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El Ayuntamiento de Teruel y las protectoras llaman a la responsabilidad con las colonias de gatos comunitarios El Ayuntamiento de Teruel y las protectoras llaman a la responsabilidad con las colonias de gatos comunitarios
Tres de las voluntarias de Proyecto Gato y 8 Vidas durante la visita a una de las colonias felinas de Teruel

El Ayuntamiento de Teruel y las protectoras llaman a la responsabilidad con las colonias de gatos comunitarios

Los abandonos crecen pero no hay que dejarlos en los puntos de alimentación

El número de gatos abandonados en las colonias felinas de Teruel está aumentando día a día y solo durante este año las alimentadoras de la asociación Proyecto Gato y de la protectora 8 Vidas han recogido 90. Están preocupadas por esta práctica cada vez más extendida porque no es la mejor opción para deshacerse de una mascota a la que no se puede o quiere atender. Tanto las voluntarias como el concejal de Bienestar Animal, Julio Esteban, llaman la atención sobre estos abandonos indeseados que echan por tierra el trabajo que realizan durante todo el año con el control de las colonias.

“Esto es responsabilidad de todos, gusten o no los gatos si queremos solucionar el problema de los que están en la calle tenemos que trabajar entre todos”. Marta Ortín es una de las alimentadoras de Proyecto Gato y pide colaboración a la ciudadanía para dejar trabajar a las voluntarias que se ocupan de las colonias. Estos puntos donde alimentan a gatos comunitarios ha incrementado en el último año pasando de 42 a finales de 2023 a 57 en la actualidad con 655 unidades. Son atendidas por 75 voluntarios.

Desde el departamento de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Teruel se ocupan de gestionar la creación de nuevas colonias felinas, mediante un informe técnico, tal y como establece el Programa de Gestión Ética de Colonias Urbanas Felinas de la ciudad de Teruel, cuya actualización se aprobó en pleno el pasado mes de julio, como recuerda el concejal Julio Esteban.

El siguiente paso va a ser señalizar algunas de estas colonias, las acordadas entre el Ayuntamiento y las voluntarias para que la ciudadanía sea conocedora de su existencia.

“Los gatos de la calle ha salido de algún sitio, si están allí es porque alguien los ha dejado y hay que tener claro que son gatos abandonados y que cuando la gente se conciencie y no los abandone dejará de haber gatos en la calle”, comenta Estefanía Soto, otra de las alimentadoras.

El pasado mes de diciembre se entregaron a las voluntarias, la mayoría mujeres, unos carnés de autorización como alimentadoras para que puedan ocuparse de los gatos en las colonias. Son los únicos que pueden darles de comer y de ello tiene que ser consciente la ciudadanía porque se dan situaciones rocambolescas. “Nos echan los restos de la paella o el ketchup de las hamburguesa en los comederos”, cuentan. Pero no solo estropean la comida: “Sueltan los perros para que se diviertan persiguiendo a los gatos con el peligro que conlleva si atraviesan la calle o la carretera”.

El ayuntamiento aporta el pienso seco que se reparte por las colonias aunque las voluntarias suelen llevar también comida húmeda. “Cuando se la damos siempre estamos pendientes para limpiar los restos que puedan quedar”, apunta Ortín.

Cada colonia está gestionada por una o dos voluntarias y tienen una media de unos 20 gatos. Recuerdan que son animales territoriales, por eso no se pueden dejar abandonados otros gatos que no sean de esas colonias. Los primeros individuos los echan y los pueden llegar a matar. Las cuidadoras los tienen que coger, llevárselos a sus casas y ponerlos en adopción, porque el refugio municipal está ya saturado.

“A veces han dejado en la colonia gatas que están preñadas y en ocasiones los dejan con sus juguetes incluso con su saco de pienso”, explican.

Insisten en que esta práctica no es adecuada y que si se quiere dar en adopción un gato es mejor ponerse en contacto con las protectoras o con la asociación Proyecto Gato.

El abandono de gatos recién nacidos en las colonias supone en ocasiones que la propias voluntarias se los tienen que llevar a casa y alimentarlos con jeringuilla. “Cada tres horas hay que calentar la leche, darles de comer y estimularlos para que hagan sus deposiciones, a lo que hay que sumar otros cuidados como limpiarles los ojos y llevarles al veterinario para las vacunas”, comentan.

Esterilización

Para evitar la proliferación de más ejemplares, los gatos de las colonias están esterilizados. El Ayuntamiento realiza una campaña anual. Este año se esterilizaron 331 ejemplares en la campaña realizada de manera puntual durante unos meses. En 2025 la campaña se extenderá durante todo el año, según apunta el concejal responsable.

El Ayuntamiento cuenta con una subvención del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, por el cual se aporta el pienso seco, la campaña de esterilización y gastos veterinarios. Se incluye también la instalación de la señalizaciones de colonias, que se va a instalar en breve, y para 2025 se instalarán casetas en algunas de las colonias, donde actualmente hay tolvas y bebederos. También se quiere impartir charlas a estudiantes, explica, Julio Esteban. A ello hay que sumar la edición de dípticos informativos sobre la nueva ley de bienestar animal, la adopción y acogimiento de animales o las obligaciones con los animales de compañía.

Estefanía Soto, una de las voluntarias, pone un ejemplo de la importancia que es esterilizar: Si una gata tiene de media cuatro bebés y puede parir cuatro veces al año y los cuatro son hembras y a su vez estas cachorras tienen bebés ese año se puede llegar a 64 nuevos gatos Son unas cifras que no se pueden asumir, así que las propias alimentadoras hacen un llamamiento a los propietarios de gatos para que los esterilicen y no los abandonen.

Entre los 75 voluntarios hay mujeres que llevan tiempo ocupándose de los gatos comunitarios y otra que se han incorporado recientemente, pero todos dedican tiempo a los cuidados que requieren estas colonias todos los días. “A algunos de los gatos les ponemos nombres”, cuenta Asun Domingo, que es de las más veteranas en esta ocupación, y que desvela que a su colonia se acercan los erizos y tiene que preocuparse de que no estropeen la comida de los gatos, pero también saben que hay que mantener las distancias para que te respeten.

En muchas ocasiones su trabajo no es entendido por los vecinos de la zona pero en otros sí se agradece. Una vecina del barrio de San Julián asegura que los gatos de la colonia están “limpios y lustrosos, se les nota en el brillo del pelo”.

 

Tres gatos esperan la visita de su alimentadora en una colonia de Teruel

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