El Centro de Competencias Digitales de LogiRail propicia que jóvenes de Teruel vuelvan a trabajar en su tierra
La plantilla de la filial de Renfe alcanza ya 29 personas y el objetivo es superar los 60 empleosDaniel Vicente temía no poder regresar a su Teruel natal después de haber emigrado a Vigo para ejercer su profesión tras formarse en la Escuela Universitaria Politécnica, mientras que Laura Gimeno daba por hecho que jamás trabajaría en lo suyo si no salía de su tierra, algo que se negaba a hacer. Ambos han encontrado ahora una oportunidad para desarrollarse profesionalmente en el Centro de Competencias Digitales (CCD) que gestiona en la capital turolense LogiRail, una filial de Renfe. La iniciativa, que lleva apenas año y medio funcionando, está contribuyendo a impulsar y retener el talento turolense en un sector tecnológico que no existía antes en la provincia, el de los centros de procesamiento de datos.
El centro está operativo desde julio del año pasado y cuenta en estos momentos con 29 trabajadores que a finales de año se habrán incrementado hasta los 33, y que cuando esté a pleno rendimiento llegará a los 60. Eso será en una primera fase porque sus responsables aseguran que el crecimiento de estas instalaciones no tiene límites al tratarse de un sector en permanente expansión.
Al entrar en el Centro de Competencias Digitales de Renfe, ubicado en la plaza de la Cultura donde antes había un gimnasio, uno acaba por asumir su analfabetismo digital salvo que controle algo las nuevas tecnologías, y más cuando toma conciencia de que en esta sede no hay nada físico, ni servidores ni nada por el estilo, más allá de pantallas y consolas de ordenador porque toda la infraestructura con la que trabajan está en la nube, esa realidad etérea en la que se ubican la mayoría de los servicios de los que dependemos en nuestra vida cotidiana.
Es ahí, en la nube, donde se almacenan todo tipo de documentos, a través de la cual se adquieren hoy la mayoría de los productos y servicios que compramos y en donde las empresas tejen sus entramados de funcionamiento interno. Renfe, una de las grandes empresas públicas del país, no es ajeno a ello y en la nube tiene sus servicios informáticos, tanto los internos como los que dan servicio a los clientes.
Desde el Centro de Competencias Digitales de Teruel se maneja toda la infraestructura tecnológica de la compañía, las 24 horas y durante los 365 días del año. Desde Teruel se supervisa el buen funcionamiento de cuestiones como la venta de billetes oline, además de brindar los servicios de administración y operación de plataformas informáticas, plataformas en la nube y gestión de telecomunicaciones de Renfe.
Los datos que se manejan a través de este Data Center son muy voluminosos, reconoce el responsable del centro, Juan Manuel Regalado de Pablos, quien explica que desde estas instalaciones turolenses se presta la monitorización y alerta de los servicios. Su trabajo consiste en garantizar el funcionamiento, mantenimiento y control de la plataforma tecnológica de Renfe, “que permite que todos los procesos informáticos necesarios para la compañía, entre ellos la venta de billetes online, funcionen correctamente”.
Esto es lo que permite a Renfe la venta online de 200.000 billetes al día y 20 millones de consultas diarias. El encargado del centro asegura que se han llegado a vender hasta 25.000 billetes en poco más de una hora.
Ese dato es el más llamativo del centro, pero es que con el personal que trabaja en Teruel se administran más de 600 aplicaciones de Renfe y son alrededor de 1.600 servidores virtuales y 75 servidores físicos los que se gestionan también. Regalado afirma que las instalaciones registran más de 50 soluciones tecnológicas diferentes, 40 sistemas de almacenamiento y soportan alrededor de tres millones de emails al mes. Si algo falla, desde Teruel se intenta solucionar lo más rápidamente posible para que la plataforma no deje de funcionar.
Servicios informáticos
El responsable del centro comenta que en el resto del país hay varios centros de competencias dedicados a “manejar todo lo que son los servicios informáticos de Renfe”, puesto que la estrategia de la compañía es la transformación digital y hacerlo de forma descentralizada. Fue una de las primeras estrategias del reto demográfico que puso en marcha el Gobierno central a través del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma).
