Tamborileros de Albalate del Arzobispo, en una fotografía de finales del siglo XIX. Archivo de la familia Bernad
Una foto de la familia Bernad remonta los tambores de Albalate del Arzobispo al menos a 1890
La historia local de la tradición se enriquece con un completo archivo que sobrevivió a la guerra
Una fotografía hallada en el archivo personal de la familia Bernad atestigua que la tradición de tocar el tambor en Albalate del Arzobispo data al menos de la última década del siglo XIX y no de 1920, como muchos situaban hasta ahora.
La imagen, junto a otros objetos, ha sido donada recientemente por esta familia al Museo de la Semana Santa de la localidad, coordinado por la Junta de Cofradías de Albalate.
“Nos hizo mucha ilusión encontrarla porque, hablando con el presidente de la Junta, Miguel del Río, me dijo que estuvieron a punto de no dejarnos entrar en la Ruta del Tambor y Bombo en su día porque no teníamos documentación suficiente acerca del toque de tambor en Semana Santa al destruirse toda en la guerra. Pero yo le dije que tenía fotos de mi tío Nicasio tocando, de niño, y él nació en 1900, y después hay otra de finales del siglo XIX que salen con la cara tapada y no se les reconoce, pero también es de la familia”, explicó Pilar Bernad, que también ha hallado una bula papal de 1731 concedida a la cofradía del Santo Sepulcro.
Estas instantáneas, sobre todo la más antigua, “significan mucho para la Semana Santa de Albalate, ya que lamentablemente no se tenían o conservaban muchas fotografías de tambores de antes de 1936”, comentó la Junta en su perfil de Facebook.
Es por ello que “se creía o se dudaba de los inicios de los toques de tambor en Albalate, ya que muchos los situaban en los principios de la década de 1920 y otros creen que en los años 20 se recuperó la tradición de tocar el tambor y el bombo en Semana Santa”, añadió la Junta.
No obstante, la instantánea, en la que la familia Bernad aparece en la década de 1890 tocando ataviada con sus túnicas negras y tercerol cubriendo totalmente la cara “demuestra que el tambor y el bombo” en la localidad del Bajo Martín se tocaba “mucho antes de lo que se creía”, algo que “sin duda agranda nuestro patrimonio cultural y nuestro sentimiento” tamborilero, concluye la Junta, que agradece sobremanera a las hoy propietarias de la instantánea, Pilar y Bea Bernad.
El bisabuelo Nicasio de ellas dos “tenía un archivo de documentos súper potente”, pues la familia construyó la central hidroeléctrica Rivera-Bernad que daba suministro eléctrico a Albalate y su entorno, explicó el guía turístico de Albalate, Alfredo Martínez Tirao, que lleva dos años atesorando los documentos antiguos que, en algunos casos fruto del confinamiento, han aflorado en buena parte de las casas albalatinas.
La tradición oral garantizaba que en Albalate se tocaba la Semana Santa desde tiempos ancestrales, pero “no conservábamos los documentos porque se quemaron, junto a tambores y bombos, en la guerra”, explicó el historiador.
La incertidumbre se mantuvo hasta que aparecieron estas fotografías de la familia Bernad tocando el tambor con la túnica. “Una es espectacular porque aparecen con el tercerol bajado, una especie de careta con agujeros para los ojos que da hasta miedo”, indica Martínez Tirao.
Periódicamente, Pilar Bernad se acerca a la oficina de turismo de Albalate para llevar al historiador local nuevo material, no solo de Semana Santa sino de todo lo que la familia acumula. El objetivo es hacer “un fondo documental” en base a lo que se vaya escaneando y digitalizando.
Según explicó la descendiente del bisabuelo Nicasio, en un sobrestante apareció todo tipo de documentación. “Le dieron la medalla de plata en la feria universal de París por el aceite”, otra vertiente comercial de esta familia de empresarios, una de las más importantes de la localidad en su historia moderna.
