Francesc Boya, secretario general para el Reto Demográfico: "Hay que trabajar con los pies en el suelo para ver qué políticas puede aplicar el Estado"
"El Gobierno tiene el compromiso de desarrollar las ayudas al funcionamiento, pero las circunstancias no están ayudando", explicaEl secretario general para el Reto Demográfico, Francesc Boya, ha visitado Teruel en la última semana para trabajar con la DPT la puesta en marcha de una red de centros de innovación en la provincia, una iniciativa que figura dentro del Plan de 130 medidas para luchar contra la despoblación. A un año de la aprobación de este plan, Boya asegura que hay que “ser realistas” y “trabajar muy tocando con los pies en el suelo”, para ver “qué políticas reales puede desarrollar el Estado”. Sobre las ayudas al funcionamiento autorizadas por Europa, recalca que el Gobierno tiene el “compromiso” de desarrollarlas, aunque advierte que “las circunstancias y los contextos tampoco están ayudando”.
-La última encuesta hecha por Next Educación indica que ha disminuido la percepción de que haya avances en la lucha contra la despoblación. ¿Por qué cuesta tanto avanzar ahora que se tiene el Plan de 130 medidas aprobado hace un año?
-Porque los cambios en términos demográficos van a requerir mucho tiempo. Ahora lo que estamos es transformando el contexto, y hacerlo quiere decir mejorar las condiciones de vida de la gente que vive en el medio rural, facilitar herramientas para que ese medio rural sea más competitivo desde el punto de vista económico, y toda una batería de acciones que creo que van a mejorar el entorno.
-Hay pueblos en riesgo extremo a los que urgen soluciones.
-Estamos abonando el campo y arando. Estamos preparando de alguna manera esos territorios para que puedan tener más población, pero eso no resulta una ecuación matemática. Hay que sembrar, hay un trabajo y un camino todavía muy largo por delante que recorrer, y yo creo que hay que tener un poco de paciencia y no caer presos de la ansiedad. Llevamos un siglo despoblándonos y pensar que en un año esto va a dar un vuelco de 180º no es razonable. Yo lo que pido es un poco de paciencia, y lo importante es que se ha iniciado un camino de no retorno que son las políticas específicas de apoyo al medio rural y muy especialmente a esta España despoblada, y eso más pronto que tarde tendrá su fruto.
Jóvenes y emprendedores
-En esa misma encuesta el 67,5% discrepaba con el tipo de políticas implementadas por el Miteco, y los más críticos eran los jóvenes y los emprendedores. ¿Se están haciendo las cosas bien, qué cree que está pasando para que se tenga esa percepción?
-Bien del todo nunca se hacen porque todo es mejorable y yo entiendo esa sensación, sobre todo de los jóvenes y de los emprendedores en momentos que son muy difíciles, y no solo por las cuestiones relacionadas con la despoblación. Estamos en un contexto general muy complejo y complicado. Es verdad que eso influye en el ánimo de las personas, pero este año hemos trabajado ese Plan de 130 medidas que ya está prácticamente en un 84% desplegado. Eso está en marcha y en poco tiempo veremos los resultados, que estamos viendo ya en temas como la conectividad, en la digitalización de las empresas o las ayudas a los ayuntamientos de menos de 5.000 habitantes, con la cantidad ingente de ayuda pedida. Posiblemente ese dinero en el momento que se convierta en herramienta de transformación va a tener un impacto muy importante.
-Los emprendedores son la clave para fijar población y no pueden esperar.
-El tema de generar ecosistemas para el emprendimiento es algo más complejo, porque no solo es dinero. Necesitamos alinear muy bien las instituciones, las empresas, dar todas esas herramientas que necesitan para emprender en estos territorios, y eso es lo que estamos construyendo ahora, esas palancas de apoyo que sirvan precisamente para que un joven y un emprendedor pueda dibujar un futuro de horizonte, y tener su plan de emprendimiento que no sea un ejercicio de heroicidad, sino que lo tenga porque hay un sendero transitable por el que el emprendimiento con la ayuda de las administraciones públicas y de una serie de elementos hace que sea una cuestión viable y factible.
-¿En qué consistirán los centros de innovación y teletrabajo que están impulsando con la Diputación de Teruel?
-Pretenden ser de alguna manera unos catalizadores de ese ecosistema. En los territorios rurales no sucede como en los urbanos, donde la innovación, el talento, el emprendimiento, la empresa y la administración pública se combinan generando un efecto para que el talento tenga su espacio para desarrollarse. Las zonas rurales vienen de una actividad económica centrada en la agricultura y que ha ido menguando, y ahora lo que necesitamos es generar un poco esos pequeños motores de calidad que permitan sacar el barco del puerto y luego desplegar las velas.
