La Comunidad de Regantes de Teruel lamenta quedar fuera de las ayudas por la dana

A pesar de que desde este lunes el agua vuelve a correr por los más de cien kilómetros de canales de la red de acequias de la Comunidad de Regantes de Teruel, sus reivindicaciones sobre el estado de su sistema de riego, seriamente afectado por la dana del pasado 29 de octubre y con severas afecciones, además, provocadas por las obras de la construcción de la nueva carretera nacional N-330. Por ello, reclaman ayuda para hacer frente a las reparaciones que se han acometido en el sistema de riego y para las acciones que todavía restan por llevarse a cabo para garantizar dentro lo posible que el agua llegue a los más de 1.100 socios una vez que comience la campaña de riegos.

La Comunidad de Regantes de Teruel expresó su “profunda indignación” por exclusión de la ciudad del decreto de ayudas por la dana del 29 de octubre “a pesar de las promesas iniciales de apoyo por parte de las instituciones locales, provinciales y autonómicas”. Los regantes lamentan no haber recibido “ningún tipo de ayuda” a pesar de haber tenido que sufragar el estudio realizado para presentar el informe de daño y de haber tenido que acometer una nueva “limpia” de la acequia, que apenas 48 horas después de haberse llevado a cabo la que correspondía al cuatrimestre en octubre, quedó inutilizada por los arrastres de materiales provocados por la tormenta y por las obras de la N-330. Desde entonces, los regantes no habían podido disponer de agua para sus explotaciones hasta este lunes. Los regantes presentaron en su día una valoración de daños por cerca de 30.000 euros.

El presidente de los regantes de Teruel, Julio Escuder, aseguró que el sociedad reivindica “se incluya a Teruel en los afectados por la dana del 29 de octubre”, ya que, continuó, se nos dijo que íbamos a tener las ayudas y que estaríamos dentro de los afectados”. Escuder recordó cómo , después de haber recibido ese compromiso verbal y de haber encargado el estudio de la valoración de daños, “la sorpresa fue que la Comunidad de Teruel se había quedado totalmente fuera de estas ayudas” teniendo que asumir todos los daños y una nueva limpieza de los canales.

“En la primera semana de noviembre, cuando pasó la dana, nos dirigimos a todas las instituciones para solicitar las ayudas que por parte de administraciones locales, provinciales y comarcales nos habían asegurado que íbamos a recibir ayuda. Al final, no hemos recibido nada”, afirmó Escuder

La situación es aún más grave en el ramal Guadalaviar, que discurre paralelo a la carretera N-330 en la que el Ministerio de Fomento está acometiendo una profunda renovación del trazado. Los regantes denuncian que desde que están en marcha las obras, cada vez que llueve con fuerza las ramblas arrastran una gran cantidad de material que colmata las acequias y, sobre todo, los sifones.

“Reivindicamos un mantenimiento mientras duren las obras y mientras estén los taludes desnudos, hasta que se revegeten de’ dado que “con cualquier tormenta (los problemas) van a volver a ser recurrentes y las afecciones pueden ser graves”, explicó Escuder, que se consoló al apuntar que, en esta ocasión, la tormenta se produjo una vez concluida la campaña de riego, pero avisó de que “si esta dana hubiera llegado en el mes de julio, para volver a restablecer el agua hubieran sido necesarias varias semanas de trabajo, con la importante pérdida de los cultivos ya que esta es una huerta en la que se planta mucho maíz, y el maiz no puede estar más de 15 días sin regarse”.

Por eso, los regantes manifestaron su preocupación a que, después de lo vivido en octubre, “en las próximas tormentas las infraestructuras queden dañadas y los agricultores no puedan regar ni poder ejercer su actividad”, y añadió que “si esto lo trasladásemos al mes de agosto, si nos hubieran quedado todos los sifones y todas las acequias en un estado como el quedaron después de la dana, hablaríamos de pérdidas muy importantes para los agricultores de Teruel”,

Los regantes no han podido esperar más y han acometido ellos una nueva limpieza de los cauces de sus acequias con una inversión de más de 20.000 euros para costear la maquinaria necesaria para retirar “toneladas de materiales” que habían sido arrastrados a la rambla, recién limpia, hasta alcanzar espesores de cerca de un metro. “Hablamos de acequias y hemos hablado también muy importante de los sifones, que son los pasos de agua que hacen por debajo de las carreteras (...) el gasto y el tiempo para restablecer el agua en estas infraestructuras es bastante alto”, recalcó Escuder.

El agua volvió a correr por la acequia Guadalaviar, después de haber retirado miles de kilos de tierras y gravas. Sin embargo, todavía no se han podido desatascar todos los sifones de los más de 100 kilómetros de conducciones de agua que gestiona la Comunidad de Regantes y que se vio afectada en más de un 60 por ciento por las ramblas.