Albalate del Arzobispo confía en acabar la rehabilitación del castillo en 2026 si obtiene financiación

Albalate del Arzobispo sigue avanzando en la ejecución del Plan Director para la rehabilitación y puesta en valor turístico de su castillo. Tras las obras de consolidación urgente del alero y la cubierta de la fortificación en 2022, ahora llega el turno de la restauración de las fachadas noreste y oeste, y la reparación de la escalera de acceso a la torre mudéjar. El Ayuntamiento confía en recibir un par de buenas noticias en los próximos meses, en forma de financiación del Instituto de Transición Justa (ITJ) y del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, para dar un buen impulso al proyecto, de manera que en 2026 pueda ser una realidad.

El Plan Director, redactado por la arquitecta Marta Clavería y un equipo multidisciplinar, valora en 2,4 millones de euros las intervenciones a realizar para relanzar este Bien de Interés Cultural (BIC) como elemento turístico con el que diversificar la actividad económica en el Bajo Martín.

Por el momento, gracias a esta guía de actuaciones se ha recuperado ya la sala de los depósitos de agua construidos a comienzos del siglo XX, acondicionado las salas superiores para una futura musealización; consolidado el alero y la cubierta del castillo, rehabilitado el muro islámico y restaurado el horno.

La nueva fase, actualmente en licitación y financiada por el Plan de Obras y Servicios (POS) de la Diputación de Teruel, pretende la restauración y consolidación de elementos de la fachada noreste y vanos de las ventanas; la restauración y consolidación de la fachada oeste sobre terraza y sillares; la rehabilitación de la escalera de acceso a la torre mudéjar y el tratamiento preventivo en la estructura de madera del tejado. El precio de licitación de todo es de 119.000 euros, IVA incluido.

Ambas fachadas se encuentran actualmente con andamiaje tras la consolidación del alero y cubierta, explican los arquitectos. Ello ha permitido conocer la situación de deterioro de la sillería y, especialmente, de las piezas de la tracería de los huecos de la fachada norte al patio.

Momento de acelerar el plan

La fase inmediatamente anterior, finalizada el otoño pasado, incluyó algunas catas arquitectónicas en la medianera del castillo con el antiguo torreón islámico, la parte más antigua. El consistorio ha pedido financiación para poder consolidar y recrear este elemento a la última convocatoria de infraestructuras del ITJ, dotada con 91 millones de euros para los 197 municipios beneficiarios, así como al nuevo programa del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo de dinamización del patrimonio histórico con uso turístico dotado con 208,5 millones de euros, ambas financiadas con fondos Next Generation de la Unión Europea.

Esta segunda línea de subvenciones pretende luchar contra la estacionalidad, redistribuir los flujos turísticos, dinamizar la oferta, crear nuevos productos y apoyar la cohesión territorial, algo que encaja con el proyecto de Albalate. El consistorio ve una oportunidad inmejorable de dar un empujón a su Plan Director.

“Estamos muy volcados con el castillo y esperamos que en los próximos años dé un cambio radical”, manifestó la alcaldesa, Isabel Arnas, quien se mostrará más optimista todavía en caso de que prosperen las dos líneas de financiación exploradas. “Si nos dan dos síes, en 2026 tiene que estar acabado”, apostilló.

El consistorio cuenta ya con un proyecto de obras para la consolidación del torreón islámico (389.565,41 euros) y la musealización digital del castillo (61.339,74 euros, obra del realizador José Ángel Guimerá). Los arquitectos preparan una memoria para la fase siguiente: continuar con las fachadas y adentrarse en el patio de armas, donde hay un arco por restaurar.

La torre mudéjar también se rehabilitará. En futuras fases se armonizarán, además, las instalaciones anexas al castillo, como la plaza de toros construida en 1922 sobre lo que fue el patio de armas de la fortificación.

Realidad virtual y aumentada

Arnas destacó la necesidad de musealizar el castillo “con realidad aumentada y virtual”, pues la fortaleza “ha sufrido muchísimas remodelaciones a lo largo de la historia y hay elementos arquitectónicos que no están”. Residencia arzobispal, fortaleza, fortín en las Guerras Carlistas, hospital, cárcel, plaza de toros, recinto festivo e incluso depósito de agua han sido algunas de las utilidades de la edificación.