“La idea es ir emigrando poco a poco todo a la nube”, comenta Regalado, quien precisa que conforme Renfe habilita servicios digitales “vamos subiendo servicios sacándolos de lo físico a lo que es la nube”. Se trabaja por tanto en remoto, una labor que no tiene por qué estar centralizada en Madrid y que ha permitido la creación de los Centros de Competencias Digitales como el de Teruel.
Desde Teruel se controla el buen funcionamiento de todo lo que son servicios externos a los clientes y también las herramientas de información interna, y quienes se hacen cargo de esa labor son jóvenes turolenses, muchos de los cuales acabaron no hace mucho sus estudios y han podido quedarse o regresar para desarrollar su carrera profesional en un centro de altas competencias tecnológicas sin tener que emigrar.
La transformación digital estaba recogida en el Plan Estratégico de Renfe y cuando el Gobierno lanzó sus políticas del reto demográfico, el Mitma decidió que esos centros se crearían en la España despoblada en lugar de Madrid para facilitar el asentamiento de la población joven y atraer talento.
De entrada, al frente del CCD de Teruel está un ingeniero que trabajaba para el Estado argentino en Buenos Aires y que estaba al cargo del Data Center más grande del país. El mismo acogía todos los ministerios y al conocer el proyecto que quería poner en marcha Renfe en España se postuló al ver que se trataba de tareas similares a las que hacía.
Fue la primera captación de talento, un profesional altamente cualificado en un sector puntero que optó por un cambio importante en su vida. Cogió las maletas, se vino a Teruel con su familia y aunque reconoce que al principio fue difícil acomodarse por el cambio tan radical de modo de vida que supuso, ahora no se arrepiente por las ventajas que ofrece una ciudad pequeña. “Teruel tiene cosas que no tiene Buenos Aires, mi hija va sola al colegio, se maneja sola en la calle y tiene once años, allá es impensable”, argumenta.
Formación
Del proyecto lo que más le interesó desde el principio es que “podía ir formando a la gente desde cero”, comenta. El CCD se dedica a prestar servicios de forma continuada a Renfe mediante la monitorización de toda su infraestructura tecnológica, pero también es un centro de formación permanente para sus trabajadores porque la adaptación a los nuevos entornos y herramientas es constante.
De hecho, al llegar hubo que dar formación en la Universidad a la gente que era contratada, y la misma se sigue impartiendo porque, según aclara Regalado, la tecnología que tiene que ver con la nube no se da en la educación reglada. La gente que se está contratando son en su mayoría turolenses que se han formado en los grados superiores de Informática del IES Segundo de Chomón y en la Escuela Universitaria Politécnica de Teruel.
La media de edad de los trabajadores es de 25 años. El que menos tiene son 21 y el mayor el responsable del centro, que tiene 44 años. Y una característica común a todos son las ganas de formar parte de un equipo en permanente innovación, crecimiento y aprendizaje.
Desde el centro son conscientes del riesgo de que una vez formados los trabajadores en una tecnología tan puntera puedan marcharse a otros data center, pero para ello se trabaja también en su fidelización. “La idea es darles seguridad y convencerlos de que se queden acá en Teruel, trabajando a gusto y con posibilidades de seguir creciendo”, comenta el responsable del CCD de LogiRail.
Y a la vista de lo que manifiestan los propios trabajadores, ese objetivo se está cumpliendo, sobre todo porque es gente de Teruel que no quiere marcharse de la provincia. En las entrevistas es una predisposición que se tiene en cuenta a favor de los candidatos.
Todos llegan con formación universitaria o de FP y allí los capacitan, “les armamos un plan de carrera a su interés, los orientamos hacia el perfil al que quieran llegar y siempre hay un feedback para estar cerca de las personas y trabajar en equipo”, destaca Regalado.
Daniel Vicente es uno de los trabajadores del CCD que entró desde el principio, en julio del año pasado, aunque previamente hicieron un mes de formación. Tiene 30 años, es de Teruel y estudió en la Escuela Politécnica, pero cuando terminó tuvo que irse fuera, primero a Zaragoza y después a Vigo.
