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Marta Alquézar, coordinadora de la Red Aragonesa de Hospitales y Centros Sanitarios Sin Humo: “Para dejar de fumar, hay que acudir  a un profesional sanitario formado” Marta Alquézar, coordinadora de la Red Aragonesa de Hospitales y Centros Sanitarios Sin Humo: “Para dejar de fumar, hay que acudir  a un profesional sanitario formado”
La enfermera alcañizana que coordina la Red Aragonesa de Hospitales y Centros Sanitarios Sin -Humo, Marta Alquézar

Marta Alquézar, coordinadora de la Red Aragonesa de Hospitales y Centros Sanitarios Sin Humo: “Para dejar de fumar, hay que acudir a un profesional sanitario formado”

Alquézar sostiene que el tabaquismo debe afrontarse y tratarse como una enfermedad
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En el Día Mundial sin Tabaco que se celebra este 31 de mayo, la enfermera turolense y coordinadora de la Red Aragonesa de Hospitales y Centros Sanitarios Sin Humo, Marta Alquézar, recomienda a las personas que quieran dejar de fumar que acudan a un profesional sanitario formado para recibir tratamiento.

Alquézar consiguió hace diez años que hubiera una unidad de Tabaquismo en el Hospital de Alcañiz, el primer centro aragonés en entrar en la Red Europea de Hospitales Sin Humo.

-¿Qué atención presta la sanidad pública a los pacientes fumadores?

-La atención al paciente fumador está en la cartera de servicios de la Seguridad Social, pero los sanitarios no lo hemos interiorizado. No tenemos conciencia de que es una enfermedad. En base a esto, a los políticos no les interesa en demasía tratarlo porque se recaudan muchos impuestos con el tabaco. No se ha tratado de forma seria, estable y eficaz en la sanidad pública aragonesa ni española. No hay una estructura sólida lo suficientemente importante para dar respuesta a las necesidades del paciente; siempre han sido pequeñas luchas de gente concienciada. Desde las unidades de Tabaquismo y la Red aragonesa tratamos de dar solución a esta carencia y que haya recursos, profesionales formados, tratamientos y cuidados, para que los pacientes fumadores que quieran puedan dejar de fumar en sus zonas de salud.

-¿Qué porcentaje de la población turolense es fumadora?

-Según los últimos datos oficiales de prevalencia de tabaquismo, en la franja de edad de 14 a 18 años, el 29% de las mujeres y el 27% de los hombres fuman. Aunque son porcentajes para el conjunto de Aragón, se pueden extrapolar a Teruel porque los resultados de las tres provincias son similares. Además, el consumo de cigarrillo electrónico de manera continua en esa edad alcanza al 48% de las mujeres y al 44% de los hombres. Esto ratifica una teoría que tenemos los sanitarios y varias sociedades científicas, como la de Neumología y Oncología: que el cigarrillo electrónico es un inductor del tabaquismo futuro, que está siendo utilizado por la industria tabacalera para la iniciación en el hábito del consumo tabáquico. Dentro de este consumo de gente joven, el 75% lo hace sin nicotina y el 25% con nicotina. Pero conforme sube la edad, crece el porcentaje de consumo con nicotina y la mayoría acaba probando el cigarrillo de verdad. Según la última encuesta oficial de salud pública, el 32,3% de la población española de entre 15 y 65 años fuma, porcentaje que se reduce al 24% en el caso de Aragón. De esta manera, podemos decir que una de cuatro personas aragonesas fuma, aunque otras encuestas hablan de un 20%, esto es, una de cada cinco.

-¿Cuál es la edad media de inicio en el consumo? ¿Ha cambiado en los últimos años?

-Lo que se llama probar, el primer contacto con el tabaco, es a los 11 años y el inicio medio de un hábito continuado es a los 16. No es que se haya retrasado la edad de inicio, pero hay un menor porcentaje de adolescentes fumadores: estamos en un 27% de los chicos y hace poco se acercaba al 40%. Pero hay que sumarle un 44% de usuarios del cigarrillo electrónico. Hay más conciencia entre los jóvenes y una menor prevalencia, pero prueban otras cosas que darán lugar al hábito tabáquico, como el cigarrillo electrónico, la pipa de agua, las cachimbas y el tabaco de liar.

-¿Cuál es el tratamiento más efectivo para dejar de fumar?

