José María Sanz: “Teruel es una serie de cerros conectados con varios puentes”
El arquitecto analiza la evolución de la ciudad de cara al PGOUEn el marco de las jornadas de urbanismo que el Ayuntamiento de Teruel ha organizado con el Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón (COAA) para abordar el diseño del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), el arquitecto José María Sanz analizó la evolución de la ciudad desde su fundación. Y llegó a la conclusión de que la capital turolense son una serie de cerros conectados con varios puentes.
Esta distribución, sin embargo, es relativamente nueva y está muy alejada lo que fue Teruel durante gran parte de su historia. Su fundación data de 1171, y desde entonces han pasado 850 años. De esta manera, Sanz explicó que la capital turolense es el resultado de una serie de decisiones, más o menos acertadas, que se han tomado de manera relativamente planificada. Pasando de una breve época de “máximo esplendor” en el siglo XIV, a la “decadencia” desde siglo XV en adelante.
Teruel está ubicada en un cerro entre los ríos Alfambra y Guadalaviar, que le dotaban de una vista privilegiada del conjunto del territorio, y fue ese el motivo por el que se decidió ese emplazamiento. Pese a su antiguedad, el conjunto del Centro Histórico fue planificado, con una serie de calles organizadas de manera radial para superar la orografía del terreno.
Todo estaba amurallado y apenas existían algunas barriadas como el Arrabal, que, según el historiador medieval Antonio Gargallo, también estaba rodeado por la muralla. En aquél momento apenas era una tapia de tierra, que se reforzó con mampostería en rehabilitaciones posteriores. Estas actuaciones solo llegaron a algunos tramos de la muralla, por lo que otros desaparecieron o tuvieron que ser demolidos por su mal estado de conservación.
Si bien para el arquitecto el siglo XIV fue la época de “máximo esplendor” en la ciudad, a partir del siglo XV comenzó su “decadencia”. Teruel dejó de ser entonces tierra de frontera, se expulsó a los judíos y comenzó el declive. En el siglo XVI se produjeron algunas modificaciones urbanas, como la construcción del acueducto de Los Arcos, que sería el primer puente de la ciudad, o la plaza de San Juan.
Primeros grabados
Aunque la ciudad de Teruel ya tenía varios años de vida, no sería hasta el siglo XVIII cuando se realizarían los primeros grabados. Algunos de ellos, como el Atlante Español de Palomino (1779) bastante “fantasiosos”, según Sanz, y otros más realistas como el que aparece en la obra Viaje a España de Ponz (1788). No obstante, no sería hasta la ocupación francesa cuando se realizaron los primeros levantamientos topográficos de la ciudad.
Lo cierto es que esos documentos se realizaron desde un punto de vista militar para conocer los puntos débiles y fuertes para atacar la ciudad. Pero sirvieron para conocer la orografía de una manera más fidedigna. También en ese momento, en 1811, se dibujó el primer plano de las calles del Centro Histórico. Y entre 1869 y 1881 llegaron los “planos con gran seriedad”.
Llega el ferrocarril
El ferrocarril llegó a Teruel en 1903, mucho más tarde que en el resto del país, pero sirvió para conectar la ciudad y construir la Escalinata. En torno a esos años comenzaron a aparecer también las primeras ordenanzas municipales para regular las construcciones y en 1929 se construyó el Viaducto Viejo, que permitiría ampliar la ciudad hacia el sur.
En 1930 se aprobó la ordenación para el primer Ensanche, que quedó paralizado en 1936 con la Guerra Civil. Después de la contienda Regiones Devastadas aprovechó la destrucción del Centro Histórico para sanear y realizar ampliaciones de vías, como en caso de la calle San Juan.
Ya en el Franquismo, ante la Ley de Suelo de 1956 Teruel tuvo que realizar su primer Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). En ese momento se puso en marcha el Polígono La Paz, para atraer empresas y fijar población, por lo que los redactores pensaron que la ciudad crecería hacia el norte, por la carretera de Zaragoza. No fue así, y la ciudad continuó su crecimiento hacia el Sur, por el Ensanche.
PGOU de 1985
Pasaron los años y la ciudad siguió creciendo de manera alargada hacia la carretera de Alcañiz y el Ensanche, con algunas irregularidades en las construcciones. Por este motivo, en los años 80 se plantaría un nuevo PGOU que se aprobaría en 1985, con altas perspectivas de crecimiento poblacional y carácter continuista al anterior. Planteaba zonas verdes y de recreo, con ánimo de impulsar los barrios en decadencia.
De aquél plan ya han pasado 36 años y ahora el Ayuntamiento de Teruel trabaja en un nuevo PGOU que aborde el modelo de ciudad de futuro que quieren los turolenses, basado en la digitalización y más compacta.
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