La posibilidad de quedarse
Cuando salieron las plazas del Centro de Competencias Digitales vio una oportunidad, echó su currículum y le contrataron. “En algún momento llegué a pensar que a lo mejor me tendría ya que quedar trabajando fuera de Teruel, pero se presentó la oportunidad de poder tener un empleo orientado a lo que yo había estudiado”, comenta Daniel, que valora poder estar cerca de su familia a la vez que crece profesionalmente. “Yo no esperaba encontrar esto aquí al lado de casa, siempre pensé que con un trabajo similar tendría que estar fuera de Teruel”, afirma.
Laura Gimeno, de 28 años, lleva cinco meses trabajando en el centro. Estudió dos FP en el Segundo de Chomón, es de Teruel y vive en Galve. Cuando terminó sus estudios admite que vio “pocas posibilidades” de poder dedicarse al sector informático en Teruel.
“Lo que sí tenía claro es que no me quería ir de aquí porque le tengo mucho apego a mi tierra, y por eso mi desarrollo profesional en el sector informático hasta entrar en el centro de LogiRail ha sido bastante escaso”, comenta. Por eso decidió irse a Galve a llevar una tienda. Ser contratada por el CCD asegura que le ha dado “la posibilidad y la oportunidad de volver a meterme en un campo que me apasiona”.
Admite que en alguna ocasión le pasó por la cabeza marcharse de Teruel para encontrar trabajo en su ámbito profesional, “pero las prioridades eran poder trabajar en la provincia”. Ahora, tras esta oportunidad que se le ha presentado, cree que sí puede “desarrollar aquí una carrera profesional y veo que hay futuro”.
Lo que más valora de su trabajo es poder estar en contacto con todos los servicios y tecnologías que emplean, “aparte del ambiente de trabajo, que es muy agradable y cuando estás a gusto en un sitio también estás mejor”.
Laura destaca la oportunidad que tiene en este centro de no estancarse porque las posibilidades de crecimiento de la empresa son grandes y “hay muchísimas áreas de las que se puede aprender y profundizar”. Nunca antes se había imaginado que pudiera llegar a crearse un centro de estas características en la provincia. “Estaba complicado pero tuvimos suerte, ha sido una oportunidad para mí y para Teruel”, opina.
Posibilidades que deberían ir ligadas a la diversificación
Los jóvenes que trabajan en el CCD de Renfe en Teruel consideran que proyectos como este son muy buenos para la provincia y son los que pueden dar posibilidades a las nuevas generaciones para que se queden y evitar que el talento emigre, pero que para eso debe haber una diversificación.
“Tienen que venir este tipo de empresas, pero también todas las demás”, afirma Laura Gimeno, que argumenta que la informática “nos da una posibilidad, que es gestionar muchísimas cosas de forma remota y en Teruel podemos hacerlo y tenemos capacidad para hacerlo como estamos demostrando”. Daniel Vicente y Juan Peña opinan que al final de lo que se trata es que haya “oportunidades” para que la gente se pueda quedar o venir.
Dar oportunidades para la juventud de Teruel y para atraer gente de fuera
El Centro de Competencias Digitales de Renfe que ha puesto en marcha LogiRail en Teruel es una oportunidad para que la juventud de Teruel pueda quedarse, pero también para atraer jóvenes de fuera. El turolense Daniel Vicente sostiene que “esto abre muchas puertas que antes era muy difícil abrirlas”, mientras que Juan Peña, de Tarazona, cree que es un atractivo para que profesionales de otros sitios puedan venir a Teruel y poner en marcha sus proyectos de vida. El responsable del centro, Juan Manuel Regalado, afirma que ese es otro objetivo porque la intención del centro es seguir creciendo.
Juan, de 35 años, había trabajado como informático en distintas ocupaciones en Zaragoza y cuando conoció la creación del centro de Teruel presentó su currículum. No le importó desplazarse a vivir a Teruel, puesto que valora las ventajas de una ciudad pequeña y, respecto a su dedicación actual, asegura que “aquí se tocan cosas importantes”, en referencia a la tecnología con la que se trabaja. A la vista de su experiencia opina que estos data center “no tienen por qué estar ubicados en grandes ciudades, se pueden descentralizar, y Teruel es un ejemplo”.
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