La Asociación Pozos de Caudé inicia la toma de muestras de ADN para identificar a los represaliados
El laboratorio Citogen se desplaza a Teruel y Cella y se enviarán kits para tomarlas en casaLa Asociación Pozos de Caudé comenzó este martes la toma de muestras de ADN de familiares de represaliados durante la Guerra Civil y el franquismo para facilitar la identificación de los restos que son exhumados de las fosas donde aparecen. Técnicos del laboratorio Citogen, que tiene el encargo del Gobierno de Aragón de crear la base de datos con este fin, se desplazaron a Teruel y Cella y tomaron 35 muestras a descendientes de las víctimas, si bien se enviarán también kits a quienes lo soliciten para que se las tomen en sus casas ellos mismos y puedan remitirlas por correo.
El presidente de la Asociación Pozos de Caudé, Francisco Sánchez, destacó la importancia de que Aragón hubiese impulsado la creación de un banco de ADN de familiares de víctimas, que durante tanto tiempo han pedido las asociaciones memorialistas, y que puede suponer un nuevo avance en la identificación de los restos de represaliados que aparecen en las fosas que se exhuman.
De hecho, Sánchez comentó que se abre la esperanza de que esto contribuya a poder concretar si la fosa hallada durante las obras en Platea se corresponde con los represaliados fusilados en la plaza del Torico el 18 de agosto de 1936, o si los que aparecieron en una fosa en la cuneta del tren en Concud corresponden a cinco personas de Santa Eulalia.
Colaboradores
El presidente de la Asociación Pozos de Caudé agradeció la intervención del equipo de Citogen, así como de varios colaboradores en la toma de muestras y de información complementaria, ya que se anotan también datos familiares de parentesco y el lugar donde se cree que puede estar enterrada la víctima para facilitar posteriormente la identificación. En este sentido, destacó la implicación que está teniendo el historiador Serafín Aldecoa, que ayer también acudió a la toma de muestras.
Entre las diez y media y la una de la tarde se tomaron muestras a quienes lo habían comunicado previamente, y a otras personas que se acercaron al conocerlo en la prensa, en el centro social de Yagüe de Salas, donde se habilitó una sala para ello. En total se hicieron 26 tomas de muestras presenciales, a las que se sumaron después otras 9 que se realizaron en Cella, hasta donde se desplazaron los técnicos del laboratorio para tomarlas incluso en un domicilio particular debido a que se trataba de una anciana de edad muy avanzada que no podía moverse de casa y que estaba muy interesada.
Aunque habitualmente es una muestra de saliva lo que se toma, debido a la covid se realizó siguiendo otra técnica consistente en hacer un pequeño pinchazo en el dedo, e impregnar de sangre un papel especial que permite después extraer el ADN.
Además de gente de Teruel se desplazaron hasta el centro social de Yagüe de Salas personas que habían acudido a la convocatoria desde Alicante, Valencia y distintos municipios de la provincia. Sánchez comentó que medio centenar de personas habían contactado con ellos interesándose por que les tomaran la muestra, y que a una docena que no pudieron acudir está previsto enviarles un kit para que se la tomen ellos mismos y la puedan remitir por correo postal.
Día especial
Para Jesús Tomás Rodríguez, que fue una de las personas a la que tomaron muestras, ayer fue un día muy especial porque aseguró que el duelo de su padre, ya fallecido, lo había heredado él y considera que es importante recuperar los restos de los represaliados e identificarlos para poder dignificarlos.
En su caso explicó que fueron fusilados cuatro familiares, dos de los cuales ya están exhumados, y quedan pendientes su abuelo Manuel y el hermano de este, Saturnino, que asegura que estarían en los Pozos de Caudé.
Eran de Villastar, los cuatro pertenecían a la Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra y fueron represaliados nada más producirse el golpe de Estado. Aunque reconoce que la posibilidad de exhumar la fosa de los Pozos de Caudé con las más de 500 personas que puede haber allí es algo muy complejo, ayer aseguró que tenía “mucha esperanza en que con el tiempo se pueda hacer gracias a los avances de la tecnología.
Huérfano a los 10 años
Jesús vive en Valencia y explicó que su padre se quedó huérfano a los 10 años. Llevaron a la viuda y a los hijos al Hogar Comandante Aguado y tras permanecer allí cuatro años toda la familia tuvo que marcharse a Valencia “porque en el pueblo eran repudiados por ser viuda de rojo”.
El padre de Jesús ya no vive y comenta que él ha sido quien ha recogido su duelo y espera que algún día se pueda dignificar a su abuelo recuperando sus restos. Se mostró satisfecho de “que este gobierno de izquierdas está haciendo algo, aunque ya se verá en qué acaba todo esto”, y elogió que “el Gobierno de Aragon venga a Teruel a abrir el banco de ADN para los descendientes de represaliados de la guerra”.
José Antonio Ortiz, otra de las personas a la que se tomaron muestras de ADN ayer en Teruel, comentó que su abuelo Tomás fue fusilado en el verano de 1936 y que curiosamente el acta de defunción certifica su muerte el 1 de septiembre, pero en cambio lleva fecha de dos semanas antes, el 16 de agosto.
“Nunca hemos sabido dónde está, suponemos que en los Pozos de Caudé”, comentó José Antonio, quien explicó que su abuelo era demócrata pero no militaba en partido alguno, a diferencia de su hermano que era del PSOE. Vivían en Caudé y fue un molinero que le debía dinero quien lo señaló acusándole de ser de una familia de rojos y se lo llevaron. “Mi tía decía que se lo llevaron a los Pozos y que a las horas le dieron la ropa a la abuela”, recuerda.
Agradecido por el paso que se ha dado con la toma de muestras, ayer comentó que una iniciativa así “se tenía que haber hecho bastante antes, y no es culpa de la asociación, sino de la política”.
Restos del abuelo
Luis Hernández Espallargas comentó que quería saber dónde están los restos de su abuelo Joaquín, y confía en que la muestra de ADN que le tomaron ayer ayude a averiguarlo, aunque antes debería exhumarse la fosa en la que lo enterraron tras ser fusilado en Andorra, ya que ellos eran de Alcorisa.
“Más o menos se sabe dónde está la fosa, pero no está claro y hay que hacer una investigación”, manifestó. Indicó que recuperar los restos del abuelo pretende que sea un “homenaje hacia mi padre y sus hermanos”. Explicó que su padre era el mayor de tres hermanos y tenía 14 años cuando mataron al abuelo. “Le ha tocado luchar mucho”, comentó, puesto que los franquistas lo que hacían era quitar las propiedades a las familias de los represaliados.
Luis se mostró agradecido por la iniciativa de la Asociación Pozos de Caudé y explicó que en la tumba de su padre pusieron también el nombre del abuelo y que esperan poder llevar allí sus restos cuando se exhume la fosa de Andorra y se identifiquen los huesos a partir de las pruebas de ADN.
La directora técnica del laboratorio Citogen, Isabel Navarro, comentó que a través del perfil genético está siendo posible ayudar a la gente que busca saber dónde están los restos de sus familiares represaliados; un trabajo, reconoció, que a veces era muy emotivo y duro al ver los dramas de las historias con las que se encuentran al tomar las muestras.
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