Sierras Matarraña, un futuro paraíso de los amantes del ciclismo de montaña que impulsará la comarca
La propuesta, nacida de la unión entre cinco localidades pretende convertir la parte sur de la delimitación en un destino preferenteLa comarca del Matarraña destaca por la multitud de paisajes y relieves disponibles para la actividad deportiva al aire libre. Cada vez son más los aficionados que deciden acudir a algunos de los entornos idílicos de la comarca para disfrutar de las rutas y senderos, ya sea a pie o en bicicleta. Para estos últimos la zona comienza a ser un referente gracias, en parte, a la gran cantidad de sierras y localidades por las que pedalear sin descanso durante cientos de kilómetros. Luis Lizana es el impulsor del proyecto Sierras Matarraña, que pretende convertir la parte sur de la comarca en un destino de referencia para los amantes del deporte de montaña sobre ruedas.
El MTB, o ciclismo de montaña, ha ganado popularidad con el paso de los años. Cada fin de semana son más los grupos de aficionados que se desplazan hasta entornos como la comarca del Matarraña para disfrutar del deporte en la naturaleza. Las sendas y caminos dan forma a numerosas rutas de diversa dificultad, que favorecen el incremento del turismo deportivo y rural en la zona.
El proyecto surge de la unión y cooperación de los ayuntamientos de Peñarroya de Tastavins, Fuentespalda, Rafales, Monroyo y Torre de Arcas. Las sendas y los caminos de estos municipios dan forma a una red de 326 kilómetros que permite todo tipo de modalidades , habidas y por haber, dentro del ciclismo de montaña. Lizana cree que el proyecto no solo está enfocado en el beneficio de la zona, sino también en el del deportista: “La esencia del proyecto parte de crear un destino turístico deportivo en el que se tenga en cuenta las necesidades del deportista actual”.
Con esa idea se desarrolla un trazado que viene rondando por la mente de los amantes del deporte en la naturaleza desde hace año y medio. Con los últimos repuntes de pandemia de por medio se ha conseguido sacar adelante un proyecto en el que “hay bastante gente del sector de la bicicleta de montaña implicada”.
Sin embargo, no ha sido una tarea sencilla conseguirlo. El diseño de rutas que puedan contentar las necesidades de los deportistas siempre debe ir de la mano de la protección medioambiental. Un combo complejo, pero que puede suponer un importante crecimiento para la comarca.
Cinco sectores y una gran ruta
Sierras Matarraña contará con cinco zonas diferenciadas. Cada una de ellas corresponde a los diferentes municipios que se han unido para dar forma a este idílico paraje para los amantes del ciclismo de montaña. Además de contar con diversas rutas, descensos e incluso un bikepark, la gran joya de la corona es la gran ruta perimetral de 74 kilómetros llamada Maratón Ribera Tastavins, que une las cinco localidades y está diseñada de forma multidisciplinar, de manera que puede ser trabajada de diferentes formas. “Una de las estrellas que deja el proyecto es la gran ruta Ribera Tastavins, que une los cinco municipios. Son 74 kilómetros algo exigentes físicamente, pero técnicamente al alcance de todo tipo de ciclistas. Además tiene una gran riqueza paisajística y patrimonial”, comenta el propulsor de la idea.
El tesoro de las viejas sendasPara llevar a cabo el extenso trazado que unifica cinco importantes municipios de la comarca del Matarraña se ha tenido que trabajar muy duro. El deseo de Luis Lizana era combinar los caminos más comunes para los practicantes del deporte sobre dos ruedas con antiguas sendas de la zona, cuya balización ha sido todo un reto para el equipo del proyecto: “Hemos rescatado 35 kilómetros de sendas antiguas que van a servir tanto para el ciclismo de montaña como para el senderismo. La recuperación de sendas de herradura, caminos que prácticamente ya estaban quedando perecederas. Incluso están llegando ya caballos con el objetivo de completar estas nuevas rutas.”
El esfuerzo acometido para conseguirlo hace que Lizana se sienta muy orgulloso y se atreva a definirlo como “un trabajo prácticamente de arqueología pura”. Los recorridos, una vez hallados, tienen que pasar el reconocimiento de la Autoridad Pública y recibir el beneplácito del Inaga respecto a la cuestión medioambiental. Además, la propiedad de muchos de esos caminos antiguos dificulta, más si cabe, la tarea de señalización. “Es un asunto delicado porque por una parte están los caminos, pero por otra están los propietarios. Ellos tienen claro que esos caminos eran pasos antiguos y hay una ley no escrita de respeto”, confiesa Luis Lizana.
