Una treintena de árboles de la ciudad de Teruel destacan por su singularidad

Más de una treintena de árboles  singulares de diferentes especies y tamaños que se sitúan en calles y plazas distribuidos por toda la ciudad y por su entorno han sido ahora reunidos en una publicación editada por la Asociación de Amigos y Amigas de los Árboles Acacia y por el Ayuntamiento de Teruel y forma parte de los Itinerarios por la Naturaleza, unos cuadernos didácticos sobre diferentes paisajes de la ciudad.

Esta nueva publicación es una obra colectiva en la que han participado socias y socios de la asociación Acacia tanto en las mediciones de los árboles como en la redacción de los textos, para los que han recopilado información a través a veces de testimonios de los propios turolenses. En algunos casos han necesitado la apertura de espacios privados, donde se encuentran algunos de los árboles ejemplares que ahora salen a la luz gracias a esta publicación.

Uno de los árboles que aparece en la publicación es precisamente el que da nombre a la Asociación, una acacia situada en la calle Bajada a la Merced. Otros están en parques y conocidas zonas verdes de la ciudad, pero otros forman parte de pequeños parterres, donde pasan desapercibidos y con su publicación en esta guía se ponen en valor.

En otoño de 2021 la asociación realizó una exposición sobre los árboles singulares de Teruel y surgió entonces la idea de hacer esta publicación en la que se presentan los que hasta ahora se han medido y valorado como singulares, así como unos itinerarios para conocerlos. “Contemplar un árbol grande o viejo es admirar un monumento natural”, afirman desde la asociación.

Abundancia

Los árboles en la ciudad de Teruel históricamente no han sido abundantes como se observa en las fotografías hechas desde finales del siglo XIX, aunque en las últimas décadas se ha mejorado mucho en ese sentido. En el inicio del siglo XX existían muy pocos jardines y pocas calles y paseos con árboles y la tendencia se ha invertido.

Para la realización del inventario de árboles singulares, después de localizar y ver el motivo por el que destaca un árbol concreto, en la asociación llevaron a cabo la labor de determinar a qué especie pertenece, tomaron varias medidas como el perímetro del tronco y la altura, examinaron sus debilidades y enfermedades, averiguraron quién es su propietario cuando es posible y proponen medidas para su conservación.

El criterio para considerar un árbol como singular no se basa solamente en su tamaño o edad, sino también en su belleza, la sombra que da su copa, el interés histórico y cultural al que puede estar asociado, su rareza y otros aspectos de interés. En su mayoría no se trata de ejemplares gigantes ni muy centenarios pero merecen ser conocidos, queridos y protegidos y son una muestra del patrimonio verde de la ciudad. Entre ellos se encuentran especies autóctonas pero también otras que a pesar de ser de otras latitudes se han adaptado bien al territorio.

Este cuaderno con los cuatro itinerarios que la asociación sugiere para visitar los árboles, se puede consultar en la página web de Acacia y se distribuirá en la Oficina de Turismo.