Alfombra roja y olivos para poner de largo en Alcañiz la 'Tierra Baja' de Miguel Santesmases

No se rueda todos los días una película en la masía de tu propia abuela, donde uno ha crecido. Desde el profundo Mezquín se narran mejor y con más ganas los problemas del medio rural, “que siguen siendo parecidos a cuando ella vivía aquí”. Es el relato del director de cine Miguel Santesmases, que este jueves preestrenó Tierra Baja –una obra que ha tardado seis largos años en gestar– en el auditorio del Palacio Ardid de Alcañiz ante un público repleto de bajoaragoneses, la mayoría actores y actrices –secundarios y de reparto– de un territorio que tiene en el olivar y el sector agroindustrial su principal razón de ser.

Y precisamente con dos olivos a ambos lados de la alfombra roja, presidiendo el photocall, la película tuvo su première mundial este 23 de enero en la capital bajoaragonesa, una semana antes de su estreno en cines el próximo 31 de enero con distribución de Benecé.

Rodada principalmente en Alcañiz, Tierra Baja es una producción de Zavijava Films, en coproducción con La Charito Films, con la participación de Aragón TV, la financiación del Fondo de Inversiones de Teruel y el patrocinio del Ayuntamiento de Alcañiz.

Dirigida por Miguel Santesmases y coescrita junto a Ángeles González Sinde (El comensal, La buena estrella), Tierra Baja está protagonizada por Aitana Sánchez-Gijón –el 8 de febrero recogerá el Goya de Honor 2025– y Pere Arquillué (Buñuel y la mesa del rey Salomón, Princesas), con la colaboración especial de la actriz aragonesa Itziar Miranda (Amar en tiempos revueltos, Amar es para siempre).

“He rodado esta película en la masía de mi abuela, donde crecí”, presumió Santesmases, que defiende que “todos los personajes secundarios han sido interpretados por actrices y actores aragoneses” para que fuera su forma de hablar la que describiera la idiosincrasia de la zona. “Quería hablar de los problemas actuales de esta tierra, que siguen siendo parecidos a cuando ella vivía aquí. Es una tierra pobre y en riesgo de abandono. Aquí situé a mi protagonista, Carmen, una mujer que ha dejado el cine y ha vuelto a la tierra que la vio nacer, intentando mantener vivo el sueño de su abuela: que su masía no se convierta en un erial improductivo”.

“En Tierra Baja quiero explorar un periodo de la vida en el que has llegado a cierta edad, la mayoría de tus sueños no se han cumplido y ya no van a cumplirse, y aún no sabes qué hacer con el resto de tu vida sin esos sueños”, añade el cineasta.

Ambiente de intimidad

“La trama trascurre en una masía, en esa Tierra Baja, que es un espectáculo, una belleza de lugar. Se produjo un ambiente de intimidad como yo nunca había vivido antes en un rodaje. Y, además, disfruté por la propia historia, una historia poética, sutil, muy íntima, a lo largo del viaje interior de una mujer”, dijo Sánchez Gijón en una nota de prensa difundida por la productora, pues no pudo estar en el adelanto.

“Vamos a llenar un cine para que la gente la vea. Es inquietante y es una conquista. Hemos llegado hasta aquí y la sensación es muy buena. Como los deportistas que van a jugar un partido difícil. La gran ventaja es que juego en casa”, metaforizó el director, quien anunció que a partir del 31 de enero se proyectará en los cines. Entre ellos estará Alcorisa según programa Circusa en su página web. “Nuestra idea es que poco a poco vaya llegando a todas partes y tenemos en desarrollo un acuerdo para que se vea en alguna plataforma”, anunció.

Un desfile muy local

Por la alfombra roja desfilaron los actores, la mayoría locales, que se dieron cita en una gala sin los principales protagonistas.

Sí hubo presencia del Ayuntamiento de Alcañiz, patrocinador del filme, con el alcalde de Alcañiz, Miguel Ángel Estevan, a la cabeza.

Javier Guzmán interpreta a Damián, un manitas del pueblo que le ha echado el ojo a la nueva pobladora. “Le explica sus costumbres y la sencillez de este mundo rural, con todo lo bonito que tiene el campo y las relaciones fuertes” que se establecen.

Lydia Vera interpreta a María Rosa, que ama su pueblo, trabaja el olivar y apuesta por la cultura. “De alguna manera se alegra de que su prima decida regresar pero no está del todo confiada porque cree que, como muchos otros, va a abandonar” tarde o temprano. Habrá que verla para saber lo que ocurre finalmente. En lo personal y profesional, dijo Vera, “era la primera vez que participaba en algo cinematográfico y ha sido un reto, pues vengo de hacer teatro y música y se trabaja de forma totalmente diferente”.

Sonia Bel también es bajoaragonesa y le ha cogido el gusto al cine porque está enfrascada en el rodaje de Vidas incompletas, dirigida por el andorrano Javier Alquézar. “Estoy nerviosa pero muy contenta, emocionada y con ganas de verlo”, indicó. Hace de Cristina, fiel amiga de la protagonista. “He aprendido mucho, ha sido una lección ver a Aitana prepararse un personaje. Me llevo muchísimo de la gente, de la experiencia. Mientras algún director quiera, yo estoy dispuesta”.

José Luis Tello es otro actor local. Hace de un vecino del pueblo que tiene una bodega privada. “Ha sido muy agradable, una experiencia nueva. Había hecho teatro pero cine nunca”, indicó.

Sonia Lanuzza tiene una escuela de teatro e interpretación en Alcañiz y formó parte activa del proceso de cásting. “Lo hicimos en la escuela y allí Miguel encontró los actores locales que necesitaba”, algo que no fue fácil porque “tienen que ser personas que no se pongan nerviosas ante la cámara y sepas que te van a funcionar”. Ella también recomendó algunas localizaciones en el Maestrazgo y el Matarraña y “a veces también hacía falta” insuflar “ánimos”.

“Es una peli que es muy intimista, romántica, social y es una película rural. Esta la dicotomía urbano-rural pero el director lo ha enfocado a lo que pasa en lo rural. Lo que sale en la película podría suceder perfectamente aquí”, expresó Lanuzza.