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Teruel da grandes pasos tras los gigantes Teruel da grandes pasos tras los gigantes
Estudiando uno de los rastros de icnitas terópodas del yacimiento El Hoyo en El Castellar. FCPTD

Teruel da grandes pasos tras los gigantes

El número de yacimientos de huellas de dinosaurio adecuados para su visita aumenta en la provincia
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La provincia ha dado grandes pasos tras las huellas de los dinosaurios con la estrategia que está impulsando la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis a través de la investigación y la conservación de los importantes yacimientos de icnitas de estos gigantes con que cuenta el territorio turolense. Es una estrategia que viene de años atrás y que cada vez consigue más frutos tanto científicos como turísticos, por el interés que tienen estos afloramientos y por los visitantes que atraen. Es una de las actuaciones que está impulsando el centro de investigación y al que se están sumando otras instituciones públicas. Nuevos yacimientos visitables en Alcalá de la Selva, Mosqueruela y Cedrillas se han sumado en los últimos meses a la oferta que ya existía con la denominada Carretera de las Huellas de Dinosaurio (Dinosaur Tracks Road).

El nombre de municipios como El Castellar está asociado ya inevitablemente a los dinosaurios, cuando hace poco más de una década nadie lo vinculaba con los gigantes del Mesozoico, aunque los paleontólogos de la Fundación Dinópolis llevaban tiempo trabajando ya en ello para sacar a la luz toda la riqueza paleontológica que posee.

La potenciación de estos lugares que poseen yacimientos de icnitas (huella) de dinosaurio para captar turismo es una “estrategia” de la Fundación Dinópolis, afirma su director gerente, Alberto Cobos. Se trata de “utilizar los yacimientos de icnitas como museos de sitio”.

Pero el interés va mucho más allá porque se han potenciado con ello las excavaciones en los afloramientos. “Eso ha permitido que en un yacimiento como el de El Pozo, en El Castellar, donde había unas 50 huellas, ahora tengamos más de 700”, explica Cobos sobre este sitio, que no está acondicionado todavía para su visita pero tiene un grandísimo potencial para poder hacerlo.

“La idea es seguir potenciando todos estos lugares”, afirma Cobos, quien destaca que “se está haciendo una labor ingente por parte de la Fundación para que diversos municipios con esta riqueza paleontológica, en concreto la de las icnitas, se vean beneficiados de cara a su desarrollo turístico”.

Su adecuación como museos de sitio al aire libre, con mesas interpretativas y señalética para acceder a ellos, está permitiendo extender el potencial turístico que tiene la paleontología por una buena parte del territorio, más allá de las sedes con que cuenta Dinópolis y que conforman el Conjunto Paleontológico de Teruel que se impulsó con la creación de la Fundación del mismo nombre hace más de un cuarto de siglo.

El yacimiento Río Alcalá, en Alcalá de la Selva, un caso excepcional de conservación de icnitas porque las huellas están preservadas en cuatro dimensiones al tratarse de rellenos en los que son visibles incluso las impresiones de la piel de los dinosaurios, o el de Mas de Pérez en Mosqueruela, con sus espectaculares rastros de pisadas, han sido los últimos que se han incorporado a los sitios que pueden ser visitados gracias a las actuaciones que han hecho las instituciones con la Fundación Dinópolis. El yacimiento Antena de Cedrillas es otro caso reciente, que la institución científica está utilizando como aula didáctica.

Rastro de huellas tridáctilas en el yacimiento Mas de Pérez en Mosqueruela. FCPTD

Cobos indicó que esto está siendo posible, además de por el trabajo de la Fundación, por “la concienciación que se ha realizado para que diferentes administraciones, bien ayuntamientos, parques culturales o comarcas, apoyen los trabajos de excavación, conservación y visualización de estos yacimientos”.

Puso como ejemplo el de Río Alcalá. “Es un caso muy claro en el que gran parte de la inversión ha sido realizada por el propio Ayuntamiento de Alcalá de la Selva para ponerlo en valor”, señala el científico. A ello se han sumado todos los trabajo previos y posteriores de la Fundación Dinópolis, que sigue interviniendo en él para su conservación y estudio.

En este yacimiento la Fundación Dinópolis llevaba trabajando desde hace más de una década, tanto en su conservación como en su estudio con diversas publicaciones científicas. Se llegó a organizar alguna visita para darlo a conocer a la sociedad, pero es desde este verano cuando está abierto al público en general tras su adecuación para poder preservarlo mediante la colocación de una plataforma que facilita la observación de las huellas a la vez que evita que puedan tocarse y ser dañadas.

“Es un yacimiento que es único a la hora de poder observar las impresiones de la piel de los dinosaurios que produjeron las huellas, lo que lo convierte en realmente exclusivo”, explica Cobos. En el lugar, sobre una pared vertical de estratos, se pueden ver las huellas en forma de relleno al haber metido sus patas los dinosaurios en una superficie fangosa.

Formación de las huellas 4D

Tras quedar vacíos los huecos dejados por las pisadas, estos se rellenaron de otros materiales y con el paso del tiempo se solidificaron haciéndose roca. Por efectos de la erosión con el paso de millones de años, el sustrato de la base desapareció y en el afloramiento se aprecian los rellenos que dejaron las patas de los dinosaurios.

Es por eso que se llaman huellas “cuatridimensionales”, que permiten apreciar la marcha de estos animales del Mesozoico con las impresiones del deslizamiento de sus extremidades. Incluso en algunos casos se ven las impresiones poligonales de las escamas de los dinosaurios. Las huellas corresponden tanto a ornitópodos (comedores de plantas) como terópodos (carnívoros), del estilo de los espinosáuridos. Están datadas en el Cretácico Inferior, hace unos 125 millones de años.