Los centros de innovación pretenden ser esas grandes antenas por donde va a llegar la innovación, la formación, el crédito, el apoyo de las grandes empresas, va a llegar la facilitación, y a través de ellas generar una onda expansiva que irrigue el territorio con proyectos y con desarrollo, que es lo que nos interesa.
Aislamiento
-¿Cómo evitar el aislamiento?
-La virtud de estos centros, lo que pretendemos, es crear una gran red nacional de centros de innovación. No pretendemos que salgan como champiñones en determinados sitios puntuales, sino que queremos que sea una red nodal en la que estos centros trabajen de una forma colaborativa y sean capaces de hacer algo que necesitamos en este país, que es generar inteligencia territorial.
-Suena bien como lo cuenta, pero la gente quiere ver cosas prácticas ya.
-Esto es como el que se enfrenta a una carrera de fondo. Hay que tomarlo con ese espíritu, el de saber que estamos construyendo un proceso de largo alcance en el que no tenemos espacios prefabricados, sino que hay que construirlos para cada territorio. La velocidad de crucero va a depender también en parte de los proyectos y de si el territorio tiene buenos liderazgos, si hay buena voluntad en el conjunto de su sociedad, y si tiene actores dinámicos para generar este empuje.
Luego la Administración tiene sus tiempos, y a nosotros se nos ha hecho largo este tiempo, pero ya tenemos los contratos y las herramientas. Estamos trabajando con espacios que ya existen también para que se incorporen a esta red y por tanto nos aporten el conocimiento y la experiencia. Ahora sacamos también una convocatoria de ayudas para que los centros que pueden tener algo en común con esta idea puedan tener recursos y concretar cuestiones que están a lo mejor en un estado un tanto letárgico porque falta ese impulso económico, y también van a tener herramientas para recibir dinero.
-Hay herramientas que están autorizadas y no se aplican todavía pero que se aguardan como agua de mayo, como son las ayudas al funcionamiento, las del 20% de los costes de la Seguridad Social. ¿Cuándo podrán empezar a aplicarse?
-Las ayudas al funcionamiento es verdad que están en una disposición adicional de los Presupuestos Generales del Estado, y el Gobierno tiene el compromiso de desarrollarlo. Es verdad que las circunstancias y los contextos no están ayudando; el Gobierno está atendiendo a toda una serie de urgencias que tienen que ver con la fiscalidad y que por tanto yo creo que hay que entender que en este momento hay que acometer los procesos relacionados con el encarecimiento de la energía, con todo lo que tiene que ver con los combustibles fósiles, que en este momento por motivos relacionados con la guerra de Ucrania se han encarecido de una forma salvaje, y esta es la urgencia que está atendiendo el Gobierno. Por tanto yo espero que, además, cuando tengamos también resuelto todo lo que tiene que ver con el reglamento que está elaborando la Unión Europea, que nos dará también algunas pautas sobre el desarrollo de esta iniciativa, pues podremos desplegarla. La fiscalidad es un elemento más a tener en cuenta, aunque no es el único.
Ayudas al funcionamiento
-¿Llegará algún día?
-Llegará, porque yo creo que la fiscalidad tiene que ser un elemento más de los que tenemos que sumar a toda esta política. De hecho ya existe, el hecho de una distinción obvia en el marco operativo para las regiones en función de su situación socioeconómica y una serie de parámetros que dibujan un mapa sobre el que ya hay una fiscalidad diferenciada para la inversión de las empresas.
-¿Hay fechas o una estimación de cuándo será posible y cómo se aplicarán finalmente esas ayudas al funcionamiento? Es lo que los empresarios quieren saber.
-No, yo no tengo en este momento una fecha o estimación, porque insisto, va a depender mucho también de las coyunturas, y esas coyunturas también afectan a la capacidad del Estado de ajustar sus cuentas al momento en que vivimos. Por tanto, yo no tengo una fecha, pero la voluntad del Gobierno está y estoy convencido de que tan pronto esta situación mejore, que esperemos que sea pronto, pues se podrán abordar los debates que abordábamos cuando teníamos una cierta normalidad, que llevamos mucho tiempo por cierto sin tenerla del todo, pero en fin, ha pasado la pandemia, ahora tenemos la guerra; esperemos que cuando esto se supere se puedan abordar estos debates con la eficacia necesaria para hacerlos realidad.
-Lo que parece inminente, pendiente de que se reúna la Conferencia Sectorial del Reto Demográfico, es el Fondo de Cohesión Territorial dotado con 29 millones. ¿Cómo va a funcionar este fondo y cómo se va a repartir?
