inadecuada ejecución de los derribos
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Las obras de la calle Panfranco han dejado el pavimento como nunca se había visto en esta calle del barrio de Santiago de Alcañiz. Una inversión de 360.000 euros que ha servido para la reparación de acometidas, reponer el pavimento dañado de la calzada y cambiar las luminarias, que se han sustituido por luces led. Todo con el objetivo de cambiarle la cara a esta vía urbana del casco viejo que da acceso por la parte posterior a la Escuela Municipal de Música y Danza. Sin embargo, ese cambio de cara no ha dejado al vecindario tan satisfecho como podría esperarse, y ya no solo por las luminarias led, que no están a una distancia correlativa en toda la calle (unas a 10 metros, otras a 20 o 30 metros unas de otras) como por la falta de limpieza que se aprecia en el entorno, que se ve agravada por el modo en que, aseguran los vecinos, se practican los derribos en ésta y otras calles del casco histórico.

Pedro Llombart es uno de los vecinos más críticos. En los últimos años lleva unas cuantas instancias presentadas en el registro municipal que, hasta ahora, han tenido escasa respuesta por parte de la administración local. Llombart ha medido la potencia lumínica de la calle y asegura que no cumple con la normativa. Prueba de ello, asegura, son “los tres pequeños focos que han colocado en el parquin de la calle”, que tampoco son lo que esperaba el vecindario.

Llombart hace de guía por un barrio que, si no fuera por el pavimento nuevo de la calle Panfranco, parece que se cae a pedazos. No ayuda mucho a modificar esa impresión encontrarse con unos cables de telefónica atados y sujetos con distinto cableado a varias fachadas del barrio, colgando en mitad de la intersección de dos callizos, a poco más de tres metros; ni tampoco los escombros de un rafe que nadie se ha preocupado en recoger en el callizo Trinidad, número 8. “En la última nevada vinieron a tirar el rafe de la casa porque corría peligro de que se cayera en cualquier momento, y ahí se lo han dejado todo tirado en la calle, los trozos de escombro, la canal, los maderos...”, se lamenta el vecino.

Quejas

Las quejas que ha presentado Llombart en el registro municipal tienen que ver con los solares que han quedado en propiedad del Ayuntamiento de Alcañiz después de proceder a derribar viviendas que amenazaban ruina y cuyos propietarios no podían o no quisieron hacerse cargo de los gastos del derrumbe. Como ejecutor de este trabajo realizado por seguridad, el consistorio es dueño de la mayor parte de estos solares que crecen como setas en el casco viejo y gracias a los cuáles, por ejemplo, el consistorio ha creado zonas de aparcamiento en estos barrios degradados. Una de éstas es la de la propia calle Panfranco.

Llombart señala que el consistorio no solo está obligado a mantener limpias estas parcelas, sino que “ha de proteger los medianiles de las viviendas colindantes con placas pluviales” para evitar que se produzca un efecto dominó y detrás de una vivienda derribada vaya la del vecino. “Si no se actúa así, las humedades acaban en las casas anexas”, denuncia..

Es más o menos lo que le está pasando a su casa, en el número 17 de la calle Panfranco. “Derribaron la casa de al lado y no se les ocurrió otra cosa que hacer un agujero a un lado con una bomba de agua dentro para ir retirando el agua que iba acumulándose, y ahora ni funciona la bomba ni el agua se retira, lo que provoca que me entren humedades directamente a mi sótano”, enfatizó. Eso en invierno, pero en verano “lo que nos ocurre es que este agujero se ha convertido en un foco de infecciones, porque está lleno de mosquitos, de gatos...”, se lamentó.

El vecino está convencido de que “las humedades por la lluvia están entrando en nuestras casas por la manera como se realizan los derribos”. Los solares, afirma, “deberían dejarse con pendiente para que el agua salga hacia la calle, pero no cumplen con esta medida, y esto hace que nos entren aguas en casa”. Además, “tienen la obligación de colocar placas pluviales para que nuestras casas no se vean afectadas por el agua de lluvia cuando se ha ejecutado el derribo, y tampoco lo cumplen”, criticó el propietario.

Según Llombart, “los vecinos de estas calles nos quejamos de cómo se están haciendo las cosas, pero éste es un barrio degradado y nadie se va a meter en un proceso judicial para ir contra el Ayuntamiento”, añadió.

Desde el Ayuntamiento de Alcañiz no respondieron directamente a las críticas recibidas desde el casco viejo y señalaron que tienen la intención de solicitar al Gobierno de Aragón una promoción de viviendas sociales para la zona.

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