No obstante, la llegada de este nuevo recurso turístico a la zona no beneficiará únicamente a los amantes del deporte sobre ruedas, ya que el descubrimiento de senderos casi desaparecidos ha servido para dejar una previsión importante de caminos para el ganado o pas de bestiar, como se denomina históricamente en la zona.
Impacto medioambiental
El deporte en la montaña se caracteriza por estar estrechamente vinculado con el respeto por la naturaleza. Con esa premisa parte el proyecto de Sierras Matarraña que “siempre ha ido de la mano del Inaga, por lo que se ha trabajado con los agentes forestales de la zona y se han modificado algunas rutas”. Las zonas de nidificación de águila perdicera han sido algunas de las ubicaciones a evitar, con el fin de no modificar la ubicación habitual de una especie bastante común en los montes del Matarraña. Desde el núcleo del proyecto se confía en que el impacto medioambiental que se pueda causar sea lo más leve posible.
Una vez inaugurado este nuevo paraíso ciclista se deberá valorar cuál está siendo su impacto medioambiental real y tratar de establecer las medidas oportunas para no poner en riesgo la zona. “En otros lugares similares sabe que se cuida mucho las zonas proclives a la erosión.Ese es el máximo impacto que pueda tener. Realizaremos trabajos anuales dedicados al mantenimiento”, asegura el padre de un proyecto que debe su origen a un primer boceto en el que Luis Lizana se inspiró: “Podríamos decir que Sierras Matarraña surge a raíz de Peñarroya 1300. Aquel proyecto también lo desarrollé yo. Está en una zona con muchas posibilidades que estaban sin completar”. Aquel primer propósito encontró en la cooperación entre pueblos el enlace perfecto para darle forma a un ilusionante servicio de cara al desarrollo turístico de la zona. “Hablé con los municipios y les comenté que no teníamos que trabajar de forma individual sino que teníamos que construir un gran territorio, que realmente es lo que está funcionando. Teníamos que sumar entre todos”.
Ainsa como referencia
A pesar de que todavía faltan los últimos flecos para que el Sierras Matarraña sea una realidad, tanto el impulsor del proyecto como los ayuntamientos tienen claro lo que desean para esta nueva iniciativa. “Está preparado para tener un producto turístico de primer nivel. Queremos que se asemeje a proyectos como el de Ainsa, en Huesca. Nada está hecho al azar. Hemos planificado las rutas para buscar un cliente concreto, que es el turista deportivo de bicicleta de montaña. También hemos optado por un turismo familiar”, comenta su impulsor. Para sacarlo adelante ha hecho falta una inversión de alrededor de 75.000 euros además del trabajo conjunto de las cinco alcaldías. “Este es un proyecto de cooperación entre los ayuntamientos de Peñarroya de Tastavins, Fuentespalda, Rafales, Monroyo y Torre de Arcas. Entró dentro de una línea del programa de Omezyma, que es la gestora de fondos líder del Bajo Aragón”, explica Lizana. Fuentespalda ha sido el municipio encargado de tramitar la ejecución del proyecto para conseguir que saliese adelante.
Previsiones de crecimiento
Aunque todavía no se pueden hacer cálculos reales sobre posibles ingresos futuros generados a raíz de este proyecto, sí que se espera que pueda tener una gran acogida durante los meses venideros, que resultan ser los que mayor número de turistas dejan en la comarca.
La situación geográfica del Matarraña hace pensar que los principales clientes del nuevo paraíso del ciclismo de montaña vayan a ser los vecinos valencianos y catalanes, que son los que más próximos se encuentran a la comarca. Aunque todavía es pronto para pronosticar cuál va a ser la repercusión de esta nueva propuesta turístico-deportiva Luis Lizana considera que la entrada en el mercado puede ser positiva: “En el Matarraña siempre decimos que no estamos cerca de nada, pero tampoco estamos lejos de nada. Las previsiones son buenas sobre todo de cara al mercado valenciano y catalán. Podemos tener una entrada muy fuerte en un corto plazo”. Para ello desde la comitiva organizacional se pretenden dar cursos y formaciones a los municipios y entidades privadas del proyecto con el fin de conocer bien el producto que se va a vender.
Con todas las rutas balizadas y en prehomologación por la Federación Aragonesa de Ciclismo, el proyecto Sierras Matarraña está a punto de echarse a rodar. “Únicamente queda la certificación final de los trabajos y la presentación. Hablamos de un par de semanas o tres”, plantea su impulsor.
Internamente ya son muchos los aficionados que se acercan y prueban los nuevos recorridos: “Tenemos bastantes descargas de rutas wikilog y los ciclistas suben fotos a redes de sus rutas de fin de semana, pero llega ya el momento de presentarlo al mundo”, concluye Luis Lizana.
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