En Mosqueruela, durante el último año se han hecho diversas intervenciones en el yacimiento Mas de Pérez. Además de señalizar su acceso se han acometido acciones museográficas que persiguen también fomentar el geoturismo con este museo de sitio mediante la instalación de paneles interpretativos.

Es un yacimiento muy singular que data del Cretácico Superior. Se encuentra en sedimentos de hace unos 100 millones de años, una edad geológica en la que son escasas las icnitas en la provincia de Teruel. El sitio se acondicionó para su visita inicialmente con 30 icnitas, pero su número ha ido creciendo durante el último año gracias al trabajo de la Fundación y ahora son visibles más de 80. Está ya considerado como el yacimiento más relevante del Cretácico Superior de la cordillera ibérica en Aragón y muestra, entre otros rastros, huellas atribuidas a dinosaurios carnívoros.

Geoturismo

Esta fue una actuación fomentada dentro de las acciones relacionadas con el geoturismo en el Parque Cultural del Maestrazgo-Geoparque Mundial de la Unesco, y en el afloramiento la Fundación Dinópolis no deja de trabajar como grupo de investigación Focontur.

En otro yacimiento acondicionado recientemente, denominado Antena y que se encuentra en Cedrillas, se ha señalizado el acceso y se ha musealizado con la instalación de paneles informativos. Data de hace 145 millones de años, en el Jurásico Superior, y muestra las pisadas dejadas por dinosaurios saurópodos (cuadrúpedos de cola y cuello largos). Han sido inventariadas 40 huellas ovaladas, algunas de hasta un metro de diámetro. No hay rastros definidos y además se aprecian estructuras de bioturbación en forma de túneles y galerías que pudieron dejar en su momento crustáceos o pequeños vertebrados durante su actividad vital.

Yacimiento Río Alcalá acondicionado para la visita. Las flechas indican el estrato donde están las huellas 4D

El director gerente de la Fundación explicó que si bien el yacimiento en principio no tiene un gran valor científico, “realmente está sirviendo de aula de campo para que los niños del entorno puedan hacer cosas desde el punto de vista educativo para el conocimiento de lo que es la historia de la vida”.

El que sí tiene un gran valor científico, y que no se encuentra lejos, es el yacimiento El Pozo de El Castellar, una joya sin igual en lo que son los afloramientos de icnitas, aunque el sitio no es visitable de momento. Los que son visitables son los yacimientos de icnitas que conforman la Carretera de las Huellas de Dinosaurio, en los que la Fundación interviene de forma constante para su preservación y mejora a través de los fondos que destinan el Fite para actuaciones llevadas a cabo por las fundaciones.

En Galve son visitables y forman parte de ese recorrido de la Carretera de las Huellas de los Dinosaurios los yacimientos de Las Cerradicas y Corrales del Pelejón. En este último, con el Ayuntamiento se hizo una adecuación de la señalética a finales del año pasado. También forma parte y está adecuado para su visita el de Ababuj y el de Miravete de la Sierra, donde se hacen intervenciones de mantenimiento periódicas. Aparte, hay recursos gracias a la implicación de las instituciones locales en Aguilar del Alfambra, con una réplica, y en Camarillas con una huella original dentro del propio pueblo que está musealizada al aire libre.

Fuera de la ruta

Fuera ya de la ruta están las icnitas de Ariño, acondicionadas para su visita. Otro caso, aunque distinto, es el de Bueña, con megahuellas pero que no son de dinosaurios, sino que se han interpretado como las excavaciones dejadas por algún gran crustáceo en los fondos marinos poco profundos del Jurásico.

Donde más yacimientos visitables de icnitas de dinosaurio hay es en El Castellar, puesto que además del que lleva el mismo nombre del municipio están los de Camino El Berzal y El Hoyo. Es en esta localidad donde se encuentra el afloramiento más importante de la provincia, denominado El Pozo, en el que desde hace tiempo se llevan a cabo actuaciones de excavación, conservación e investigación, aunque no está abierto al público para su visita.

Alberto Cobos sostiene que “ahora mismo es el yacimiento con mayor potencial científico y turístico de la provincia con más de 700 huellas de saurópodos y ornitópodos cuadrúpedas y tanto grandes como pequeñas, además de tridáctilas de carnívoros”. Su interés reside en la diversidad y el número de huellas, además de su edad geológica, puesto que es del Jurásico Superior, hace unos 145 millones de años. “En ese yacimiento se va a trabajar durante años y años”, afirma el científico, por su extensión y potencial.

La Fundación tiene puesta la mirada también en los afloramientos de icnitas que han encontrado en Formiche Alto y en Formiche Bajo, que tienen “potencial”, afirma Cobos, para quien este es un patrimonio que “va a seguir al alza porque los hallazgos continúan”.

Y en esa línea, la institución científica está estudiando cómo remarcar las huellas para que sean bien visibles por el público, pero no con pintura sino con otros procedimientos como tintes minerales, que no dañan y permiten verlas resaltadas como si estuvieran mojadas.

Estos yacimientos permiten a los visitantes hacer un recorrido en el tiempo que abarca 50 millones de años, puesto que va desde hace 150 a 100 millones de años, desde el Jurásico Superior al Cretácico Inferior con alguno del Cretácico Superior, algo que es único y que coloca una vez más a la paleontología turolense como un recurso privilegiado de la provincia. Un recurso que promociona turísticamente a Teruel mediante su divulgación en publicaciones como el último número especial dedicado a los dinosaurios de la revista Muy Interesante, cuyos artículos han sido escritos exclusivamente por los paleontólogos de la Fundación Dinópolis y en el que se habla también de las icnitas.

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