-Es un debate que todavía no tenemos cerrado con las Comunidades Autónomas, pero es evidente que en este caso el fondo es una pieza muy importante, que en este momento tiene una dotación relativamente baja. Todavía no estamos en las cifras que nos gustaría, pero de alguna manera hemos doblado la cantidad que destinamos en el ejercicio anterior a los proyectos singulares que están desplegando las Comunidades Autónomas. En este caso en el fondo hay una parte que va a las entidades locales y otra a las Comunidades Autónomas, por tanto las condiciones de reparto también las va a marcar la situación de cada una de las comunidades en términos de su situación respecto de la demografía, del desarrollo económico, respecto de toda una serie de parámetros que entendemos que vamos a consensuar.
A esto se va a sumar también toda la componente 4 (de los Fondos Next Generation), que es la que está relacionada con la bioeconomía, donde vamos a repartir prácticamente 120 millones de euros, de los cuales van a ir destinados todos a impulsar lo que podríamos denominar los entornos forestales y de economía verde. Van a ayudar también a dinamizar toda una economía en las zonas de montaña especialmente, pero también en todas partes donde pueda haber actividad forestal para aprovechar la biomasa, para generar bosques más resilientes. Ahí hay mucho empleo a crear, y mucha actividad económica a generar.
Municipios pequeños
-¿Darán una atención especial a los municipios de menos de 500 habitantes?, porque todo lo están enfocando a los de menos de 5.000, y no tiene nada que ver porque son dos realidades muy distintas.
-Sí, lo sabemos, lo que pasa es que es verdad que España es muy diversa y había que buscar un cierto límite. Nosotros buscamos la clave de los 5.000. Yo creo que las Comunidades Autónomas tienen un margen muy amplio ahora para en muchas de estas ayudas hacer discriminaciones, que estén también un poco en clave de su planta municipal. Yo entiendo que el Estado tiene que hacer una discriminación pues con estos 5.000 habitantes se ha buscado una media entre los municipios tan grandes que tiene Andalucía o los tan pequeños que tiene Castilla y León o puede tener Galicia. Por tanto yo creo que hay otra distribución que se puede hacer desde las Comunidades Autónomas, pero que en todo caso nosotros estamos en disposición de abordarlo, eh, pero insisto, creo que lo que hay que hacer es ir de alguna manera generando una escala que nos permita llegar a todas partes y hacerlo con la máxima eficiencia posible. Pero estoy de acuerdo que los más pequeños son los que necesitan más ayudas.
-Dentro del Plan de 130 medidas está la descentralización. ¿Será realmente una descentralización hacia las zonas con mayor riesgo de despoblación?
-Yo creo que es una medida muy potente porque realmente lo que está planteando es cambiar una cierta concepción de un Estado donde todo se concentraba en el interior de la M-30 de Madrid, y en cambio ahora de lo que se está hablando es de un proceso en el que el Estado va a generar nuevas polaridades. Tenemos ya algunos ejemplos muy concretos, y eso va a facilitar que ciudades como Teruel, como Soria, como Palencia, como Cuenca, pues puedan ir recibiendo inversiones y también espacios que van a ser generadores de actividad. Los centros de Renfe de innovación por ejemplo, o el Centro de Estudios Penitenciarios en Cuenca, y los servidores de la Seguridad Social en Soria; bueno, pues ya son los primeros compases de una nueva política que de alguna manera entiende que el Estado tiene que trascender esa suerte de capitalidad un poco enquistada o ensimismada para llegar a los territorios con una actuación del Estado que genere nuevas polaridades, y que les dé también esa suerte de capitalidad a cada territorio en función del organismo que reciba.
Demandas de Teruel
-¿Podrán llegar también a sitios pequeños dentro de este proceso organismos de más entidad, como es el caso de la Agencia Espacial Española que demanda Teruel?
-Bueno, yo creo que por eso se ha hecho este proceso de valoración colectiva, donde está también la Secretaría General del Reto Demográfico, donde se puedan valorar las propuestas y se puedan ver las cosas que tienen sentido y las que no, y ver si técnicamente hay algunos requisitos y si se cumplen o no, y entonces intentar ajustar también a cada territorio las sedes de aquellas cuestiones que realmente puedan ser exitosas. Lo que debemos evitar es precisamente que sucedan casos en los que por razones de coyuntura no acaben obteniendo el resultado esperado. Por tanto hay que hacerlo bien, yo creo que no hay ningún motivo para pensar que eso no pueda suceder, yo espero que sí, estoy convencido, y de hecho hay muchos casos en los que proyectos muy ambiciosos en zonas con poca población han acabado obteniendo un buen resultado. Pero en fin, ya la concreción no soy capaz de explicarla porque tampoco hablaría con conocimiento de causa en este caso, aunque insisto, hay que ser ambiciosos y hay que procurar armar bien los proyectos y, por qué no, claro que sí.
