Las Urgencias del Hospital Obispo Polanco se disparan este agosto, confirmando la tendencia creciente

El Servicio de Urgencias del Hospital Obispo Polanco de Teruel hace frente cada verano a un pico de actividad durante el mes de agosto, cuando se incrementa notablemente la población en muchas localidades de la provincia, y esta tendencia creciente se ha intensificado este año ya que la media diaria de atenciones en lo que va de este mes (hasta el día 23) se ha situado en 136, un 10 % más que las que se registraron en agosto del año pasado y un 18 % más que en 2019.

A lo largo de este año la media de actuaciones diarias ha sido de 109, por lo que en agosto se ha incrementado un 25 % la actividad respecto a la media anual. Mientras que el año pasado el aumento de actividad estival fue del 19 %, con una media diaria de consultas de 104 a lo largo del año y de 124 en agosto. En 2019 la media diaria en ese mes fue de 115 atenciones, frente a las 99 de todo el año.

El jefe de Urgencias del hospital turolense, el médico Fernando Galve, indicó que la tendencia de atenciones en urgencias es creciente. Sin contar los dos años de pandemia por atípicos (2020 y 2021), en 2022 y en 2023 se ha superado el número de las atenciones realizadas en el Servicio de Urgencias, y además los profesionales perciben que hay pacientes más frágiles.

Atenciones

Entre el 1 y el 23 de agosto se han atendido 3.126 urgencias, el 12 % de las 25.736 registradas en lo que va de año. En todo el mes de agosto de 2022 fueron 3.848 atenciones que, si se mantiene el ritmo de actividad actual se superarán con creces este año. En 2022, el número total de urgencias fueron 38.041, por lo que el 10 % se registraron en ese mes.

“Esta situación creciente nos colapsa. Necesitamos espacios adecuados, tecnología y recursos proporcionales al volumen de personas que atendemos”, señaló el doctor Galve que, no obstante, aseguró que tanto la Gerencia del Sector Teruel como la Dirección del Obispo Polanco siempre han correspondido a la demanda del servicio, autorizando las necesidades en materia de profesionales, siempre que ha sido posible por disponibilidad. Precisamente, desde finales de mayo se incorporaron dos de los médicos internos residentes (MIR) que terminaron su formación en este hospital.

En agosto, lo que pasa es que la provincia se llena de antiguos habitantes y descendientes de los mismos que el resto del año viven en otros lugares, lo que satura la capacidad de los consultorios locales y repercute también en las urgencias hospitalarias.

En esta época del año se producen más traumatismos, caídas, fracturas y accidentes, pero también se atienden pacientes frágiles y crónicos descompensados, lo que sí que colapsa las urgencias del hospital y las camas. El intenso calor que se está sufriendo este verano también tiene sus repercusiones sobre todo en las personas mayores que son más vulnerables y pueden deshidratarse con mayor facilidad, según explicó el facultativo.

Ante esta situación en esta unidad del centro sanitario turolense se distribuyen las vacaciones del personal a lo largo de todo el segundo semestre del año, para repartir de esta forma los recursos y llegar a lo mínimo asistencial.