-El tratamiento más efectivo para dejar de fumar es el que aúna seguimiento por un profesional sanitario con formación, tratamiento farmacológico y tratamiento cognitivo-conductual. Las tres cosas sumadas son el tratamiento ideal del paciente fumador. Y el requisito fundamental para que el tratamiento funcione es una concienciación y motivación para querer dejar de fumar. Los profesionales sanitarios deben ayudar a los pacientes a ser candidatos de ese tratamiento, a que los fumadores sean conscientes del problema y decidan que es mejor dejar de fumar. Un consejo sanitario de 15 o 20 segundos puede hacer que el paciente se lo plantee.

-¿Qué le recomendaría hacer a quien se esté planteando dejar este hábito?

-Que acuda a un profesional sanitario formado, que los hay. En Teruel, Alcañiz y Andorra hay unidades de Tabaquismo. Además, en los últimos años, bastantes profesionales de la enfermería se han formado en la unidad de Alcañiz para ayudar a los pacientes en sus respectivos centros de salud.

-¿Ha tenido incidencia la pandemia en el número de personas que quieren dejar de fumar?

-La repercusión ha sido algo desconocido para los profesionales sanitarios, pero es que nunca habíamos sufrido una pandemia con confinamiento. La atención telefónica en lugar de presencial ha supuesto un handicap para el tratamiento. Hemos podido ver que se han interrumpido bastantes tratamientos de pacientes que habían iniciado el proceso de dejar de fumar. Pero un 6% de los fumadores ha aprovechado el confinamiento para dejar de fumar, un 5% ha disminuido el número de cigarrillos diarios y está por ver, comprobar y medir cuántos han conseguido dejarlo al año de iniciar el tratamiento y cuántos lo han interrumpido.

También es importante el dato, en líneas generales, de fumadores en Aragón porque ha habido un 10% que ha dejado de fumar aprovechando el covid, un 73% que se ha mantenido y un 15% que ha disminuido el consumo. Además, hemos observado que ha disminuido mucho la exposición de humo de tabaco en las casas. Por la propia concienciación del fumador, se ha fumado en las terrazas, por lo que los niños y las personas no fumadoras han estado menos expuestas.

-¿Y que importancia han tenido los cambios legislativos?

-La prohibición de fumar al aire libre cuando no se pueda garantizar una distancia social mínima de dos metros ha sido muy positiva. También el hecho de que el ocio nocturno haya estado cerrado ha disminuido la prevalencia del tabaquismo en la gente joven. Y por último, también ha influido la disminución del poder económico porque mucha gente se ha quedado sin trabajo.

-¿Cómo afecta la infección por coronavirus a las personas fumadoras?

-Ya hay muchos estudios al respecto. Como dato más destacado, hay entre 1,5 a 2 veces más probabilidad de desarrollar una forma grave de covid por fumar. Al principio de la pandemia, se dijo que el tabaco era protector, pero eso es una leyenda urbana. Lo que pasa es que a los enfermos no se les preguntaba si fumaban o no. No hubo tiempo para historiar si eran pacientes fumadores, pero pasado el tiempo se comprobó que no tenían más riesgo de desarrollar covid, pero sí una forma grave de covid.

-¿Tienen el mismo riesgo de contagio?

-Fumar, es decir, la manipulación del cigarro normal, electrónico, la pica de agua o la cachimba, predispone al contagio porque la mano y la boca actúan como una conexión para la introducción del virus en la vía aérea.

-Además, otras muchas muertes se atribuyen al consumo de tabaco...

-El número de cánceres de pulmón en hombres se ha estabilizado a nivel nacional, pero está aumentando ligeramente en mujeres por el aumento del consumo de tabaco. 1.000 personas a la semana fallecen en España como consecuencia del consumo de tabaco, por diferentes enfermedades en el que el principal factor de riesgo de provocar esas enfermedades es el tabaco. A nivel europeo, el tabaco es considerado el factor de riesgo más importante.

-¿Se ha silenciado este problema por la pandemia?

-Los sanitarios somos muy conscientes de que la covid-19 le ha quitado protagonismo, tiempo y recursos al resto de enfermedades, con lo que tenemos cierto resquemor por no haber podido atender a los pacientes con otras patologías que no fuera covid como se merecen y con la calidad de los cuidados sanitarios normales. En el tabaquismo, posiblemente también ha pasado esto. Ha habido muchos tratamientos y muchos seguimientos de pacientes que se han visto interrumpidos porque muchas enfermeras y médicos que los estaban tratando han tenido que dar exclusividad a su trabajo con el covid. Somos conscientes de que eso no puede volver a ocurrir.

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