Revuelta vecinal en el casco viejo de Alcañiz por la propuesta de implantar una discoteca

La entrada en periodo de exposición pública de un proyecto para la instalación de una discoteca en el casco viejo de Alcañiz ha puesto en pie de guerra al vecindario, que ya ha recogido y presentado en el registro municipal un pliego con 420 firmas en contra. La empresa promotora se denomina Jamón Ibérico y Moscas SL y proyecta la puesta en marcha de este negocio nocturno adecuando la planta sótano de dos conocidos edificios: el granero Almudí y la posada Barnolas, situados en la calle Mazaleón con esquina Infanzonía, justo en la parte trasera de la Casa Mainar, sede de la Comarca del Bajo Aragón, y a poca distancia del Palacio Ardid y la torre gótica.

Al proyecto se han presentado 10 alegaciones, una de ellas acompañada del pliego de protesta de los vecinos, que se oponen a la puesta en marcha de este local que, de ser autorizado, puede estar abierto hasta las seis de la madrugada, con el consiguiente tránsito de personas a altas horas de la noche por estas calles.

La planta sótano en la que se desarrollaría el proyecto tiene una superficie de 421 metros cuadrados. Los promotores proponen el acondicionamiento del local para poder llevar a cabo la actividad, para lo que se contempla la adecuación de estancias, la dotación del local de sistemas de protección contra incendios, climatización y baja tensión, aislamiento acústico y limpieza y rehabilitación de las fachadas. Todo esto, no obstante, no suma más que 71.000 euros de inversión, según la memoria técnica, que es de acceso público a través de la web del Ayuntamiento de Alcañiz.

Pliego de firmas

El vecindario ha presentado un pliego de firmas en el que recuerda que este mismo proyecto “ya fue revisado y postergado hace más de un año por el departamento de Medio Ambiente de Alcañiz, al no cumplir con las normativas aplicables en protección de incendios e insonorización, en un tipo de  local que supera los 90 decibelios (dbA) en horario nocturno”, aducen los afectados.

Entre las alegaciones presentadas consta un informe técnico redactado por un ingeniero industrial que aduce que el local no cumple con la normativa aplicable de ventilación, climatización y protección contra incendios y no justifica debidamente el aislamiento acústico”. Además, insisten en que el proyecto “tampoco recoge correctamente las superficies útil y construida del local ni la ocupación real del mismo”, lo que afectaría “tanto a la seguridad y bienestar de los usuarios de la posible instalación como a los vecinos de su entorno”.

Por otro lado, entre las 10 alegaciones presentadas figuran otras de protección del patrimonio, al considerar los afectados que los dos edificios en los que se ha previsto la instalación de la discoteca están protegidos y catalogados en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Alcañiz: el granero Almudí (del siglo XVI), con el grado de protección ambiental 2, y la posada Barnolas (del siglo XIX) con el grado de protección ambiental 3.

Edificios protegidos

Según los alegantes, “estos edificios protegidos deben tener preferentemente, además de ciertos requisitos de intervención, un uso residencial”. Además, enfatizan que “la posada Barnolas fue refugio antiaéreo durante la guerra civil por lo que tiene protección especial, según la Ley de Memoria Democrática”, además de que “se desconoce la conservación o no de restos del recinto amurallado del siglo XIII que transcurría por esta misma zona, así como la presencia de estructuras subterráneas o pasadizos en su interior”.

Asimismo, los vecinos informaron de que el único vecino colindante con estos edificios ha tramitado en los dos últimos años un proyecto de interés público, apoyado por el ARRU, para la construcción de siete nuevas viviendas de alto nivel en cuatro parcelas o edificios actualmente abandonados en esta zona, con una inversión que supera el millón de euros. Es por ello que en el escrito de alegaciones apuntan que, de instalarse el local de ocio,  “se perdería una excelente ocasión de auténtica rehabilitación de ese sector del centro histórico de Alcañiz”.

Accesibilidad

Por último, los vecinos recuerdan que la calle donde se pretende ubicar la discoteca es estrecha, sin aceras, con difícil acceso para vehículos de tamaño  medio-grande (por ejemplo, de bomberos) y sin apenas opciones de aparcamiento en su entorno.

“Las afecciones de ruido, suciedad y molestias que este tipo de locales afectarán de lleno al centro histórico y monumental de la ciudad en el que se ubican edificios tan emblemáticos como la iglesia de Santa María, la casa Mainar, sede de la comarca del Bajo Aragón, el palacio Ardid, sede de la biblioteca y archivo de la ciudad y, sobre todo, a la calle Infanzonía  y la nueva plaza tras la iglesia con sus jardines”, señala los vecinos, al tiempo que insisten en que no están contra del ocio nocturno ni las discotecas, pero que este tipo de establecimientos, que conllevan molestias, deben ubicarse fuera de zonas residenciales.

En estudio e Inaga

En relación a la polémica, el concejal de Medio Ambiente, Ramón Panadés, señaló que “si el proyecto cumple la normativa y se ajusta a los condicionantes, el Ayuntamiento se verá en la obligación de conceder la licencia, y, si no cumple, de denegarlo, puesto que los técnicos municipales se ajustan a la legalidad”.

En cualquier caso, Panadés recordó que este proyecto debe recibir el visto bueno del Inaga, que tendrá la última palabra, y que “los condicionantes más estrictos se refieren a ruidos e incendios”. En este momento, añadió, “los técnicos están trabajando en ello y viendo si el proyecto cumple la normativa, porque es una calle de un único sentido y se tiene que tener en cuenta la altura del edificio, si pueden llegar vehículos de emergencia, si se puede maniobrar, etc”, añadió.