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El único corzo al que se colocó un localizador tras ser rescatado en el Canal Calanda-Alcañiz está vivo y su GPS “sigue dando señales” El único corzo al que se colocó un localizador tras ser rescatado en el Canal Calanda-Alcañiz está vivo y su GPS “sigue dando señales”
Primer encuentro del grupo de trabajo, reunido por primera vez en junio

El único corzo al que se colocó un localizador tras ser rescatado en el Canal Calanda-Alcañiz está vivo y su GPS “sigue dando señales”

Artemisan presentará un estudio para disminuir la mortandad de animales por ahogamiento
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La Fundación Artemisan ha logrado colocar un collar GPS a un corzo que cayó en el Canal Calanda-Alcañiz y que fue rescatado por un cazador colaborador de la entidad. El animal “está vivo y tiene implantado un collar que sigue dando señales”, según explicó Elena Fuentes, investigadora de la Fundación Artemisan, que realizará el seguimiento de los animales que han logrado salir vivos de estas estructuras de riego. Para ello, se les debe colocar un dispositivo GPS.

La Fundación repartió a distintos organismos del Bajo Aragón cinco localizadores GPS para colocar a animales de esta especie que puedan ser rescatados del agua tras verse atrapados en el Canal Calanda-Alcañiz. El objetivo de la investigación es estudiar cómo afecta al animal una caída en el canal, es decir, cómo reacciona después de una situación de estrés tan fuerte. Según Fuentes, “queremos analizar cómo varía su bienestar, su movimiento natural y, sobre todo, si merece la pena sacarlo del canal, ya que el corzo es un animal muy delicado y podría ocurrir que, aunque se le rescate vivo del agua, al final ese animal termine muriendo”. En este primer caso, el GPS sigue dando señales después de que haya pasado un mes tras su colocación, por lo que se sabe que el animal sigue vivo.

Además de estar vivo, los investigadores saben que se ha desplazado “algo más al norte del lugar donde le solté”, explicó Andrés Albacar, miembro de la Sociedad de Cazadores El Tolocha de Calanda, que fue quien rescató al animal hace algunas semanas y consiguió colocarle el localizador cedido por Artemisan. Según detalló, “los primeros días se estuvo moviendo por la zona, pero ahora se ha ido un poco más lejos, hacia el norte, donde parece que ha encontrado un territorio que le gusta, porque está por allí de manera permanente desde hace semanas”, detalló.

Tras la creación de un grupo de trabajo el pasado mes de mayo en el que participan representantes de distintas organizaciones e instituciones (Confederación Hidrográfica del Ebro, Agentes de Protección de la Naturaleza, Sociedades de Cazadores, Sindicatos de riego, Seprona, Ayuntamientos de Alcañiz y Calanda y Comarca del Bajo Aragón, entre otros), se ha programado una nueva reunión para mediados del mes que viene en la que la Fundación Artemisan presentará una propuesta de intervención en el entorno de los canales de riego de La Estanca y Calanda-Alcañiz. A priori, la organización planteará la adopción de distintas medidas par evitar que los animales continúen cayendo y muriendo ahogados en estas canalizaciones de riego que se encuentran entre Calanda, Alcañiz y Castelserás.

Según Andrés Albacar, “los corzos siguen cayendo en los canales, aunque sobre todo lo hacen en el Canal alimentador de La Estanca”. Los motivos por los que los animales se acercan más a esta estructura hidráulica en lugar de a la otra no están claro, aunque el representante de la Sociedad de cazadores de Calanda estima que “podría ser porque es mucho más estrecho que el Canal Calanda Alcañiz, que tiene unos seis metros de ancho, mientras que el de La Estanca podría tener dos metros menos de amplitud”. Este cazador consideró factible que, al ser más estrecho, los corzos “se atrevan a saltarlo de un lado a otro, aunque al final no lo consigan porque no lleguen al otro lado”.

Primera reunión

Tras el primer encuentro que tuvo lugar el pasado mes de mayo, el grupo de trabajo se ha reunido una vez con el fin de valorar las medidas más factibles a aplicar en estos canales, tal y como detalló uno de los vecinos de Alcañiz que promovió, a iniciativa propia, un encuentro entre todas las partes para buscar soluciones al problema de la mortandad de animales en los canales de riego. No en vano, muchos ciudadanos han mostrado su malestar por la elevada mortandad de animales. En apenas un mes desde el inicio de la campaña de riegos, alrededor de 30 animales perecieron ahogados entre los dos canales, según los cazadores de la zona.

Un estudio

La Fundación Artemisan ha sido la adjudicataria de un estudio encargado por el organismo de cuenca para la implementación de medidas que minoren el número de ahogamientos. Además de corzos, otros animales como los jabalís, aunque en menor medida, también acuden a beber a los dos canales de riego y perecen en ellos. Al mismo tiempo, el estudio intentará dilucidar los motivos por los que los animales se aproximan tan a menudo a las canalizaciones. Entre otras hipótesis, se baraja que acudan atraídos por el agua o porque son una barrera en sus trayectos que intentan salvar.

Solución multifactorial

El organismo de cuenca habilitó una partida para “encontrar una solución global”, señalaron miembros del grupo de trabajo que reduzca el número de ahogamientos. Entre otras medidas, en el último encuentro mantenido por los representantes del grupo de trabajo se valoraron distintas alternativas, algunas de ellas para evitar que los animales caigan en las canalizaciones y otras para facilitar su salida en el caso de que hayan caído dentro. ˆ

Se trata de “una solución multifactorial, de manera que hasta se ha planteado realizar una cubrición del canal por tramos, instalar una valla alrededor de los puntos en los que caen más a menudo, construir más salidores o colocar barreras inclinadas practicables para evitar que sigan bajando canal abajo y puedan salir antes”, mencionaron las mismas fuentes.

En cualquier caso, no en todo el recorrido de los canales de riego se pueden implementar estas medidas, puesto que, en el caso del Canal Calanda-Alcañiz, que tiene más de 25 kilómetros de longitud, en algunos puntos el acceso es muy difícil y la colocación de medidas disuasorias es imposible, dada la “complicada orografía” que presentan algunos tramos, donde ni se pueden construir trampas ni pequeños abrevaderos. En esos puntos, señalaron estas fuentes, la solución más eficaz sería cubrir o vallar.

En cualquier caso, dependerá del presupuesto disponible habilitado por la Confederación y si la comarca del Bajo Aragón y los ayuntamientos afectados (Alcañiz, Calanda y Castelserás), entre otras instituciones públicas, están dispuestos a colaborar económicamente.

En cualquier caso, desde el grupo de trabajo se consideró “indispensable” que se puedan colocar más collares localizadores a los animales que caen en los canales, puesto que “así sabremos por dónde se mueven más habitualmente, lo que sería de gran ayuda para implementar más medidas en esas zonas”. También se ha llegado a plantear la posibilidad de colocar placas solares (actuando con la intermediación de una compañía eléctrica), lo que, a su vez, favorecería el mantenimiento del canal. En este sentido, se “evitaría la evaporación del agua, que en verano puede llegar al 30%, aparte de que, al no incidir el sol, habría un menor crecimiento de algas debido a la falta de luz”, enfatizaron las mismas fuentes.

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