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La Partida de Diego anima a vivir la vida desde el corazón y a gozar de sus momentos mágicos La Partida de Diego anima a vivir la vida desde el corazón y a gozar de sus momentos mágicos
La inoportuna mano de la aya en el momento de cortar el beso. Bykofoto/Antonio García

La Partida de Diego anima a vivir la vida desde el corazón y a gozar de sus momentos mágicos

El pública destaca el buen hacer de los actores de la recreación que asegura que interpretan sus personajes desde el "sentimiento"
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La Partida de Diego animó ayer, con su recreación de los inicios de la historia de los Amantes, a vivir la vida desde el corazón y a gozar de cada momento mágico que tiene. Así lo transmitió la Alistada de Honor en su pregón, Mari Carmen Torres, y así lo sintió el público que como Paula, que lleva viendo las escenas desde hace años, volvió a emocionarse en la plaza del Seminario cuando Diego de Marcilla pide la mano de Isabel a sus padres.

La misma emoción se sentía ya de noche cuando, frente a la Casa del Dean, Diego pedía un beso a Isabel, que a punto estuvieron de dárselo de no interponerse entre sus labios la mano de la aya doña Elvira. Belén Izquierdo y Pedro Endolz, los jóvenes que interpretan a los Amantes, arrancaron los aplausos del público en medio de las escenas, ganándose a la gente en momentos especiales como cuando él cantó a los pies del balcón de ella.

La directora gerente de la Fundación de las Bodas de Isabel de Segura, Lorena Muñoz, manifestó que todo se estaba desarrollando “sobre lo previsto”, con “bastante gente” en las escenas y con un “buen ambiente”. Y la misma sensación tenía el público, tanto la gente de Teruel como visitantes de otros lugares que acudieron a seguir las recreaciones, algunos por primera vez, mientras que otros eran ya asiduos.

Las recreaciones de este sábado mostraron el preámbulo de la historia de los Amantes que se representa en febrero, con la petición de mano, la concesión del plazo de cinco años, el alistamiento de Diego de Marcilla y la promesa de Isabel a esperarle ese tiempo.

 

Al rey de Aragón Pedro II le pidieron infraestructuras. Bykofoto/Antonio García


La de los Amantes es una historia que acaba en una muerte trágica, pero que rezuma de amor a la vida. La Partida de Diego es la parte de la historia de los Amantes que mejor expresa esa idea al confrontar a una Isabel y a un Diego más jóvenes, ajenos a la desgracia que les aguarda el destino, y todavía esperanzados de que un mundo mejor es posible para ellos. “Tu esperanza será mi guía”, le dice Diego a Isabel antes de que ella le prometa que le esperará.

El amor como sentido de la vida es lo que expresó la Alistada de Honor en su pregón. “La vida de algún modo es una lucha continua de la que únicamente salimos victoriosos si conseguimos vivir desde el corazón”, dijo Mari  Carmen Torres, cantante y profesora de música cuya trayectoria personal y profesional ha estado ligada a la recreación de la historia de los Amantes desde hace mucho tiempo. En su intervención en la plaza del Seminario dijo que aunque el amor duela en ocasiones, también las “heridas forman parte de la vida y es imposible no sentirlas”.

Evocación

A través de sus palabras evocó la historia de Isabel y Diego como el relato de amor eterno que es, jalonado por referencias a su entorno familiar y profesional, como muestra de las múltiples formas de amor, en un gesto también de agradecimiento a Las Bodas de Isabel y de quienes las hacen posible. Seres, dijo, que “algún modo alimentáis mi alma”.

Un sentimiento que hizo extensible a todas las “almas bonitas que brillan y caminan en ocasiones de forma anónima” a nuestras vidas. Un amor con mayúsculas, dijo, al referirse a él como el verdadero motor que mueve nuestro devenir y que nos fortalece. Sus últimas palabras fueron expresar el deseo de que “el amor sea por siempre nuestro abanderado, santo y seña de la ciudad de Teruel”.

La emoción envolvió cada una de las escenas de la recreación de La Partida, desde dentro y desde fuera. Jesús Calvo, que interpreta al personaje del padre de Diego, se le veía emocionado todavía dentro del papel al acabar la escena de la concesión del plazo, cuando el padre de Isabel le da cinco años para hacer fortuna y el protagonista decide alistarse a la guerra.
 

 La Alistada de Honor, Mari Carmen Torres, durante el pregón. Bykofoto/Antonio García


“La gente cree que Las Bodas son una tradición y son un sentimiento que sale desde dentro”, comentó Calvo. “El secreto es que lo vive la gente con el corazón”, apuntó, mientras que María Ángeles Felipe, la madre de Isabel de Segura en la ficción, dijo que ella no había interpretado el personaje, sino que lo había vivido. “Lo que sucede es que mis hijos se van a la guerra”, afirmó.

Paula, zaragozana y profesora de Historia, confesó tras la escena de la pedida de mano a Isabel en el Seminario, que seguía emocioándose con la recreación de esta historia a pesar de llevar años viéndola. No se han perdido ni una sola recreación de Las Bodas en el mes de febrero, salvo durante la pandemia, y ahora acuden también a finales de septiembre para La Partida.

El padre de su pareja, Gregorio, es de El Vallecillo, y todos los años en febrero acuden al pueblo y a ver la recreación. Este fin de semana cogieron un apartamento y con unos amigos están siguiendo Las Bodas sin moverse de la ciudad porque el ambiente que tiene Teruel también les enamora. “Nos gusta mucho ver cómo recrean la historia y cómo la sienten los turolenses”, comentó Gregorio.

Para Paula, lo impresionante es ver cómo “toda la ciudad se vuelca en la celebración y se implica”, algo que no ocurre en otras partes. Admite que sigue llorando al ver las escenas porque le conmueven, porque siente que los actores lo viven y lo sienten, y esas emociones se trasladan al público para su disfrute y empatía. “Se nota que ensayan mucho y se implican en la ambientación”, afirmó.

Calor

Marcos, de Teruel, acudió con su mujer e hijos a ver el alistamiento, aunque los niños, que iban vestidos de medievales, desistieron de la ropa por el calor. No siguen esta recreación tanto como la de febrero, pero aseguraron que veían más ambiente que otros años.

Susana y David fue otra pareja que se desplazó desde Zaragoza para ver las recreaciones. Lo hicieron con su hija Inés, de cuatro años, que gozaba a los hombros de su padre en la plaza del Seminario mientras los actores llenaban de color con sus vestimentas el escenario, ajena probablemente la niña al sentido de la historia, pero emocionada de ver tanto colorido y movimiento.

Este año el público acabó implicándose en escenas como la llegada del rey Pedro II, al repartirse entre la gente estandartes y banderas para recibirlo, en una representación en la que se reivindicaron mejores infraestructuras y se lució el palio que una Delegación de Las Bodas se ganó el pasado verano en la Giostra Cavalleresca de Europa celebrado en Sulmona (Italia).

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