Un informe de la REDS aboga por equilibrar las normativas sobre las renovables y alcanzar consensos

Frente al conflicto y el enrocamiento de posturas, la Red Española para el Desarrollo Sostenible  (REDS) aboga en un informe por el diálogo, el acuerdo y el consenso con el territorio de cara al desarrollo de proyectos de renovables para su correcta implantación, y entre los ejemplos a seguir se refiere a la experiencia llevada a cabo el año pasado por Ecodes en el Matarraña. El documento formula una serie de propuestas a partir de una quincena de buenas prácticas realizadas en todo el país, entre las que destaca la mejora de los procesos de gobernanza, el impulso de programas y políticas municipales, y la priorización del reparto de beneficios con las comunidades locales, así como garantizar la protección del capital natural y favorecer la participación ciudadana.

A pesar de existir una visión compartida sobre la necesidad de un futuro en el que las energías sean renovables, existe un amplio debate desde hace tiempo que, como constata la REDS en su trabajo, “está generando malestares y conflictos sociales en algunos lugares del territorio”, a los que no es ajeno la provincia de Teruel.

El informe que ha elaborado, que acaba de dar a conocer y que se puede descargar en línea en la página web de la Red Española para el Desarrollo Sostenible, considera fundamental en este contexto “hallar consensos y acuerdos compartidos” para avanzar en la transición energética de manera urgente, pero con una visión de “justicia generacional, territorial y laboral, y con una mirada de largo plazo”.

El trabajo pretende abrir una reflexión y sentar las bases de cómo deberían ser los procesos, ya que considera que en el marco el crecimiento exponencial que están teniendo las instalaciones de renovables es necesario mejorar los procesos de implantación, pero advierte que “también resulta necesario equilibrar las narrativas, identificando y difundiendo las numerosas experiencias de aceptación de instalaciones renovables que existen en nuestro país”.

Rechazos

En caso contrario, advierte, y así se constata ya en la realidad del día a día, del riesgo de “rechazos” y “retrasos” en la instalación y, con ello, “la consecuente obstaculización del proceso de transición energética”.

Los autores del documento de la REDS analizan quince casos de buenas prácticas en el territorio , si bien aclaran que no son únicas, puesto que hay otros municipios y empresas, al igual que entidades del tercer sector y gobiernos que están llevando a cabo actuaciones en el mismo sentido.

Con el análisis de esas experiencias plantean el desarrollo de una hoja de ruta para disponer así de procedimientos que garanticen la “correcta implantación de las energías renovables en el territorio”. Lejos de tensar posiciones, el trabajo lo que plantea es un acercamiento desde el diálogo para evitar males mayores y, sobre todo, que se tenga en cuenta al territorio.

Dentro de esas experiencias se expone el caso del Matarraña y el trabajo desarrollado durante el verano del año pasado por Ecodes, una organización sin ánimo de lucro del tercer sector que ante la tensión que existía por la implantación de estas energías generó un espacio de escucha empática para fomentar el conocimiento e intercambio de posturas. Los autores del informe indican que durante dos días se realizó un encuentro de convivencia y debates para “generar un clima de diálogo fuera de cámaras y sin la presencia de público”, algo que en muchas ocasiones impide que haya procesos sosegados. Un diálogo cuyo alcance no pretendía ser local sino extrapolarlo al conjunto del país.

Acuerdos

“La meta no era llegar a acuerdos, sino generar un proceso de escucha activa, muchas veces ausente”, según los impulsores del mismo, tal como recoge el documento de la Red de Desarrollo Sostenible, que apunta que durante el proceso se observó “cómo ciertas barreras iniciales en las personas participantes fueron reduciéndose, facilitando la escucha y comprensión de los puntos de vista contrapuestos”. Los participantes reconocieron que este proceso había sido “prositivo” y “enriquecedor”, a la vez que “muy inusual”.

El trabajo valora que ese proceso finalizase con propuestas para solucionar algunas problemáticas, frente a la confrontación, y que algunos agentes reconocieron haber incorporado recomendaciones e ideas que se tradujeron en modificaciones de sus propuestas iniciales, o la inclusión de cláusulas o modificaciones en la redacción de los procedimientos administrativos.

En las conclusiones del informe se señala, tomando como referencia entre otros este trabajo de mediación en el Matarraña, que es necesario “mejorar el proceso de gobernanza y la toma de decisiones contando con el territorio mediante procesos de escucha, concertación, diálogo y colaboración entre actores”.