Los 9 municipios de Cueva Foradada celebran las fiestas con agua potable

El agua de boca es apta para el consumo humano en los nueve municipios de las comarcas del Bajo Martín y Andorra-Sierra de Arcos que beben del embalse de Cueva Foradada, según confirmaron este jueves fuentes del Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón.

El pasado 27 de diciembre, el Ayuntamiento de Urrea de Gaén, el último municipio con problemas de potabilidad, emitió un bando informando que, tras las dos últimas analíticas realizadas, el líquido elemento volvía a ser apto: “Se levantan las restricciones del uso de agua de boca tras confirmarse la tendencia a la baja en los parámetros de trihalometanos”. Los problemas comenzaron con la fuerte tormenta que cayó en el cauce alto del río Martín el pasado 2 de septiembre.

El Departamento de Sanidad seguirá realizando controles de manera sistemática, reforzando así los análisis que por su parte organizan los municipios.

La crisis de calidad del agua de boca ha remitido tras las instrucciones del Instituto Aragonés del Agua (IAA), que desde octubre ha asesorado a la Comarca del Bajo Martín, responsable de la estación de tratamiento de agua potable (ETAP) ubicada aguas abajo del embalse.

La colaboración conjunta de ambas administraciones, junto a los técnicos de Facsa que gestionan la potabilizadora en Oliete, ha brindado como regalo de Navidad que, por primera vez en casi cuatro meses, los nueve municipios usuarios (Urrea, Ariño, Oliete, Albalate del Arzobispo, Híjar, Jatiel, Castelnou, Samper de Calanda y La Puebla de Híjar) y el polígono Venta del Barro recuperaran el agua potable.

El problema sostenido ha sido la presencia de materia orgánica en el agua que, al reaccionar con el cloro, producía los trihalometanos, cuyo consumo se declara no apto por encima de los 100 microgramos por litro. La situación ha afectado a una población de unas 6.500 personas desde las tormentas de septiembre (con el embalse al 20%), y después con la dana de finales de octubre (con el embalse al 70%), que arrastraron tal cantidad de materia vegetal que la potabilizadora no fue capaz de filtrar por colapso. Incluso se llegó a romper algún elemento, por lo que el IAA recomendó en primer término la sustitución en el abastecimiento tanto de las bombas como de la arena de sílice de los ocho filtros.

En segundo término, llegó la mejora del sistema automático de limpieza de los filtros, y la renovación y sensorización en continuo de la dosificación de floculantes previa a la entrada del agua bruta a los filtros para mejorar la eficiencia y funcionamiento de los mismos.

Además, el IAA se comprometió el 2 de diciembre, en una reunión con afectados en la sede de la Comarca del Bajo Martín, a financiar la actualización y modernización de los sistemas de cloración de los depósitos de agua de los nueve municipios. A futuro, indicó entonces el director gerente del IAA, Luis Estaún, “cuando pase algo parecido hay que cerrar planta. No puede entrar agua”.

Protección Civil y los municipios estuvieron repartiendo garrafas de agua potable a la población durante todo ese tiempo.

La crisis generó molestias a negocios como las carnicerías, que vieron cerrado el matadero de Híjar por no poder limpiar las canales con agua del grifo. Los bares y restaurantes tiraron de garrafas compradas para cocinar y servir cafés, la misma situación que se dio en centros de día y residencias. En los colegios, cada alumno llevaba su cantimplora o botella para pasar la jornada.

Soluciones a futuro

En cuanto a las soluciones a medio plazo para evitar todos estos inconvenientes, la Comarca del Bajo Martín ha comenzado ya la reparación de la toma flotante en el embalse que, a finales de invierno, permitirá captar el agua dos metros por debajo de la superficie, lo que mejorará la calidad. Las obras la acomete la empresa Mantenimientos Hidromecánicos SL por 281.000 euros.

Por último, la Comarca del Bajo Martín ha adjudicado a Facsa el nuevo el contrato de operación y mantenimiento de la potabilizadora por 478.000 euros para cuatro años –prorrogable un quinto ejercicio–. El acuerdo establece mejoras, entre ellas la redacción del proyecto de una instalación de ósmosis inversa que cumpla con las futuras exigencias normativas en cuanto a concentración de sulfatos y reducción de la turbidez.