También afloró la contabilidad y planos de turbinas de la central, escritos de Largo Caballero y Sagasta, la documentación del tren Calatayud-Teruel-Sagunto-Valencia, proyectos de carreteras y mucho más.
La imagen, junto a otros objetos, ha sido donada recientemente por esta familia al Museo de la Semana Santa de la localidad, coordinado por la Junta de Cofradías de Albalate.
“Nos hizo mucha ilusión encontrarla porque, hablando con el presidente de la Junta, Miguel del Río, me dijo que estuvieron a punto de no dejarnos entrar en la Ruta del Tambor y Bombo en su día porque no teníamos documentación suficiente acerca del toque de tambor en Semana Santa al destruirse toda en la guerra. Pero yo le dije que tenía fotos de mi tío Nicasio tocando, de niño, y él nació en 1900, y después hay otra de finales del siglo XIX que salen con la cara tapada y no se les reconoce, pero también es de la familia”, explicó Pilar Bernad, que también ha hallado una bula papal de 1731 concedida a la cofradía del Santo Sepulcro.
De gran valor histórico
Estas instantáneas, sobre todo la más antigua, “significan mucho para la Semana Santa de Albalate, ya que lamentablemente no se tenían o conservaban muchas fotografías de tambores de antes de 1936”, comentó la Junta en su perfil de Facebook.
Es por ello que “se creía o se dudaba de los inicios de los toques de tambor en Albalate, ya que muchos los situaban en los principios de la década de 1920 y otros creen que en los años 20 se recuperó la tradición de tocar el tambor y el bombo en Semana Santa”, añadió la Junta.
No obstante, la instantánea, en la que la familia Bernad aparece en la década de 1890 tocando ataviada con sus túnicas negras y tercerol cubriendo totalmente la cara “demuestra que el tambor y el bombo” en la localidad del Bajo Martín se tocaba “mucho antes de lo que se creía”, algo que “sin duda agranda nuestro patrimonio cultural y nuestro sentimiento” tamborilero, concluye la Junta, que agradece sobremanera a las hoy propietarias de la instantánea, Pilar y Bea Bernad.
El bisabuelo Nicasio de ellas dos “tenía un archivo de documentos súper potente”, pues la familia construyó la central hidroeléctrica Rivera-Bernad que daba suministro eléctrico a Albalate y su entorno, explicó el guía turístico de Albalate, Alfredo Martínez Tirao, que lleva dos años atesorando los documentos antiguos que, en algunos casos fruto del confinamiento, han aflorado en buena parte de las casas albalatinas.
La que calcinó la guerra
La tradición oral garantizaba que en Albalate se tocaba la Semana Santa desde tiempos ancestrales, pero “no conservábamos los documentos porque se quemaron, junto a tambores y bombos, en la guerra”, explicó el historiador.
La incertidumbre se mantuvo hasta que aparecieron estas fotografías de la familia Bernad tocando el tambor con la túnica. “Una es espectacular porque aparecen con el tercerol bajado, una especie de careta con agujeros para los ojos que da hasta miedo”, indica Martínez Tirao.
Periódicamente, Pilar Bernad se acerca a la oficina de turismo de Albalate para llevar al historiador local nuevo material, no solo de Semana Santa sino de todo lo que la familia acumula. El objetivo es hacer “un fondo documental” en base a lo que se vaya escaneando y digitalizando.
Según explicó la descendiente del bisabuelo Nicasio, en un sobrestante apareció todo tipo de documentación. “Le dieron la medalla de plata en la feria universal de París por el aceite”, otra vertiente comercial de esta familia de empresarios, una de las más importantes de la localidad en su historia moderna.
También afloró la contabilidad y planos de turbinas de la central, escritos de Largo Caballero y Sagasta, la documentación del tren Calatayud-Teruel-Sagunto-Valencia, proyectos de carreteras y mucho más.
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