-El reto demográfico está muy presente en el debate político, ¿cree que podrá alcanzarse un Pacto de Estado por la despoblación más allá de la confrontación parlamentaria que el tema genera actualmente?
-No debemos dejarnos impresionar por los debates en el escenario político. Al final hay que relativizar porque cada cual en sus posiciones lógicamente ejerce un papel, y el de control e impulso que tiene la oposición pues de alguna manera se corresponde con su discurso. Lo que sí digo es que España por primera vez tiene un plan. Este Gobierno generó la Secretaría General de Reto Demográfico, se comprometió con el Plan de 130 medidas a una inversión de 10.000 millones y lo está cumpliendo, y al mismo tiempo creó una unidad ejecutiva para abordar esta política más de grano fino que permita regenerar los territorios y todos esos problemas que conlleva el tema de la despoblación, que son muchos y diversos.
A partir de ahí yo creo que los acuerdos en las conferencias de presidentes pues ya son una muestra de que estamos avanzando hacia un consenso en las políticas de reto demográfico, pero también es verdad que la oposición durante estos últimos compases, que además han tenido un final tan trágico para el líder hasta hace poco del principal partido de la oposición, hombre, no ha hecho ningún gesto para obtener ningún consenso con el Gobierno. No entiendo por qué, si no se ha llegado a consensos en otros ámbitos, por qué se iba a llegar en este. Yo creo que ahora hay una nueva etapa, tenemos que ver si hay espacio para ese gran Pacto de Estado, nosotros estamos en plena disposición de abordarlo, y de hecho entendemos que sería positivo abordar un pacto en estas condiciones; un pacto que fuera realista y que fuera además asumible, porque efectivamente se puede poner el listón tan alto, tan alto, y podemos elucubrar sobre cuestiones que son digamos quimeras, y eso no nos llevará a ninguna parte.
Hay que ser realistas, hay que trabajar muy tocando con los pies en el suelo, viendo qué políticas reales puede desarrollar el Estado, viendo qué políticas tienen que desarrollar las comunidades autónomas, y sobre todo generar ese consenso entre las instituciones para avanzar en estos procesos que son muy complejos, que además no nos sirve una receta única para todo el país, y que por tanto tenemos que ir construyendo en cada territorio una política que les sea útil y que responda a las necesidades de ese espacio.
Protagonismos
-Las comunidades autónomas están ya legislando sobre esta cuestión, incluido Aragón que lleva tiempo haciéndolo y cuyo Ejecutivo acaba de aprobar un anteproyecto de ley. Algunas iniciativas como el Fondo de Cohesión que plantea ahora el Miteco recuerdan precisamente al que existe en Aragón. ¿Están siendo un referente para la Secretaría General?
-Hay que felicitar a las comunidades autónomas que han puesto en marcha estos procesos legislativos, Castilla-La Mancha, Extremadura, ahora Aragón. Yo creo que son muy importantes porque además es verdad que el conjunto de competencias que afectan fundamentalmente a la prestación de servicios en los territorios, a la propia ordenación de los territorios, está en manos de las Comunidades Autónomas. En este sentido creo que es muy importante estos pasos que estamos dando, que se suman un poco a todo este proceso que creo es lo que nos tiene que dar esperanza, es decir, que no es solo que el Gobierno del Estado haga que haya una Secretaría General para el reto demográfico, sino que la mayor parte de las Comunidades Autónomas afectadas por este problema tienen comisionados, están haciendo marcos legislativos y las que no desarrollan planes específicos para esta cuestión.
Ahora, también voy a decirle con toda la sinceridad, las comunidades locales tienen un protagonismo esencial en esta cuestión, es decir, que tampoco servirán de mucho las leyes, ni servirán las políticas públicas, si finalmente no hay también una voluntad de construir futuro, de tener proyecto por parte de los municipios, por pequeños que sean.
Yo entiendo el pesimismo, entiendo las dificultades, entiendo también que muchos de estos municipios tienen un cierto nivel de agotamiento por la lucha y por los escasos resultados que han tenido hasta ahora, pero creo que ahora estamos en un momento de oportunidad, y ese momento de oportunidad hay que aprovecharlo, hay que pedirles a los alcaldes que peleen, que busquen, que miren de encontrar ese proyecto sobre el que construir un escenario de futuro y para eso estamos aquí, para ayudarles.
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