Los bares rurales: una pieza clave para frenar la despoblación

La Posada Guadalupe de Monroyo acogió este jueves la Jornada de Ciencia Ciudadana: Los bares rurales como ecosistemas protectores de la vida social, organizada por Gastropología y la Fundación Restaurantes Sostenibles y apoyada por la Diputación Provincial de Teruel (DPT) y el CIT de Teruel. El evento reunió a expertos, propietarios de bares rurales y representantes institucionales para debatir sobre el papel fundamental que desempeñan estos espacios en el tejido social, económico y cultural de los pueblos. Durante las jornadas, se habló del término despoblación como un problema que afecta directamente a la sostenibilidad de los bares. Con menos habitantes y, por ende, menos clientes, los negocios enfrentan grandes dificultades para mantenerse abiertos. Los participantes señalaron que el cierre de un bar puede acelerar el proceso de despoblación. “Un bar cerrado garantiza que ese pueblo empiece a estar fuera del mapa”, alertó Sergio Gil, presidente de la Fundación Restaurantes Sostenibles.

Sin embargo, la jornada también abordó estrategias para contrarrestar esta tendencia. Los propietarios de bares rurales compartieron sus experiencias y discutieron cómo superar las barreras económicas y sociales. Se hizo especial énfasis en la necesidad de apoyo institucional para garantizar la supervivencia de estos espacios y su evolución hacia modelos de turismo y gastronomía sostenible.

El bar: punto de encuentro

Durante la jornada, los participantes destacaron que los bares no son solo espacios de consumo, sino lugares de encuentro que contribuyen al bienestar y a la cohesión social de los pueblos. Según Gil, “el bar es un espacio frontera relacional con múltiples funciones, entre las que destaca el cuidado de la salud de las personas”. Este enfoque incluye dimensiones preventivas y terapéuticas, ya que el bar puede ser un espacio donde las relaciones interpersonales ayudan a combatir la soledad y el aislamiento, problemas comunes en las zonas rurales. Gil subrayó que cuando un bar cierra, el impacto es profundo. “Cuando se pierde el bar, se pierde mucho más”, dijo Gil.